NOTA DE DIARIO PREGÓN DE LA PLATA: Más allá de las diferencias con el diplomático autor de la nota, el uruguayo Jorge Azar Gómez, cuya nota a continuación reproducimos, es importante rescatar de la misma: la incoherencia del Gobierno argentino, el doble discurso en materia regional con las naciones hermanas, la falta de una estrategia zonal unificada, y la falta de visión política de todos los gobernantes y sus funcionarios. Las naciones latinoamericanas se encuentran desintegradas, atomizadas, y no logran unidad ni siquiera en su política, excepto en materia de legislación sexual.
PARA RECORDAR:
LAS MALVINAS, ARGENTINA, ONU, URUGUAY
Por Jorge Azar Gómez
¿Qué es un bruto? Existen varias definiciones: se aplica a la persona
que es torpe, poco inteligente o de escasa formación. También, a la
persona que observa malos modos o que es poco educada. Cosa tosca y no
trabajada. ¿Cuáles son los sinónimos de bruto? Necio, incapaz, torpe,
desenfrenado, tosco, rudo, grosero.
Pues bien; el diccionario nos proporciona una idea. Si quien
dirige el país comete actos dignos de un bruto, su resultado no será
otra cosa que cosa de brutos. Los reiterados hechos de
brutalidad manifiesta del Presidente José Mujica y del Canciller Luis
Almagro en declaraciones públicas y, peor aún, en foros internacionales
donde estamos expuestos al mundo, nos otorgan cada vez más esta
característica.
Vale preguntarse, entonces, y ante tanta agresividad desde el
gobierno argentino, tanta invasión a nuestra soberanía, tanto pisoteo a
nuestra dignidad, por qué el Uruguay debe acatar la prepotencia del
poder arrabalero porteño y tomar resoluciones de brutos.
¿Por qué el Uruguay debe acatar todos los caprichos de ese
poder, que en forma permanente agravia y enjuicia ante foros
internacionales?
¿Por qué el Uruguay debe continuar maniatado a los
resultados de una invasión a las Islas Malvinas, hecho que fue
inconsulto, irresponsable y suicida? Por cierto, no es
aceptable aquello de que fue responsabilidad del "borracho de Galtieri" y
que nadie acompañó esa decisión. Esto es una cabal mentira, en virtud
de que la totalidad de los funcionarios hoy presentes en el
gobierno de la República Argentina apoyaron directa o indirectamente
aquel acto, con discursos sensibleros, lacrimógenos y necrofílicos hasta terminado el conflicto. Muchas
de estas personas brincaban de alegría en Plaza de Mayo, al grito de
"el que no salta es inglés". Se trató, antes bien, de un sentimiento
futbolero, mas no patriótico.
¿Por qué la República Oriental del Uruguay debe continuar amarrada a
un conflicto que la Argentina extrajo de los organismos internacionales
para trasladarlo al terreno bélico? Luego de la rendición, los
sucesivos gobiernos de Buenos Aires retornaron a dichos organismos,
buscando soluciones dignas para ambas partes.
Si este diferendo acaso durase más de cien años en
resolverse, ¿acaso el Uruguay deberá seguir impregnado de la política
"estampilla" del Canciller Almagro por esos cien años más?
¿Sabe el Presidente José Mujica que mientras él prohíbe el arribo de
buques británicos o con bandera de las Islas Malvinas, todos esos
barcos reprograman sus escalas para atracar en puertos brasileños? ¿Será
que la Argentina no le reclama a Brasil por esta desviación de lo
acordado en el UNASUR? Mientras la Argentina agobia al gobierno de
Montevideo con esta variable -perdiendo el Uruguay más de US$ 300
millones-, ¿actúa Brasil como un cordero?
¿Por qué el Uruguay debe ser más "papista que el Papa"
cuando la presidenta Cristina Fernández Wilhelm, en ocasión del discurso
que diera en su reasunción -junto a El- no le dedicó ni siquiera un punto y una coma al conflicto de Malvinas? Menos
espacio le brindó a los abandonados veteranos de aquel conflicto, que
hoy se encuentran tirados en la calle, arrinconados por la perspectiva
del suicidio... más los cientos que se han quitado la vida.
Recordemos que cuando la Presidente Cristina Fernández Wilhelm de
Kirchner asumió por primera vez, en su discurso ante el Congreso de la
Nación -y frente a mandatarios de todo el globo- le enrostró al
Presidente Vázquez la postura tomada por el Uruguay de cara a la
instalación de la planta de celulosa. ¿Acaso fue más importante
para el patrimonio histórico del gobierno argentino el conflicto con el
Uruguay, por sobre el reclamo de soberanía en las Islas Malvinas?
¿Por qué debe el Uruguay inmolarse por la derrota de Argentina en el
conflicto bélico que ese país inició y cuyas salidas pacíficas se
esforzó reiteradas veces en despreciar? La República Oriental del
Uruguay ha observado siempre una tradición de resoluciones pacíficas,
precisamente, lo que la Argentina ha demostrado ignorar. Así lo ha
demostrado su gobierno, en ocasión del conflicto de las "pasteras".
Repasemos algunos capítulos en los que quien esto escribe ha
oficiado de testigo, a partir de haber conducido la delegación de
Uruguay ante Naciones Unidas...
La Argentina rechazó el planteamiento del Secretario General de la
ONU quien, a los pocos días de la invasión -y por la vía de un
negociador- solicitó al gobierno argentino que entregara las dos
banderas (la de Argentina y la de Inglaterra) a la ONU, en tanto el
organismo se ocuparía de ubicar en la isla un contingente de paz y
abrir, a posteriori, una oficina en Montevideo para su administración.
La respuesta tajante del Canciller Costa Méndez fue: "No; no la aceptamos pues nunca nos retiraremos y jamás nos rendiremos".
Finalmente, poco antes de votarse la resolución definitiva (505), el
emisario se acercó al canciller argentino -a pedido del Secretario
General- y le sugirió que expresara que la Argentina aceptaba lo
indicado en la resolución 502. El canciller, ya derrotado, respondió: "Dígale al Secretario General que aceptamos cualquier cosa".
La Argentina no aceptó la propuesta, y esa decisión fue letal para
las negociaciones de paz que también supo llevar a delante el entonces
Papa Juan Pablo II. El gobierno argentino se puso en contra a la
Cancillería del Vaticano.
Los argentinos cosecharon sus primeros apoyos en el Consejo de
Seguridad de la ONU; luego llegaron el de Cuba, el de la Nicaragua sandinista,
el de Royos en Panamá y el de la entonces Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas. Se trataba de apoyos de firme carácter, que
lograron inquietar a un sinnúmero de cancillerías extranjeras: se
especulaba con que, de triunfar la toma de las Islas Malvinas, la
Argentina (al tener que devolver los favores políticos), convertirían al
archipiélago en una suerte de Cuba, pero en el sur del continente.
Aquellas cancillerías hoy se preguntan qué sucedería si las islas
vuelven a manos de Buenos Aires, ante un gobierno tan irracional y bruto
como el actual.
La Argentina también rechazó la participación del general
estadounidense Vernon Walters, que en esos días se encontraba
"casualmente" en territorio argentino.
En este momento de la historia, Buenos Aires presiona a
Montevideo para no permitir atracar a buques con bandera de Inglaterra
y/o de las Malvinas. El Presidente José Mujica y su torpe
Canciller Luis Almagro logran una resolución, concediendo el reclamo
argentino, y aduciendo que esta postura fue adoptada oportunamente por
la totalidad de los integrantes de UNASUR (algunos de los cuales
integran también el MERCOSUR). Pero sucede que, apenas iniciado
el conflicto de las "pasteras" en la Casa Rosada y la República
Argentina alentó a sus ciudadanos a cortar las vías de acceso terrestre
hacia el Uruguay, ninguna de aquellas naciones de UNASUR/MERCOSUR se
molestó en tratar el tema: miraron para otro lado.
Esto me recuerda que, en ocasión de la invasión a las Malvinas, no
logramos alcanzar un acuerdo en el Grupo Latinoamericano de ONU para
consolidar una declaración que solicitara el cese de hostilidades: casi
todos los integrantes desconfiaban del entonces primer mandatario de la
Argentina, del mismo modo en que ahora los uruguayos desconfiamos de la
actual Presidente.
El Señor Presidente José Mujica debería -antes de tomar
una resolución- exigirle una explicación a jefa de estado argentina, en
relación al atraque en el puerto de Buenos Aires de los barcos "CELINE
C" (el 2011-12-17, hora 14:59 / Tipo de barco: "Carga") y el “PINK GIN”
(información del 19 de diciembre de 2011, hora 16:01 / Tipo de barco
"Pleasure Craft"). Estas naves se encuentran actualmente en Buenos Aires
y navegan con sendas banderas del Reino Unido.
La estrategia aplicada hasta ahora con el gobierno argentino, salvo
por algún episodio ailsado, no viene brindando resultados positivos para
la República Oriental del Uruguay, pues las autoridades de
nuestro país caminan con paso frágil y siempre siguiendo la huella que
dejan los finos tacos del calzado de la primera mandataria argentina.
El gobierno uruguayo debería saber que su similar argentino no
representa un enemigo solo de carácter estatal, sino que también aplica
terrorismo de estado a través de individuos y agrupaciones privadas
financiadas por la vía de distintos tipos de fachada. Se trata de una
bruta estrategia que va de la mano con la ingenuidad del Señor
Presidente José Mujica.
Esta "ingenuidad" se viene repitiendo desde hace ya dos siglos
cuando, en mayo de 1810, la Junta de Mayo de las Provincias Unidas del
Río de la Plata no comprendió que don José Gervasio Artigas se
predisponía a defender a la Banda Oriental para no caer ante los
mandones de Buenos Aires.
¿Hasta cuándo, y por cuáles razones los gobernantes argentinos
continuarán "suponiendo" que los uruguayos debemos estar a su servicio?
Jorge Azar Gómez
Ex representante de la República Oriental
del Uruguay ante Naciones Unidas
Mail: azargomezjorge@gmail.com
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