Los militantes kirchneristas
pueden agruparse en dos grandes sectores:
I)los que mantienen un apoyo
racional, con algunos atisbos de crítica.
II) los que apoyan, no saben bien
que, pero apoyan todo lo que les digan desde 6,7,8.
Estos últimos aplican
determinados criterios, que es necesario conocer si ud. quiere mantener una
conversación civilizada, sin terminar en el Borda.Sepa que en este caso, aún concediéndole argumentos, el razonamiento resulta circular:
1) Ud. debe comenzar diciéndole
que está de acuerdo con la Ley de Asignación Universal por Hijo, la
estatización de las AFJP y con los juicios a los genocidas. De este modo, el
militante kirchnerista ya pierde el 91% de sus argumentos. Cuando pretenda
volver a esos temas, recuérdele que ya le dijo que está de acuerdo.
2) Cuando el militante
kirchnerista se quede sin argumentos, cosa que puede suceder a los cinco
minutos de la conversación, seguramente comenzará a explicar que la culpa de
todo la tiene Clarín y Magnetto y que cualquier crítica al gobierno es ser
funcional a Clarín. Anticípese a eso y haga una fuerte crítica contra Clarín y
señale que no entiende como Kirchner era tan amigo de ellos que le permitió la
fusión de Multicanal y Cablevisión y les prorrogó las licencias de las radios
por tantos años.
3) El militante kirchnerista
hablara entonces de las Corpos, principalmente Clarín. Digale entonces que
Clarín es una mierda, pero argentina al menos, y que Barrick Gold, Osisko,
British Petroleum, Repsol, Monsanto, etc. son Corpos (“corporaciones” económicas
como grupos yankis de empresas) mucho más grandes y trasnacionales que se
llevan la plata del país y que habría que hacer algo contra esas Corpos.
4) Si la conversación deriva al
tema minería, el militante kirchnerista le dirá que la minería es necesaria
porque si no, no podríamos tener celulares, por ejemplo. Apenas iniciado el
tema, dígale que Ud. no está en contra de la minería y que sabe que los
minerales son necesarios, pero que no está de acuerdo con la megaminería a
cielo abierto, con el uso de cianuro y con la eliminación de los cerros y con
la pérdida de soberanía que implica entregar territorios a esas empresas.
5) El militante kirchnerista
tratará entonces de llevarlo a temas donde se sienta más cómodo y le hablará de
los derechos humanos. Ud. apresúrese a decirle que está de acuerdo con los
juicios a los genocidas y que le parece bárbaro que el estado castigue a los
responsables del terrorismo de Estado y que ¡Qué lástima que los Kirchner no se
acordaron antes! (esto último en un tono que no suene agresivo sino como
diciendo “cuánto más hubiéramos hecho si se acordaban antes”). Como al pasar, dígale
“es una pena que no digan nada de la represión en el Indoamericano, en Formosa,
de la muerte de Cristián Ferreyra en Santiago, de los muertos en Jujuy, de la
represión en La Rioja, Tucumán y Catamarca”. Dejele abierta una puertita dándole
la posibilidad al gobierno de que quizá algún día se acuerden de esto (no
olvidar que los Kirchner se acuerdan de estos temas 30 años después).
6) A esta altura el militante
kirchnerista le volverá a recordar que el culpable de todo es Clarín y que
todas esas cosas no existen, más que en la mente afiebrada de los periodistas
de Clarín o de Lanata. Aquí comienza el debate circular donde siempre se vuelve
al principio. Recuerde el punto 2. Ármese de paciencia y a retomar
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