Monseñor Coutts, dirigente de los
religiosos paquistaníes
«En las escuelas hay presiones
para las conversiones. Yo mismo he recibido cartas que me invitan a abandonar
el catolicismo».
Incluso a un obispo católico le
llegan “presiones” para que se convierta al islam. Sucede en Paquistán, en
donde monseñor Joseph Coutts, religioso de Faisalabad y presidente de la
Conferencia episcopal nacional, cuenta que le han llegado invitaciones personales
en las que se le aconsejaba que abandonara el catolicismo. En una entrevista
con Ayuda a la Iglesia que Sufre (AIS, la obra de derecho pontificio que lleva
a cabo proyectos para apoyar a las comunidades eclesiales de todo el mundo) el
obispo Coutts habla de la discriminación y del aumento de la intolerancia hacia
los cristianos y subraya el odio interreligioso que alimentan muchos libros de
texto que se usan en las escuelas paquistaníes. «Es justamente en las escuelas
–dice mons. Coutts– en donde los chicos soportan las presiones para que se
conviertan al islam. Yo mismo he recibido cartas en las que se me invita a
abandonar mi religión».
La oleada reciente de
intolerancia anti-cristiana preocupa al dirigente de los obispos paquistaníes.
«Aquí, las minorías siempre han estado en desventaja, pero nunca como ahora».
El religioso recuerda, como ejemplo, que a muchos estudiantes no musulmanes se
les niega la posibilidad de aumentar su promedio escolar mediante algunos
crétidos extra para los que frecuentan las lecciones sobre el Corán.
Mediante AIS, Coutts pide que los
cristianos sean finalmente tratados como el resto de los ciudadanos y que se
les reconozca el papel que tienen en la sociedad. En una población de 180
millones de habitantes, los católicos son apenas 1,2 millones, pero es la
Iglesia la que dirige la mayor parte de los servicios sociales, educativos y
sanitarios, además de las ayudas que ofrece para el desarrollo. Solamente la
diócesis de Faisalabad administra 82 escuelas, «estructuras de las que se
benefician todos los paquistaníes, sea cual fuere su fe».
Pero no son exclusivamente las
minorías religiosas las que sufren el aumento del fundamentalismo. En el
noroeste del país han sido destruidos algunos institutos, sobre todo para
escuelas para chicas: «Están dispuestos a todo –explica el obispo de
Faisalabad–, a matar y a morir. E incluso muchos musulmanes que no estaban con
ellos han sido asesinados».
A pesar de tener clara la
gravedad de la situación, monseñor Coutts ve algunos signos de esperanza en el
deseo de que haya paz que manifiesta la mayor parte de los paquistaníes y en el
aumento de las posibilidades para el diálogo interreligioso. «Los extremistas
no son más que una minoría –explica el religioso– y, a pesar de las enormes
dificultades, la Iglesia católica continuará a promover servicios para el bien
de la sociedad». Una sociedad en la que cada quien tendría que poder elegir y
vivir libremente su propia religión. Incluso los obispos.
Mauro Pianta/Vatican Insider
Fuente: Religión en Libertad
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