Por: Ing. Alejandro Pérez Unzner
Analista invitado: Dr. Marcelo Busquets
+ ComentAGRO diario +
Apuntes de mercados agropecuarios y afines, e idea de ver un poco más allá de lo sectorial.
Martes 30 de agosto de 2011, 7.30 hs.
“Estamos en fecha”, diría una vieja comadre. Aunque de la lluvia que normalmente marca el comienzo de la temporada de precipitaciones en buena parte de las pampas no hay noticias, al menos, parece, hasta el fin de semana. Una salida de invierno aún con temperaturas rigurosas en varias áreas, y en general benigna… aunque siga faltando agua en la franja occidental de la región.
Lo que sí está en fecha clave es el futuro de los cultivos de verano en EE.UU. Comenzado recién el mes, dije que “empieza, al mismo tiempo que en el Norte a dañar la seca, el frío a preocupar en las pampas (por daño foliar) en cuanto a… trigo”. Temo haberme equivocado en la perspectiva de una primavera con lluvias bien repartidas, cosa que ahora da la sensación no se daría, y con una “La Niña” en el horizonte, dicen. Hay que esperar, se sabe.
Mientras el Congreso nacional se apresta a debatir una ley para restringir la posesión de tierras (con temores de ciertas bancadas en el sentido de que se avance sobre la propiedad más allá de lo conveniente al bien común), el mercado recupera su savia fundamentalista, atendiendo sin duda a los vaivenes de la crisis boreal y la marcha de alternativas como crudo u oro, pero más todavía (y Chicago está en EE.UU., no olvidar) a lo que haga la Fed y al serio avance del episodio de sequía que azota al Sur del país del Norte (con epicentro en Texas).
Este fenómeno ya está comprometiendo rindes en pleno corazón del Mediooeste (la “triple I”: Iowa, Illinois e Indiana). Las subas de las últimas semanas se basan en gran medida en una merma de productividad que, a dos semanas del informe mensual USDA (lunes 12-9), por lo menos en maíz aparece como concreta ya. Quedan lejos lo 99 quintales estimados, pero también se estima que los 96, meta de hace pocos días, no se alcanzarán: hay quien ve 92, promedio, con suerte. Una cosecha y algo más del maíz argentino, en la equivalencia para este recorte.
Por acá, la soja vuelve a mirar con cariño los 1.400 pesos, de la mano de una demanda aceitada (con perdón del término, que creo vale en la ocasión, aunque no con un sentido meramente fabril sino operativo). Del resto, arrancando la siembra de girasol y definiéndose fechas de la del maíz (con atención al el golpe térmico estival), apenas el sorgo, que toca los 800, se luce. El pobre trigo no encuentra consuelo, ni aunque algún ruralista logre escalar posiciones en las urnas u otro aparezca en fotos que mejor quemar…
Dentro de un mes se celebrará en esta capital el habitual encuentro anual sobre agrotendencias, que tal vez brinde una mirada ya más precisa sobre lo que se está por venir. Por ahora, somos varios los que le encendimos una vela a la imagen de Santa Rosa del Fundamento Alcista. Aunque los chinos se hagan los distraídos.
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