Por Jorge Horacio Gentile*
El embajador de Paraguay Hugo
Bernardino Saguier Caballero; frente a la embestida de sus colegas de Venezuela,
Ecuador, Bolivia y Nicaragua en la reunión de la Organización de Estados
Americanos (OEA) por la destitución el 22 de junio pasado del presidente
Fernando Armindo Lugo Méndez en un juicio político que se tramitó en dos días; denunció
la formación de una nueva “Triple Alianza”, aludiendo a la decisión de los
presidentes de Argentina, Brasil y Uruguay, de suspender en el MERCOSUR a su
país y disponer la incorporación de Venezuela, recordando la sangrienta guerra
en la que estos mismos tres países tuvieron con el suyo y en la que perdieron
la vida más de la mitad de los paraguayos (1865-70).
El ingreso de Venezuela estaba
demorado porque el Senado paraguayo se negaba a aprobar el tratado que lo
autorizaba. Y las razones políticas que impulsaron la suspensión de Paraguay del MERCOSUR parecerían
que no fueron solamente las afinidades políticas con Hugo Chávez, sino que
estuvieron movidas por obtener ventajas en la provisión de petróleo y gas que
abundan en ese país. Para la Argentina
últimamente esto se ha tornado imperioso, como lo demuestran las medidas recientes
adoptadas como: la intervención a YPF, la expropiación de las acciones de
Repsol, y las misiones comerciales a
Angola y a Azerbaiyán, países exportadores de petróleo, aunque gobernados por
dictadores.
El obispo católico Fernando Lugo
fue electo presidente de Paraguay en 2008, oportunidad en que derrotó con el 41
% de los votos a Blanca Ovelar, del Partido Colorado, fundado en 1887 y que
gobernaba el país desde 1947, liderando la Alianza Patriótica para
el Cambio, que integraban los partidos Febrerita, Socialista, Demócrata
Cristiano, entre otros, que llevaba como vicepresidente al médico Luis
Federico Franco Gómez del Partido Liberal Radical Auténtico..
Los conflictos dentro de ésta
coalición surgieron poco después de la elección y el gobierno, a pesar de la
bonanza económica (el PIB creció el:15,3% en 2010, el más alto de América y el
tercero del mundo, debido al cultivo y la exportación de soja), comenzó a tener
dificultades, agravadas por el cáncer linfático que padece Lugo, que hicieron
imposible cumplir con las promesas electorales, lo que políticamente explotó 9
meses antes de terminar su mandato, el 15 de junio pasado, por el allanamiento
de un campo en Curuguaty donde murieron 17 personas, y precipitó en el Congreso
el juicio político, que se llevó a cabo entre el 21 y 22 de junio pasado, y que
destituyó a Lugo, y terminó con la asunción a la presidencia del vice Luis
Franco
La acusación que se votó en la Cámara de Diputados, luego de un
debate de cinco horas, y fue aprobada por 76 votos contra uno, y hubo 3
ausentes. Las acusaciones fueron:
- la matanza de 17 personas (11 campesinos y 6 policía) en el fallido allanamiento en Curuguaty,
- la crisis con los campesinos carperos en Ñacunday,
- la inseguridad en el país,
- el mal uso de los cuarteles militares para supuestas actividades políticas, y
- la firma del protocolo de Ushuaia II que habilita a la Unasur intervenir si el país si estuviera en riesgo la democracia.
En el Senado el abogado del
presidente, Adolfo Ferreiro, que con Emilio Camacho y Enrique García fueron los
defensores, pidió primero una prórroga para preparar mejor la defensa, lo que
le fue denegado; y, luego, acusó al Jurado legislativo por montar "un
circo", destacando que el presidente Lugo sabe "que las naciones de la región están en contra de este juicio
político". Ferreiro, al refutar las acusaciones votadas en Diputados, dijo:
que la matanza de Curuguaty ocurrió en un allanamiento que se hizo en
cumplimiento de órdenes judiciales. Luego de cinco horas de debate en el
Senado, la destitución fue aprobada por 39 votos contra 4, y hubo 2 senadores
ausentes.
En Sudamérica se han producido
en los últimos años juicios políticos que terminaron con la destitución de 5
presidentes: Fernando Collor de Melo en Brasil, 1992; Carlos Andrés Pérez en
Venezuela, 1993; Abdalá Bucaram en Ecuador, 1997, Raúl Cubas Grau en Paraguay,
1999 y la reciente de Fernando Lugo de Paraguay; tres hubo que resultaron
fallidos como fueron los de Ernesto Samper en Colombia, 1996, y los de Luis
González Macchi en Paraguay, en 2002 y en 2003. En el único que intervinieron gobiernos
vecinos fue en el de Lugo.
Hay quienes dicen que el juicio
fue sumario porque se temía que el presidente clausurara al Congreso. Lugo
aceptó la decisión del Senado, aunque luego ensayó alguna resistencia que no ha
tenido mayor eco en la sociedad paraguaya. Sus abogados recurrirán, según
anunciaron, a la Corte Suprema
y a la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos. En la próxima reunión del MERCOSUR se anuncia la expulsión
del Paraguay y la incorporación de Venezuela.
No creo que la decisión que por
amplia mayoría tomó un Congreso, cuyos diputados y senadores fueron elegidos
por el pueblo en elecciones limpias, pueda justificar un enroque como éste,
especialmente si todavía se tramitan recursos judiciales y ante organismos
internacionales, que pueden anular o corregir los defectos que pudo haber
tenido este juicio bien calificado de express.
Córdoba,
julio de 2012.
* Es profesor emérito de la
Universidad Nacional de Córdoba y
catedrático de Derecho Constitucional en la
Universidad Católica de Córdoba y fue
diputado de la Nación.
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