jueves, 9 de julio de 2009

DIFICULTADES FINANCIERAS DE LA CAJA KIRCHNERISTA CONDUCEN AL MONITOREO DEL FMI, Y A OTRO CORRALITO

No comprender el sistema de la socialdemocracia convierte en impredecible la política. Parecería incompatible la designación de un ministro de Economía liberal (o neoliberal) con un gobierno izquierdista, pero esa es su esencia: el inmanentismo cultural en una economía “de mercado”.

Carlos Fernández, siendo ministro de Economía de la Nación, semanas antes de las elecciones del 28 de junio de 2009, debió explicar el desagregado de obligaciones del gasto corriente, e indicó que después de los comicios la situación sería muy preocupante.

Tras la sustitución de Fernández al frente de la cartera de Hacienda, el flamante ministro de Economía Amado Boudou, dijo que uno de sus objetivos es que la Argentina "vuelva al mercado de crédito" y destacó la importancia de acceder al mercado de financiamiento.

Entre medio, existe la hipótesis de un impuesto a la renta financiera, o la emisión de un bono sobre los depósitos bancarios como recursos posibles.

El secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, acercó al director de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray, una serie de carpetas con diversos proyectos y alternativas.

Ninguna de las dos propuestas es aprobada por el presidente del Banco Central, Martín Redrado. Desde la entidad monetaria afirmaron que un bono similar fracasó en la gestión de Domingo Cavallo del año 2001 en el Ministerio de Economía, mientras que un impuesto a la renta financiera hace subir las tasas de interés y contrae el crédito.

La asunción del cargo de ministro de Economía por Amado Boudou tuvo ausencias del mundo empresario, de las principales cámaras patronales del país, de la Unión Industrial Argentina, la Asociación Empresaria Argentina, los bancos privados y la Cámara de Comercio.

El ministerio de Economía necesita de Pesos para recomponer el superávit fiscal, y dólares para pagar los servicios de renta de los bonos Boden 2012.

Mientras la recaudación crece al 12% anual y el gasto público al 30%, sin financiamiento adicional, implica el próximo déficit.

Boudou ya tuvo como encargo la disolución de las AFJP y el traspaso de fondos jubilatorios al Estado mientras que ahora su misión eventual es establecer el nuevo Corralito con ciertas particularidades financieras, en que se canjearían depósitos por bonos.

Boudou sabe que sólo entre las acciones de Telefónica y Tenaris podría contar con unos 2.500 millones de dólares. El pago del bono Boden 2012 implicará para el Tesoro un desembolso superior a los US$ 2.300 millones. El Tesoro está juntando los Pesos y para eso, entre otras fuentes, toma parte de los depósitos oficiales en el Banco Nación. Con esos Pesos le debe comprar los dólares al Banco Central, y el 3 de agosto hará efectivo el pago.

Para la gran mayoría de empresarios y analistas, la designación de Amado Boudou significa que Néstor Kirchner seguirá monopolizando discrecionalmente las decisiones en el área económica, como lo hizo en los últimos cuatro años desde que Roberto Lavagna se retiró.

Los ciudadanos reclaman como acciones de Gobierno la normalización del Indec y el apartamiento de Guillermo Moreno como ejecutor de la distorsión de los indicadores de precios, pobreza, desempleo y actividad económica.

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