Tras el responso por un sacerdote católico en el cementerio de Chacarita, y de la mano de un grupo de ex carapintadas, el féretro que trasladaba los restos del Coronel Mohamed Alí Seineldín se dirigió a la bóveda correspondiente.
Ante una multitud, el Mayor Hugo Abete realizó el discurso de despedida, y entre otros conceptos expresó que “Dios elige a los mejore para su guardia y el Coronel ya forma parte del Ejército Celestial”.
Transcribimos a continuación parte de las palabras del Mayor Hugo Abete:
A los amigos de las Fuerzas Armadas. ¡El hombre que ha muerto! ¡No tienen ni idea, no alcanzan a comprender en su ignorancia total, no alcanzan a tener la dimensión del hombre que tuvimos el honor los argentinos nacidos en esta tierra!
Es una cosa maravillosa, lo que nos ha dado este hombre. Todo lo que ha hecho ha sido un ejemplo extraordinario para todos nosotros, para quienes servimos bajo sus órdenes, para cualquiera de todos los que estamos acá, seguro que alguno tiene alguna anécdota brillante del Coronel Seineldín. Y esa anécdota está teñida de admiración por él.
Lo hemos visto en la cárcel al Coronel, donde en la cárcel nada se disimula, donde aparecen todas las miserias y todas las virtudes humanas, y lo único que encontramos eran virtudes, virtudes y más virtudes. Todos lo admiraban. Lo admiraban los presos comunes, lo admiraban los guardiacárceles, lo admiraban los sacerdotes, lo admiraban los médicos del penal. Todos.
Por eso, como decía mi hermano, el capital Gustavo Breide Obeid, este es el honor de estar acá congregados despidiéndolo al Coronel Seineldín. Pero esos honores quedan velados con el honor nosotros que estamos sintiendo ahora, en este momento, nosotros.
Y yo quiero, para no hacer más larga la despedida, esta partida del Coronel, que le rindamos los honores que nosotros sentimos cuando se despide a un soldado. Y yo les voy a pedir a ustedes que más allá de si son hombres, mujeres, chicos, viejo, joven o lo que sea, lo despidamos con un saludo militar al Coronel Seineldín.
Saludo uno mi Coronel. Gloria y Honor al Coronel Seineldín
Se realiza un minuto de silencio, con todos los presentes realizando un saludo militar.
¡Viva la Patria! ¡Viva la Patria! ¡Viva la Patria!
¡Seineldín! ¡Argentina! Se vivó reiterativamente
Le vamos a cantar al Coronel como a él le hubiera gustado, esta es la mejor despedida para el Coronel:
¡Dios y Patria! ¡O muerte! ¡Dios y Patria! ¡O muerte! ¡Dios y Patria! ¡O muerte!
A continuación se entonó el siguiente canto, que también el Coronel Mohamed Alí Seineldín también hacía propio:
¡Oíd argentinos
el grito de ataque!
clarines vibrantes
nos mandan luchar
por Cristo y su Iglesia
librar el combate
que la Patria antigua
resucitará.
Conservando bien alto,
la bandera sagrada.
que en Luján es el manto,
de la Virgen amada.
Nuestra tierra gloriosa,
para siempre ha de ser
la Nación victoriosa,
que jamás dejó de ser.
De pie juventudes,
Venid con nosotros
Librad el combate
Los héroes están
Con Dios en la Gloria
Sirviendo de ejemplo
En el recio temple
De la Cristiandad
Conservando bien alto,
la bandera sagrada.
que en Luján es el manto,
de la Virgen amada.
Nuestra tierra gloriosa,
para siempre ha de ser,
la Nación victoriosa,
que jamás dejó de ser.
De pie juventudes,
venid con nosotros,
rompamos unidos
la marcha triunfal,
unidos forjemos
la Patria futura,
en el recio molde
de la Cristiandad.
Conservando bien alto,
la bandera sagrada.
que en Luján es el manto,
de la Virgen Amada.
Nuestra tierra gloriosa,
para siempre ha de ser,
la Nación victoriosa,
que jamás dejó de ser.
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