El Concejal Gustavo Luzardo, en conjunto con la Concejal Sabrina Rodriguez, presentaron un proyecto de ordenanza para que se
autorice el traslado de los restos del querido padre José Dardi, al lugar en dónde realizó su mayor obra: City Bell.
De prosperar esta ordenanza,
hacia el mes de diciembre la comunidad podrá acompañar el traslado y celebrar
este acontecimiento tan sentido por las profundas raíces con las que cimentó su
obra en el lugar, y los frutos que supo cosechar visibles hoy en la expansión de
su tarea educativa y religiosa. Dardi
"es" de City Bell, y sus restos descansaran entonces en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de City
bell
La ordenanza, Expte 53771, del
28/10/2011, Autoriza al Departamento Ejecutivo a exhumar los restos del Padre José Dardi, tumulado en el Panteón de
Sacerdotes del Cementerio local, para ser inhumados al pie del monumento de la
Parroquia Sagrado Corazón de Jesús de City Bell .
La historia y el recuerdo del
padre José Dardi orillan los
andariveles de la leyenda, al punto que la gente que no lo ha conocido, lo ha
adoptado entre sus afectos como parte de la cultura y la idiosincrasia de City
Bell.
El recuerdo del padre esta tan
fresco en la memoria local como el cariño que supo ganarse de los platenses, fueran
creyentes o no, tan fuerte fue su presencia que aun hoy, a casi un cuarto de
siglo de su fallecimiento, se conoce como la iglesia del padre Dardi
a la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, aquella capilla a la que
llegara en 1958 a trabajar a la par de
sor María Ludovica, verdadera
constructora del templo y flamante beata del santoral católico.
Dardi es en City Bell sinónimo de anécdota. De tierna firmeza y
sabiduría. De lucha sin pausa y emprendimientos de alto vuelo.
Si algo de santidad hubo en él
fueron los innumerables actos de caridad y desprendimiento que realizo en su
vida, sin importarle sus propias necesidades personales, su imagen permanece
intacta en el corazón de la gente, un hombre a imitar por su condición primordial
de Padre, de hombre de Dios.
La recopilación de testimonios a
nivel parroquial y diocesano es el primer paso para que alguna vez la Iglesia
se expida acerca de su santidad, sus manos
sirvieron para bendecir y hacer el bien, salvando moribundos en el
África y en la guerra, pero sobre todo para trabajar en el campo material y
espiritual.
El traslado de sus restos al
lugar de su obra, la Parroquia Sagrado Corazón, es un sentido pedido de la
comunidad para enaltecerlo -a él, que siempre fue humilde- . Su comunidad, que
mucho lo quiso, realiza en estos días una sostenida evocación de su persona.
Porque fue pequeño su pueblo lo quiere grande. Porque se negó hasta la
insignificancia, fue -creemos- una manifestación humana de la presencia Divina en
esta tierra, por que es inolvidable, queremos honrar su memoria siempre.
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