martes, 30 de noviembre de 2010

¿CÓMO PROPONERSE LA DERROTA DE LA TIRANÍA SI NOS FALTAN LOS MEDIOS?

a Cosme Beccar Varela contrapicada

Por Cosme Beccar Varela

e-mail: correo@labotellaalmar.com

Buenos Aires, 30 de Noviembre del año 2010 – 1014

INTRODUCCIÓN: Una vez más la interesante carta de un lector me da "pie" para razonar sobre un asunto que es de vida o muerte para la Patria y para todos nosotros. Les ruego leer con atención.
Cosme Beccar Varela


29/11/2010
Cosme:
Re: Art. 1013. "El odio contra la Argentina es el motor de esta tiranía."
Rigurosísima cierto el diagnóstico que expresas en tu penúltimo párrafo y el desafío que todo argentino de bien tiene por delante, como indicás al final, pero lo difícil sigue siendo el cómo hacerlo cuando todas las puertas están cerradas para voltear el poder de la tiranía del mal. Esto es lo que hay que desentrañar y ponerse inmediatamente en acción.
Abrazo.
Alejandro T. Butler

CONTESTACIÓN
30/11/2010
Estimado Tomás:
Muchas gracias por tu carta de ayer. Me alegra que coincidamos en el juicio acerca de esta tiranía maldita. En cuanto a tu pregunta final sobre el cómo hacer para derrotarla, mi respuesta es la siguiente.

Lo primero que debemos hacer es decidir, cada uno de nosotros, que nuestro objetivo es acabar con la tiranía que no sólo está constituida por la Kirchner sino por toda la "dirigencia" corrupta  inepta. Esa decisión no depende de ningún medio, ni de que se abra ninguna puerta, ni de ser vivado por una multitud, ni votado por millones, ni apoyado por una fuerza armada, ni financiado por millonarios.

Es en la soledad de nuestra alma y en la presencia de Dios, es por las fuertes e irrebatibles razones que hacen intolerable esta tiranía que yo, católico argentino, debo tomar la decisión de dedicar el centro de mis pensamientos y todas mis fuerzas, minúsculas o grandes, a lograr su derrota.

Esa decisión debe ser seria.  Cualquier mancha de frivolidad, de condicionalidad, de temor, de hesitación, que la contamine ya no será seria.  Tampoco lo será si tengo que mirar a otros para tomarla o mantenerla. Es mi deber y sólo yo soy responsable ante Dios y ante la Patria por tomar o no tomar esa decisión.

Tomada que sea la decisión lo primero que tengo que hacer es organizar mi vida de tal manera que sea una búsqueda constante de los medios para ponerla en práctica. Y hay varios medios que están desde ya a nuestro alcance. Te digo algunos:

1) No conformarse con objetivos limitados que pueden ser buenos pero que se agoten en sí mismos, porque esos objetivos, mientras la tiranía esté en el poder, nunca se lograrán definitivamente. Una victoria será siempre precaria y siempre revocable por los que tienen el poder.  Eso no quita que uno actúe en la procura de esos objetivos limitados, pero siempre y cuando oriente todos mis esfuerzos hacia un objetivo que está más allá y que debe ser siempre la derrota total de la tiranía y la instauración de una verdadera Autoridad nacional.

2) Tratar de que quienes me rodean adopten la misma decisión, con la misma seriedad y la misma voluntad dominante sobre todos nuestros actos.  Con eso ampliaré el número de los verdaderos combatientes contra la tiranía.

3) Si conozco a alguien que publica opiniones conducentes a suscitar esa decisión en quienes lo lean o lo oigan, debo empeñarme en difundir sus dichos y escritos En cambio, si hay un "opositor" celebrado por el "establishment" pero que no quiere realmente derrotar la tiranía sino tan sólo prestigiarse entre quienes no son partidarios de ella adoptando una actitud opositora, no debo difundir lo que ese falso "opositor"diga o haga porque estoy ayudando a consolidar la tiranía. Esos falsos opositores son apenas neutrales y parte del aparato de sustentación de la tiranía. Por ejemplo, algunas objeciones de "La Nación" en sus editoriales o de ciertos "politicólogos" que hacen críticas sin consecuencias para el poder de los tiranos son narcóticos que alucinan la oposición y la inutilizan.  

4) Unirme leal y fielmente con quienes hayan tomado esa decisión fundamental, pensar, e intercambiar ideas, sobre el qué hacer y sobre los medios con que contemos o podamos contar.

RECIEN EN ESE MOMENTO ENTRA EL PROBLEMA DE LOS MEDIOS. No antes. Si no tomo la decisión central porque me faltan los medios para llevarla a acabo, nunca tendré los medios.

Contestando una carta del Sr. Bulleirach hace unos días, cité una frase del Mariscal Foch, vencedor de la 1ra. Guerra Mundial -que algo sabía de la guerra- que decía: "La victoria no depende de las armas, ni del material de guerra, ni del dinero, sino de *del hombre, con sus facultades, morales, intelectuales y psíquicas*. Y agregaba que cuando los enemigos de Napoleón lo amenazaban con su superioridad material él les respondía: *Nosotros no somos más numerosos, ni estamos mejor armados, pero nos batiremos de todas maneras porque por medio de nuestras combinaciones tendremos el número de combatientes necesario en el momento decisivo... y lograremos levantar nuestra moral y quebrar la vuestra*"( "Des principes de la guerre", pag. 3).

Por lo tanto, estimado Alejandro, lo primero es lo primero. Tomemos la decisión central, o sea, "busquemos el Reino de Dios y Su Justicia y lo demás se nos dará por añadidura". Pero si no buscamos la derrota de la tiranía, les faltará a los medios, si es que la Divina Providencia los proveyera,  la substancia a la cual servir... Los medios no son sino accidentes de la substancia, que es la voluntad decidida y decisiva de recuperar la Patria.
Un cordial saludo

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