El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, sostuvo que los incidentes de Villa Soldati son "un problema de activistas. Dispararon con un arma tumbera a un policía. Tenemos internado al personal… Estas acciones son motivados por punteros de la Capital y dirigentes políticos de la Provincia. Son personas preparadas para provocar la agresión", agregó. "Rechazo las declaraciones de Duhalde desde Estados Unidos y las de un fascista como Abel Posse. Parece que quieren alentar el conflicto", agregó.
Fernández afirmó que ex presidente Eduardo Duhalde y el escritor Abel Posse aumentaron el nivel de violencia en la zona por sus "dichos xenófobos", e incluyó al jefe del gobierno porteño, Mauricio Macri, entre aquellos que también incentivaron las peleas barriales con sus declaraciones.
"Busquen las declaraciones de dirigentes que han paseado su fascismo, como Abel Posse, u otros tantos que vienen a hacer declaraciones desde los Estados Unidos -en referencia a Duhalde-. Lo que están haciendo ya lo han hecho, y lo hicieron con el objetivo de sembrar desconcierto, preocupación, pero no la va a haber", indicó el jefe de Gabinete.
A continuación se reproduce el texto con
el que el escritor Abel Posse responde a dichos del jefe Gabinete:
"Nunca respondí a los insultos groseros a que puede exponernos la función pública o el ejercicio de la literatura. Ya cuando era ministro de Educación de la ciudad, este mismo ministro de Interior me calificó como «burro». Un amigo del periodismo me preguntó si contestaría y le dije que estaba tranquilo, que se trataría del único burro patrocinado por Francia para un curso de doctorado en la Sorbona (1959-1960).
"Ahora el ministro es jefe de Gabinete y me acusa de incrementar la violencia con mis dichos xenófobos. Esto ya no es tan de dejar pasar. Escribí explicando la política de Evo Morales como un imprescindible despertar de la cultura andina ancestral. (La Nación, 8-II-2005). Fui secretario de embajada en Perú y años después, como embajador, alenté firmemente al Instituto Sanmartiniano y di cursos (con publicación) de la cosmovisión indígena americana en la Complutense. (La cosmovisión indígena. Salamanca. 1990). En mis novelas tomé partido con el pensamiento de Rodolfo Kusch sobre la «América profunda». Seguramente por xenófobo recibí la máxima condecoración del Perú: la Cruz de Orden del Sol y las Palmas Sanmartinianas.
"En otra frase improcedente contra un escritor, Fernández dice: «Busquen las declaraciones de esos dirigentes que han paseado su fascismo, como Abel Posse.» Le ayudo a memorizar, porque el ministro insulta mal, por simple ignorancia: Inicié en los 60 mi actividad pública en las Campañas de Educación Cívica en los parques, alentadas por el entonces profesor Carlos Fayt, en cuya cátedra de Derecho Público ingresé años después por concurso. En 1966, ante la agresión de «los bastones largos» me solidaricé con Fayt y renuncié . Se me restituyó el cargo durante el decanato de Buligyn, cuando yo había ya ingresado por concurso en el Servicio Exterior durante el gobierno de Illia. El ministro insultante debería advertir al Mossad de mi facismo ya que la principal editorial de Israel, Massada, publicó mi novela Los Perros del paraíso, premiado con el Rómulo Gallegos. Varios textos sobre el nazismo aparecieron en semanales israelíes en español.
"Curiosa conducta de este ministro insultante que debería concentrar su atención en esta hora decisiva "para la paz" en Argentina. Estuvimos sentados con Aníbal Fernandez muchas veces en las reuniones durante la presidencia de Eduardo Duhalde. Fui embajador con acuerdo del Senado (el peronista y el radical) y representé a todos los gobiernos democráticos a partir de Alfonsín y hasta Kirchner incluido. Con el ministro, con Aníbal, hemos tenido trato amistoso, yo como embajador en Madrid le presenté a su par español, el Ministro Acebes, y logramos un eficaz acuerdo y plan informativo para evitar expulsiones de argentinos (¿Dónde estaba mi paseandero fascismo?)
"Mi caso personal es algo menor. Lo mayor es que el jefe de Gabinete, que es hombre leído, olvidó a Goethe cuando enseñó que sin orden público, como prioritaria función del gobernante, no puede existir la libertad. Sin el orden público como garantía básica, con la debida represión del delito que manda la Constitución y los códigos, la Argentina se acerca a un colapso de violencia. Y violencia en contra de la voluntad democrática de la inmensa mayoría que quiere bienestar y paz, y espera que el Estado ausente sin permiso y a «contra Constitución», afirme el orden y preserve el derecho de todos y sin garantizar nuevas villas miserias en sustitución del trabajo, casas y progreso real."
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