Por Emilio Nazar Kasbo
En un mail de fecha 5 de agosto
de 2016, el Dr. Cosme Beccar Varela denuncia que se encuentra “el Comisario
Gral. Etchecolatz en un infierno a las órdenes de Macri”, responsabilizando en
forma directa al Presidente de la Nación y al sistema judicial de ejecución
penal. Ello, en el marco de los envíos del medio del cual es titular,
denominado “La botella al mar”.
¿Qué sucedería si el actual
gobierno pusiera en la cárcel a integrantes de “La Cámpora” y los sujetase a
las mismas condiciones y trato que los militares de la década de 1970? ¿Qué
sucedería si se considerasen, tal como lo son, los delitos de corrupción
estatal como Delitos de Lesa Humanidad, y por tanto imprescriptibles, ya que
constituyen los Derechos Humanos de Cuarta Generación? ¿Qué juicio de valor
harían los defensores de los reos, imputados, procesados o meramente detenidos?
Todos coincidimos en que los
Delitos de Lesa Humanidad, tales como las Desapariciones Forzadas de Personas,
deben ser juzgados por el Derecho Natural como reflejo del Derecho Eterno, y
por tanto en su condición de imprescriptibles. Pero también debe uno entrar en
razones de políticas de pacificación nacional, que permitirían una elasticidad
en la aplicación de tales criterios en pos de alcanzar una paz social que de
otro modo se vería dificultadas.
Kant afirmaba que es requisito de toda norma que pueda ser universalizable, es decir, que pueda ser aplicada a todos los casos similares. ¿Aceptarían ese desafío quienes protagonizaron actos terroristas en la década de 1970, o quienes en el pasado reciente han estado involucrados en causas de corrupción? ¿Qué valoración harían, acerca de esta cuestión?
LA BOTELLA DEL NÁUFRAGO
Muchos de los que reciben la
información, cual bañistas en la playa, ven la botella y la dejan pasar, de
modo que este tipo de informaciones no trascienden por lo habitual a los
grandes medios de comunicación, que tienen otras “prioridades”.
La publicación del Dr. Beccar
Varela se debe a un “informe de la Sra. De Etchecolatz”, Graciela del Bosque de
Etchecolatz, quien lo visitó el día 4 de Agosto de 2016, en el Hospital del
Penal de Ezeiza. Y tal difusión es efectuada por el Dr. Beccar Varela, según
sus palabras, “no porque el Presidente Macri no sepa cuál es la situación del
Comisario General Etchecolatz, víctima de los jueces prevaricadores de
izquierda cómplices del kirchnerismo y ahora del propio Macri que podría
resolver la situación en un día, sino para que quede constancia pública de lo
que pasa y quitarle toda excusa por lo que no hace”.
El autor de la nota, indica que
Macri “sabe muy bien que debe indultar a TODOS los secuestrados políticos y en
especial al Comisario General Etchecolatz, por más que la izquierda lo haya
convertido arbitrariamente en una especie de símbolo de su odio. Y si no lo
indulta, al menos debe ordenar su inmediato traslado a su casa y su urgente
tratamiento en un Sanatorio adecuado y no en ese mal Hospital para presos
comunes que es el Hospital del Penal de Ezeiza”.
TELAM Y DIARIO HOY
La última noticia de relevancia
que aborda la situación de Etchecolatz, es de Telam y del Diario Hoy, de fecha
3 de agosto pasado. En el último medio, bajo el tendencioso e inexacto título “Un
genocida en huelga de hambre”, sostiene en la bajada de la misma: “Miguel
Etchecolatz tiene cuatro condenas por delitos de lesa humanidad, pero la
Justicia de La Plata lo habilitó para volver a su casa. El beneficio, que aún
no se efectivizó, llega a poco de cumplirse 10 años de la desaparición de Jorge
Julio López”.
Cabe destacar que solamente este
titulado acredita la violación de toda normativa jurídica nacional. En efecto:
1) No existió Genocidio alguno en Argentina, y ningún organismo de Derechos
Humanos efectuó jamás una denuncia por la violación de tal tratado, y ello
motivado por la falta de fundamento de hechos y extremos que pudieran
fundamentarlo, siquiera de forma remota; 2) Que el sistema penal argentino
unifica las condenas y no admite múltiples condenas a un reo, y mucho menos por
los mismos hechos; 3) Que se presenta como una irregularidad la prisión
domiciliaria, cuando ella se encuentra contemplada por los mismos tratados de
Derechos Humanos; y finalmente, 4) que se pretende una coincidencia con los 10
años de la desaparición de Jorge López.
Continúa la referida nota del
Diario Hoy de La Plata con el siguiente contenido, que no sólo muestra
tendenciosidad sino además la explícita desinformación: “Miguel Etchecolatz es
el genocida condenado no solo una sino cuatro veces a cadena perpetua, por su
comprobada actuación en el genocidio perpetrado durante la última dictadura
militar. Jorge Julio López desapareció por segunda vez en el marco del primer
juicio a este hombre, luego de haber dado un testimonio clave en el proceso
judicial. Sin embargo, el pasado viernes 22 de julio, el Tribunal Oral N° 1 de
La Plata le concedió la prisión domiciliaria, a quien fue la mano derecha de
Ramón Camps durante la dictadura, condenado en seis oportunidades e imputado en
una gran cantidad de causas que aún no llegaron a juicio. La polémica decisión
judicial se tomó en base a los 87 años que tiene el hombre, la hipertensión que
padece y el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Sin embargo, la
medida no se efectivizó y Etchecolatz sigue alojado en el Hospital
Penitenciario de Ezeiza. Ahora, según trascendió en las últimas horas, el ex
director de Investigaciones de la policía bonaerense resolvió iniciar una
huelga de hambre hasta tanto se efectivice el beneficio otorgado.”
CONDENA MEDIÁTICA NO JURÍDICA
En este caso, vemos una “condena
mediática” por un crimen no cometido: Genocidio, al cual se le achaca a
Etchecolatz ser “el genocida condenado no solo una sino cuatro veces a cadena
perpetua, por su comprobada actuación en el genocidio perpetrado durante la
última dictadura militar”. La conclusión es que el Comisario General Miguel
Etchecolatz necesita cuatro vidas para poder cumplir cuatro cadenas perpetuas,
dado que el sistema jurídico no permitirá que deje de cumplirlas… a no ser que
tales cuatro condenas de cadena perpetua sean una completa ridiculez y una
fantochada jurídica inadmisible en nuestro sistema penal bajo todo punto de
vista. Cualquier estudiante de derecho puede darse cuenta, y no sólo eso, se
trata de una ofensa al sentido común el pretender que una persona cumpla cuatro
condenas de cadena perpetua. ¿Comprobada actuación en un genocidio perpetrado
durante la última dictadura? Semejante afirmación debe ser comprobada, ya que
no existe ni una sola denuncia por genocidio al presente que haya tenido curso.
La nota mezcla el tema con Jorge
López, cuyo testimonio no resultó de relevancia a la condena, que estaba
redactada y dada de antemano, ya que era público que Etchecolatz iba a ser
condenado, desapareció en las condiciones que refirió la Revista Noticias que
abordó la investigación de modo inmediato, ni bien se dificultó la ubicación de
López (señalándose que todo indicaba que la “desaparición” fue por su propia
voluntad y no a raíz de “secuestro” alguno como se ha pretendido, sobre todo
porque hubo diversos testigos que dijeron haberlo ubicado, entre otros con una
salida por la frontera hacia Paraguay, lo cual se “ha investigado” según
quienes llevaban la causa, sin tener novedades públicas acerca de tal “investigación”).
La prisión domiciliaria de
Etchecolatz es legal. Y el hecho de que fuese “la mano derecha de Ramón Camps
durante la dictadura, condenado en seis oportunidades e imputado en una gran
cantidad de cosas que aun no llegaron a juicio”, no significa que deban
violársele los derechos que posee y su dignidad como persona. Sobre todo,
porque tiene 87 años, con hipertensión y riesgo de sufrir un accidente
cerebrovascular, todo lo cual ameritaría a que el Comisario General interponga
una demanda por daños contra el Estado por violársele sus derechos. Aun en el
caso de que hubiese violado derechos ajenos, no se le puede negar el ejercicio
de los propios derechos a Etchecolatz, so pena de incurrir en delitos
reprimidos por nuestro Código Penal y por nuestra Constitución Nacional.
ABANDONO DE PERSONA SEGUIDO DE MUERTE
Continúa el Dr. Cosme Beccar
Varela su artículo refiriendo que “En caso de que (Mauricio Macri) no haga nada
de esto (indultar o buscar alternativas de solución), por miedo a la izquierda
o por simpatía con ella y el Comisario General muriera, sepa el Presidente que
podría ser acusado de abandono de persona seguido de muerte y por
incumplimiento de su deber de hacer cumplir la Convención de Derechos Humanos
del Pacto de San José de Costa Rica que forma parte de nuestra Constitución por
virtud del art. 75, inciso 22 de la Constitución Nacional (versión 1994), cuyo
artículo 7mo. dice que todo hombre tiene derecho a la libertad personal y los 7
incisos que integran ese artículo especifican, entre otras cosas, que
"nadie puede ser sometido a detención a encarcelamiento arbitrarios".
Junto con eso debería ser acusado en juicio político para ser destituido por
delito en el ejercicio de sus funciones y por mal desempeño (art. 53 de la CN).
Lo mismo les cabe a los jueces que no disponen su detención domiciliaria,
delito ese agravado por lo dispuesto en el art. 18 de la Constitución Nacional.
Además del delito de prevaricato a los "jueces" que lo
"condenaron" con sentencias dictadas en "juicios"
obscenamente nulos. Queda Ud. notificado, Sr. Presidente Macri, porque no hay
duda de que sus vastos servicios de informaciones están entre los varios miles
de lectores de "La botella al mar" y no puede ignorar lo que en ella
está escrito.”
PRISIONEROS DE GUERRA
A continuación, Beccar Varela reproduce
la carta de la Sra. De Etchecolatz, en la cual refiere su informe: “Ayer estuve
en el HPC (Siglas del Hospital de Ezeiza dentro del Penal) viendo a mi esposo.
Mi intención era además de verlo, intentar disuadir a Miguel de la continuidad
de esta huelga. Debo confesar que no lo logré. Por lo demás vi a mi esposo en
cama, en penumbra, desmejorado, muy delgado y sumido. Me comentaron los
compañeros y las enfermeras que se había mareado, que el día anterior se había caído
y que por esa razón estaba en cama”.
Esta es la condición en que se
encuentra una persona de 87 años detenida, con prisión domiciliaria, y contra
toda normativa jurídica argentina. Efectivamente, todo esto que hemos detallado
marca que se trata de juicios de tendenciosidad política e ideológica, juicios
no jurídicos, donde ninguna garantía o derecho constitucional vale. Es decir, las condenas violan todo derecho de
defensa, y por tanto son nulas, además de que con una extensión de promedio de
200 páginas aparecen escritas de un día para el otro, lo cual no responde a
tiempos humanos, y por tanto debe presuponerse que han sido redactadas
previamente al ejercicio del derecho de defensa.
La Sra. De Etchecolatz continúa
su relato, que es una denuncia, explicando: “las cárceles, por lo general no
son lugares agradables, pero el Hospital de un penal que fue diseñado para una
población carcelaria que no superen los 30 o 35 años, y que hoy está abarrotada
por estos presos políticos y de guerra, con bastones, sillas de ruedas para
trasladarse, algunos sin piernas, cuadripléjicos, otros ciegos, con
problemáticas graves de salud ¡Es como mucho! Siento al ver a estas personas
cuyos nombres e historias en la mayoría de los casos desconozco, una profunda
impotencia. Son casi todos personas mayores, por decir ancianos, que más allá
de lo que se diga que cometieron, en tiempos de conflicto armado, cuarenta años
antes, hoy en democracia se los tortura psíquica y físicamente deteriorando día
a día su salud y acortando su expectativa de vida. Créame que es como revivir
Los Miserables de Víctor Hugo. Bajar a un infierno incomprensible para personas
civilizadas, en donde uno se pregunta qué pasa por la mente de quienes
disfrutan con la perversidad de castigar a seres disminuidos, enfermos,
gerontes. La venganza no es justicia. Es ver en el espejo del otro nuestras
propias miserias, nuestras propias bajezas. No se puede hablar de Derechos
Humanos si cometemos estos actos salvajes, carentes de toda Misericordia, de
toda compasión.”
Así, extiende la situación de
Miguel Etchecolatz a todo el resto de los detenidos, de los presos de Guerra,
los cuales no son reconocidos en su dignidad como personas. El problema además,
es que muchos se encuentran detenidos incluso de forma antijurídica, sin
sentencia, y en diversa condición procesal. Por ello, no se puede hablar de “presos
políticos”, ya que las detenciones y condición resulta ser tan variada, que más
se asimila su actual situación a un “campo de concentración” donde se reúnen “prisioneros
de guerra” encerrados por los vencedores de la guerra. De modo que son juzgados
por situaciones, normas y reglas de tiempos de paz, los actos que fueron
desarrollados en tiempos de guerra, y así el resultado es que existen
prisioneros de guerra, ya que no les cabe otro encuadre jurídico.
¿JUECES RECUSABLES?
“Decir que somos un ejemplo en el
mundo sobre Derechos Humanos, ocultando una parte dolorosa de la Historia,
ocultando los otros muertos, las otras víctimas inocentes debajo de la
alfombra. Ser indiferente a estos hechos habla de involución como seres
humanos. Hoy me anoticié que el Dr. Rafecas y la Sala 1 de la Capital Federal
le habían concedido a mi esposo el arresto domiciliario. Pero aun falta más… el
Juzgado Nº 3 de La Plata a cargo del Dr. Ernesto Kreplak, integrante de “La
Cámpora” y de “Justicia Legítima” debe expedirse. También los otros integrantes
que conforman el Tribunal Oral Nº 1 donde están a la espera de juicios por
otras causas, sabe Dios cuándo y que están en disidencia con lo resuelto por el
Dr. Castelli y el Dr. Michelli. El cuento de la Buena Pipa que jugábamos de niños”,
continúa refiriendo el informe.
De modo que la noticia difundida
por el Diario Hoy y Telam, no resultaba ser tan cierta, ni la prisión
domiciliaria se encuentra firme. Asimismo, indica la Sra. De Etchecolatz que
existen “otros muertos”, es decir, “las otras víctimas inocentes debajo de la
alfombra”, refiriéndose a los muertos por actos de terrorismo principalmente en
la década de 1970, quienes al presente no han tenido ni reconocimiento, ni
reparación, ni compensación económica alguna por tal motivo. Es más, existe
prácticamente una unanimidad de criterios en que los actos de Terrorismo
también son crímenes de Lesa Humanidad, y por tanto son imprescriptibles,
mereciendo las mismas sanciones y trato que los actualmente recibidos por los
vencedores de la Guerra Armada.
Concluye la Sra. De Etchecolatz
consignando: “y algo más, de no resolverse será la Cámara Federal de La Plata
cuyo presidente Dr. Leopoldo Schiffrin, de “Justicia Legítima”, a quien mi
esposo tuvo preso, no por terrorista sino por integrar la liga de compras de
propiedades y por amenazar a los propietarios que perdían sus casas en las
hipotecas. Como verá está claro quiénes durante estos diez años ejecutaron
encubiertamente a mi esposo”
Concluye Graciela del Bosque de
Etchecolatz agradeciendo al Dr. Cosme Beccar Varela “por su lucha y por ayudar
a esclarecer tanto odio y tanta oscuridad”.
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