miércoles, 23 de marzo de 2011

TODAVÍA SE PUEDE, PERO HAY QUE DECIDIRSE AHORA

Cosme Beccar Varela leyendo

Por Cosme Beccar Varela

Buenos Aires, 22 de marzo del año 2011 – 1035

Hay mucha gente buena que está desconforme con la situación política y en especial con el gobierno usurpador de los Kirchner y, también, con la falsa oposición.  Pero esa gente está desorganizada y cada una de las personas que siente esa disconformidad es como una isla en medio de un mar de fuerzas contrarias.

Algunas de esas personas piensan que hay que apoyar a Duhalde porque sería "el mal menor". Sin embargo, se olvidan que Duhalde mismo dijo de sí mismo y de todos los políticos que "son una m...." ("La Nación", 16/11/2000). Fue él quien instaló en el poder a los Kirchner en el 2003 y a la secta marxista que lo promovió de la nada hasta la cumbre del poder y la que planifica todas las maldades que han cometido desde entonces. Y, sobre todo, se olvidan que Duhalde es sospechoso de grave deshonestidad y que jamás se puede creer en su palabra porque él se calificó a sí mismo como parte de un conjunto "de m...." y, como dicen los juristas, "a confesión de parte, relevo de prueba".

Otros opinan que hay que apoyar a Macri, porque todavía creen que es distinto del peronismo. Sin embargo, Macri dijo no hace mucho: "Cada día soy más peronista". Además su partido fue construido sobre la estructura de un sector del peronismo de Buenos Aires a las órdenes de Toma, un individuo de lo peor que tiene el peronismo (lo cual es mucho decir) y no ha cesado de buscar alianzas con los seguidores de Perón. Sin que pueda olvidarse que su gestión en la ciudad de Buenos Aires es desastrosa y su dedicación a las tareas de gobierno casi nula. Está demasiado ocupado cambiando una mujer por otra y haciendo turismo.  

Otros consideran que si se consiguiera alguna clase de concordia con los fautores de esta tiranía y sus aliados de izquierda, se conseguiría la libertad de los secuestrados políticos y una cierta garantía de que se respetarán ciertas libertades.  Sin embargo, no explican cómo y por qué esperan que los enemigos en el poder, con toda la fuerza en sus manos, estarían dispuestos a ceder una parte de ese poder a quienes han renunciado absolutamente a disputarles poder alguno y se limitan a suplicar las buenas gracias de quienes sólo aspiran a destruir para siempre lo poco que queda de la Argentina tradicional y no sienten la más mínima compasión por los secuestrados políticos a los cuales combatieron a muerte en la década del 70. Si en aquel entonces no tuvieron piedad de los que asesinaban a traición, ¿por qué habrían de tenerla hoy que tienen el gobierno en sus manos y todas las posibilidades de llevar a cabo sus planes?

Otros creen que la única solución es un golpe militar aunque no pueden dejar de reconocer que las FFAA han sido reducidas a su mínima expresión, que sus jefes son todos hechura de la tiranía y (aunque no lo reconocen, deberían hacerlo) que los "golpes" de los años posteriores a 1955 han sido un desastre y no sirvieron para nada, a no ser para reforzar el poder de la "dirigencia" corrupta e inepta y darle argumentos a la izquierda.

Otros creen que hay que limitarse a rezar, porque la única esperanza es un milagro y como el poder de Dios se basta y sobra para dar vuelta cualquier situación, no hay que molestarse en luchar personalmente por la Patria. Se olvidan de la parábola de los talentos y del reproche que Dios le hizo a aquel que había enterrado el talento recibido porque temía rendir cuentas. Dios se lo quitó y se lo dio al que había hecho rendir diez al suyo.  

Otros votan con los pies, y se van del país. Si no es porque son perseguidos por la tiranía o por alguna causa injusta o por falta de trabajo, a estos se les puede aplicar aquello de "ubi bene ibi patria" que debería avergonzar a toda persona honorable.

Otros se venden a la tiranía y creen que esa es una actitud habilísima porque podrán corregir el rumbo "desde adentro". Cuando ellos se deciden a semejante ignominia ya han perdido toda lealtad a los principios, a la moral y al patriotismo por lo cual no son quién para "corregir" ningún rumbo. Se han convertido en viles mercenarios del poder.

Otros proponen que se haga un "referendum" con la esperanza de que siendo la mayoría del pueblo contraria a la tiranía, votará por su destitución o por la revocación de sus medidas más odiosas, como por ejemplo, el secuestro de los militares.  Estos no explican cómo se puede hacer para contrarrestar el golpetear cotidiano de los "slogans" que se han impuesto como dogmas a la opinión pública, entre ellos, el de que los militares secuestrados son "genocidas" a quienes se debe dejar morir en cautiverio. Ni tampoco explican cual político de la "dirigencia" que monopoliza el poder (desde el oficialismo o desde la "oposición) estaría dispuesto a promover un voto revocatorio contra viento y marea. Ni tampoco dicen cómo puede evitarse un fraude descarado como el que cometió Chavez en Agosto del 2004 cuando perdió el "referendum" revocatorio por 70 a 30 pero sin inmutarse lo dio vuelta y dijo que había ganado por 70 a 30, mientras la Junta de Observación internacional, con la vieja malvada de Jimmy Carter a la cabeza decía que así era, que Chavez había reamente ganado, negándose a oír a la oposición que probó con datos innegables lo contrario.  

Otros creen que mejorando la educación, con el tiempo, tendremos un pueblo que sea capaz de elegir bien a sus gobernantes. El problema de esta solución -que es la menos objetable de todas- es que bajo esta tiranía de rasgos "gramscianos" mejorar la educación es imposible porque son los mismos tiranos los que fijan los programas y nombran los “educadores”. A causa de eso y de la influencia nefasta de la televisión, los espectáculos y los malos ejemplos, cada día que pasa el pueblo va perdiendo algo de lo que le queda de las viejas tradiciones y con eso se barbariza cada vez más.

Otros no piensan absolutamente nada y les molesta enormemente que alguien pretenda hacerlos pensar. Siguen estando desconformes con la tiranía pero no quieren saber por qué ni quieren que se ensaye una explicación que les permita salir del estado de larvas enfermas.

* * *

La causa de que haya tantos que, de buena fe, crean en las "soluciones" que acabo de enumerar y descartar  es la gravedad inaudita de nuestra situación política y la confusión fenomenal que reina en todas partes.  Por eso, creo que debemos "volver a las fuentes", reafirmar los principios y hacer uso de la única fuerza que nos queda: la fuerza moral.

Los tiranos tienen todas las fuerzas menos la fuerza moral. Nosotros no tenemos ninguna otra fuerza que ese poder intangible que resulta de amar la Justicia, defender nuestro patrimonio espiritual, conservar la buena educación que hemos recibido, mantener el sentido común, repudiar la tiranía, propiciar el surgimiento de una nueva clase dirigente  y tratar de unirnos en torno de esas banderas, apelando al buen criterio de las buenas gentes.

Si consiguiéramos que un número suficiente de buenos patriotas se organizara con esas bases y propiciara como programa político el restablecimiento de la Constitución, con sus instituciones y sus garantías y derechos individuales, exigiendo idoneidad para ocupar cualquier cargo como lo manda el art. 16 de la misma, habríamos dado el primer paso hacia la recuperación nacional.

Es una lástima que esto no se haya hecho antes porque si nos hubiéramos dado cuenta de esto hace ocho años, por ejemplo, cuando por primera vez Kirschner usurpó el gobierno, ya podríamos ser muchos y con eso nuestra posibilidad de establecer contacto con la parte sana del pueblo ya existiría y nos habría permitido multiplicar nuestra fuerza geométricamente. Con eso, ya seríamos capaces de ejercer el derecho de resistencia a la tiranía que autoriza el art. 36 de la Constitución (versión 1994).

Esta podría llamarse una solución republicana legítima. Fuera de las armas, no veo que haya otra. Y como las armas las tienen exclusivamente nuestros enemigos, me parece obvio que no hay realmente otra.  Los que la desprecian por “democrática” tienen la particularidad de que no proponen ni pueden proponer nada a cambio. Se quedan en ese rechazo irracional que confunde “partidocracia”, “demagogia”, “igualitarismo” con “república”. Y si también rechazan la república deberían decir por qué y en nombre de qué principios, propiciando al mismo tiempo una monarquía o una dictadura militar, cosa que no pueden hacer como perfectamente lo saben, y al serles imposible ofrecer nada a cambio de la república que es el sistema de nuestra Constitución, queda claro que no son más que un racimo de frívolos, para decir lo menos.

* * *

El “quid” de la cuestión es primero intelectual, o sea, es necesario comprender que hay que descartar las soluciones engañosas porque no conducen a nada, ni ahora ni nunca.

La fuerza moral exige apoyarse en la Verdad y en el Bien, sin buscar transacciones deshonrosas con falsas ideologías ni la benevolencia imposible de los marxistas y otros ideólogos enemigos de la Argentina tradicional que hoy dominan la política. Exige intransigencia en los principios y en las conductas, laboriosidad, coraje y un amor incansable por la Justicia.

Este ha sido el objetivo de la Asociación Patriótica que fundamos en el 2009. aunque me duele decirlo, no ha avanzado desde entonces.

Sin embargo, creo que todavía hay reservas morales en la Argentina como para que este objetivo práctico no sea una utopía. No estoy seguro si dentro de unos años ello será todavía posible porque, como dije más arriba, cada día que pasa se pierde algo más de lo que queda de nuestra buena educación. Hasta que llegará un día en que ella sólo será un recuerdo de algunos viejos sin fuerzas para iniciar el duro camino del retorno a Casa.

Cosme Beccar Varela

NOTA: Lea el "Correo del Lector" abriendo la página en www.labotellaalmar.com

e-mail: correo@labotellaalmar.com

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