Por Carlos Belgrano
Amigos:
Nuestra corporación de Medios es
monocorde, voluble, mediocre y guarda una consonancia tan simétrica entre sus
propietarios y accionistas que nos impide, establecer un distingo singular, que
nos habilite para acudir en el rescate de alguno de sus integrantes.
Porque todos tienen un pasado tan
ominoso y medroso, por la complacencia a la que se prestaron en algún tramo de
nuestra historia reciente.
Atrás quedó la etapa de las
valentías manifiestas, como la de la familia Gainza Paz, cuando Perón les expropió La Prensa, por sus vibrantes
editoriales contra el Régimen de aquéllos difíciles años.
Nunca se repitió ese gesto de
estoicismo en el universo del periodismo.
En lugar de ello, tuvimos,
tenemos y tendremos a Clarín, que para sintetizar a todo el resto, es la
quintaesencia de trasvetismo mediático, que coqueteó con todos los gobiernos,
hayan sido éstos civiles y/o militares por igual.
El abandono voluntario, malicioso
y porque no también cobarde, de explotar la ciclópea capacidad de inserción en
una opinión pública en estado catatónico, los hace tan responsables como a los
K, de todos los desmanes en los que nos vemos involucrados como Sociedad.
Porque al fin de cuentas, Magneto
y sus amigos, son cómplices necesarios en la idiotización de un Pueblo naif, al
que en dosis cada vez más abundantes, le inoculan más de Tinelli.
Cuando en circunstancias
extremas, como las actuales, mucho más nocivas que los más aciagos tiempos del
peronismo de los cuarenta y cincuenta, por la inexistencia de una
contrapropuesta de esa forma autocrática de gobernar, que con sus más y con sus
menos, existía entonces, un Imperio como el que regentea este sujeto, tiene que
anteponer su voracidad crematística, para otros menesteres.
Que deberían de principiar con
una línea editorial, ácida, mordaz, que transforme a ese Medio, en una
barricada, un estandarte, que de una forma muy singular, fuese la voz
aleccionadora para "avispar" a esta Argentina, cada vez más
adormilada e inconexa.
Este Señor Magneto, que es ya
archimillonario, nada tiene que perder, salvo la inefabilidad de su deceso y
sin embargo con una estructura física, digamos en etapa exánime no renuncia a
la voracidad, que lo aleja de lo más trascendente que debería de guiar estos
últimos tramos de su sinuosa existencia mortal.
He esbozado esta contracara de un
panegírico, por la desbordante velocidad de influencia que el grupo Clarín
malogra privilegiando sus fiducios.
Si dos ignotos periodistas del
Washington Post, pusieron en fuga a un Todopoderoso como Nixon, a mitad del
retiro de los yankees del sureste asiático, por mucho menos, este sujeto
Magneto, si se lo propusiera y sin esfuerzo, haría caer a este malandroso
gobierno.
Si desiste de hacerlo, es porque
sus motivaciones, evidente es, que están en lo absoluto divorciadas del interés
colectivo.
Y de ser así, ese renunciamiento
volitivo a combatir abiertamente este tsunami de vulgaridades e indemnidades,
con que nos inunda a diario la Presidente, ninguno de sus colegas tomará la
iniciativa y esta latencia en el que reposa el Bien Común, será tan eterna como
insondable en el tiempo.
Por ello creo que debemos de
iniciar un
JUICIO A KLARÍN.
Atentamente Carlos Belgrano
lacuchillanacional@yahoo.com
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