domingo, 21 de junio de 2009

ORDENANZA DISPONE QUE HOMOSEXUALES FIGUREN EN HISTORIAS CLÍNICAS CON SU NOMBRE IMAGINARIO

Un proyecto de ordenanza platense dispone que en las Unidades sanitarias y centros de salud de nuestra ciudad, se respete la "identidad de género" adoptada por personas travestís y transexuales que utilicen un nombre distinto al consignado en su Documento Nacional de Identidad, y llamar por el nombre adoptado por las mismas a aquellas que asistan como pacientes a los nosocomios de la órbita municipal. El proyecto traería gravísimas consecuencias, dado que por ejemplo en un certificado de defunción o con obras sociales, por ejemplo, pues constaría un doble nombre diverso al del DNI.

La iniciativa de la Presidente de la Comisión de Salud del Concejo Deliberante, Susana Sánchez, indica además que "el paciente tendrá derecho a utilizar el nombre que haya elegido, el cual quedará registrado en su historia clínica y toda documentación que el hospital extienda, debiéndose consignar indefectiblemente el número de Documento Nacional de Identidad, Nombre y Apellido que figura en el Documento Nacional de Identidad, a los efectos legales de la misma".

Según los fundamentos de la iniciativa, "diversas organizaciones que luchan por erradicar la discriminación en lo ámbitos de Salud, el trato recibido por las personas travestís y transexuales que concurren a los centros de salud pública casi siempre ha sido sumamente discriminatorio y violento para estas y sus familias, siendo víctimas de burlas por el personal y no respetando su identidad de género". Cabe destacar que la persona es una unidad biológica, psicológica y espiritual, y que la ruptura de esa unidad es señal de una enfermedad y de un trastorno. Pretender que la biología corre por un lado mientras que la psicología corre por otro, implicaría aceptar el trato de cocodrilo dado a un ser humano porque en su "idealismo" y su "psicología" ese ser humano se considera un cocodrilo, e implicaría un trato discriminatorio no alojarlo en un hábitat con pileta adecuada a la vida de un cocodrilo. La ruptura ilógica de la unidad biológica con la psicología del ser varón o mujer, es un trastorno que debe ser tratado, ya que se pretende imaginativamente una identidad que no corresponde por nacimiento, según la misma naturaleza.

"Como consecuencia de tal situación (la "discriminación" referida) surge la resolución 2359/07 que dispone que de acuerdo a la Ley 13.175 - de acceso equitativo a los servicios de salud- 'la concurrencia a los hospitales públicos por parte de personas travestís y transexuales da cuenta de la necesidad de adoptar medidas tendientes a respetar su identidad femenina y masculina' y párrafo seguido propone al personal de los nosocomios designar al paciente con el nombre que haya elegido", explicó la edil.

Para finalizar, el proyecto consigna "el respeto de la identidad de género de las personas se vincula con el reconocimiento del derecho a la identidad y del derecho a ser diferente".

"Los datos estadísticos en el último censo reflejan de alguna manera la situación de vulnerabilidad en la que viven travestís y transexuales y que muy a menudo se relaciona con situaciones de discriminación vinculadas con la falta de reconocimiento de su identidad o expresión de género. Ante lo expuesto se hace necesario tomar las medidas pertinentes a fin de garantizar a las personas de nuestro Municipio se respete su derecho a la intimidad e identidad de género", finalizó.

Nada habla la edil de la violencia ejercida por los travestis, transexuales hacia la sociedad, su falta de adaptación, su permanente actitud provocativa. Recientemente, una mujer denunció a Diario Pregón de La Plata que habiendo ingresado al toilette de damas de un comercio de comidas rápidas en la Capital Federal, una extraña voz que imitaba la de una mujer comenzó a hablarle desde el mismo toilette con improperios, provocaciones y con una notable alteración. La mujer que denunció el hecho, afirmó que tuvo miedo de salir, y que de pronto juntó ánimos y trató de dirigirse hacia la puerta sin observar demasiado a la persona, que era un travesti de unos 65 años de edad, quien a la vez le preguntaba: "¿vos qué tenés, ragazzo o ragazza?".

Situaciones semejantes, de graves provocaciones en sitios públicos, son adoptadas por los travestis y transexuales, lesbianas, homsexuales y toda la gama a la que hasta no hace mucho tiempo se calificaba con el nombre de putos y tortilleras... es decir, el grupo de los degenerados.

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