Por Carlos Belgrano
lacuchillanacional808@gmail.com
Amigos:
Deliberadamente he
incluido un barbarismo gramatical en el intitulado de esta entrega, porque en
mi Pueblo natal, los ancianos nos enseñaban rudimentariamente así, la sabiduría
de la tolerancia.
Inveteradamente este
día y desde hace treinta tediosos años, se festeja con pompas, esta conquista
popular.
Pero si desentrañamos
este festival de urnas, votos y fraude ¿encontraremos la verdad?
En mi caso y con toda
la subjetividad de la que puedan tildarme algunos, procuraré hacerlo.
Y lo hace con meros
ejemplos estadísticos.
1) Accidentalmente de visita
en Argentina, días pasados, como un automovilista más, fui cautivo en la
Autopista Illia, durante varias horas.
Las suficientes para
repasar el contorno de la población
zoológica que habita la "villa 31".
Nada me asombró, menos
un aspecto y fue que de los cientos de vecinos de esa abominación inmobiliaria,
emergían de tanto en tanto, flameantes banderas peruanas, bolivianas y
paraguayas.
Y las concordantes
voces de esas nacionalidades, eran las más numerosas entre esa gentuza
contestataria.
Se estima que entre
todos esos barrios periféricos, separados apenas, por la red ferroviaria,
habitan unas cien mil personas.
En 1983, eran apenas un
mil quinientas, dentro de una sola manzana.
2) Actualmente la deuda
externa supera en mucho, los trescientos cincuenta mil millones de dólares.
En la postrimería
Militar era de apenas treinta y cinco mil, incluyendo diez mil millones, por el
abultado endeudamiento de armamento, cuando el conato bélico con los chilenos por el Beagle.
3) En igual periodo, la
población económicamente activa era del 97%, ergo la desocupación apenas rozaba
el 3%.
Hoy es del 75% con una
desocupación real y efectiva del 25%, si descontamos a los que reciben el
asistencialismo estatal.
4) El índice de
criminalidad del periodo 1976/1983 exhibe la supresión física de siete mil
seres humanos, incluyendo a los "cinco mil desaparecidos",
puntillosamente inscriptos por la Conadep en su libro Nunca Más.
Desde 1983, setenta y
cuatro mil Argentinos, fueron ultimados por malvivientes en ocasiones de robos
y o secuestros extorsivos.
Lo que nos arroja un
saldo comparativo, si lo dividimos por cuatro, de diez en Democracia por uno,
durante el proceso Militar, exceptuando a los extremistas ejecutados.
5) Hasta 1983, toda la
estructura de las Escuelas Primarias y de Enseñanza Media Estatales, eran un
modelo para toda Hispanoamérica, por sus adelantos edilicios, y por la
autofinanciación de sus gastos ornamentales y mobiliario, merced a las
desinteresadas "Cooperativas de Padres", que recurriendo a las
legendarias rifas, solventaban las necesidades más elementales.
Hoy el derrumbe
educativo, con baños y aulas destrozados por los propios "educandos",
nos asemejan a los establecimientos de formación de Bosnia, Irak y cualquier
republiqueta que se precia de tal.
Otro tanto e idéntico
se puede advertir en las Universidades,
pintarrajeadas, plagadas de carteles obscenos, que tornan en abstracta
la vida y el clima estudiantil de aprendizaje, por los anarquizados Centros de
Alumnos y los constantes paros del personal no docente.
6) Hasta 1983, salvo el
interregno 1973/1976, la Judicatura era una profesión de altísimo prestigio.
Los Magistrados, no
solo eran probos, sino estudiosos, decentes y con una vocación laboral, que los
disponía a trabajar más de doce horas hábiles diarias.
Para las promociones a
Jueces, una vieja costumbre que se remontaba a principios del siglo veinte, era
que las Cámaras de Apelaciones de los distintos Fueros, se reunían en plenario
y luego de ternar a varios candidatos, elevaban al Ministerio de Justicia, las nóminas
de los más capacitados para el cargo, por haber rendido honrosamente las
encuestas a las que eran sometidos.
Hoy los Oyarbide y
tantos otros como este invertido, son los que deciden sobre nuestra tutela
estatal.
7) Hasta 1983, nadie
temía transitar libremente, hasta por los distritos más lúgubres, porque el
control social y el disuasivo policial, estaba presente en las calles y
barrios.
Hoy animarse a salir de
paseo aun a los sectores más emblemáticos, es toda una aventura. Y
8) Hasta 1983, se
suicidaban los deudores; ahora lo hacen los acreedores.
Y estos desmanes que
padecemos todos por igual desde hace menos de una semana, nos acredita, que el
otrora ciudadano común, hoy muto en un "saqueador de bienes
suntuosos".
No es difícil de
imaginar, las causales de esta psicosis colectiva por apropiarse de lo ajeno, y
la selectividad de esos despojos.
Las policías, al
acuartelarse, no hicieron más, que poner al desnudo la "anatomía
cultural" del ciudadano promedio.
Que imitando a sus
gobernantes, opta por fraccionar la ley como ellos lo hacen de continuo.
La ecuación es bien
simple.
Los últimos, se
encuentran indemnes de castigo, merced al encubrimiento judicial.
Y los primeros, se
afectaron al pillaje, por encontrarse libres de temores de una inmediata
represión.
Sintetizando, no
debemos esforzarnos demasiado, para estar contestes que la tonicidad de este
republicanismo bananero, nada hizo por civilizar al hombre común.
Por el contrario lo ha
embrutecido.
En 1942, Roberto Marcelino Ortiz, por su ceguera
y la participación cercana de apenas un puñado de sus correligionarios, en el
asunto de los terrenos del Palomar, sin tener ninguna participación ni directa
ni indirecta, dimitió, luego de abonar de su peculio, lo salarios de todo el
personal de la Residencia Presidencial de la calle Suipacha.
Porque con la distinción de un Hombre con mayúsculas,
era de la idea, que el Contribuyente no debía afrontar los gastos de un
"Presidente Invidente".
Cuando en 1995,
falleció don Arturo Frondizi, sus
dos nietos, tuvieron que recurrir al Turco, para solicitarle que los gastos del
funeral, los asumiera el Estado, porque no contaban con dinero para
sufragarlos.
Luego de la Capilla
Ardiente en el salón Azul del Congreso, unos pocos de sus seguidores, seguimos
junto a su féretro hasta el Cementerio de Olivos, en donde en un reducido catre
de una bóveda prestada, descansarían sus restos.
Algunos balbucearon
algunas frases, hasta que una humilde mujer portando una bolsa de supermercado
y que no formaba parte de nuestra comitiva, exclamó VIVA LA PATRIA.
Todos quedamos
enmudecidos, por cuanto al menos para mí, fue el discurso más conmovedor de los
que había oído hasta esos días.
Hoy se debate sobre la
"ruta del dinero K".
De si la detenta Báez, o el que formateo la externación
de los Fondos de Santa Cruz, un tal Juan
Manuel Campillo, ex cáfila del grupo de homosexuales que lideraba Néstor en Gallegos.
De si los veinte mil
millones de dólares, propiedad de la "Dueña del Sem*n del Congreso",
están en la bóveda del tuerto, en el palacio del Calafate, en Rio Gallegos, en
Venezuela, Cuba o Andorra la Vieja.
Con estos contrastes, a
mi entender demasiado altisonantes, solo me resta una reflexión
DEMOCRACIA: AGUANTATE
LA CALOR CON SACO.
Atentamente Carlos Belgrano.-
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