domingo, 18 de abril de 2010

EL P. ALFREDO SAENZ PRESENTO “LA EPOPEYA DE LA VENDÉE” EN LA PLATA

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En la foto: el P. Alfredo Sáenz

El Padre Alfredo Sáenz presentó el día jueves 15 de abril de 2010 en la ciudad de La Plata su nuevo libro "La epopeya de La Vendée", de la serie "La Nave y las Tempestades".
En su exposición, manifestó que hay dos cosmovisiones que cada vez son más claras, dos Iglesias: la Iglesia enfrentada al gobierno revolucionario y la subordinada a él, la Religión de Dios y la del demonio. A continuación, reproducimos algunos conceptos que el P. Sáenz refirió en la presentación.
La Revolución no fue de pobres contra ricos, porque esa es una visión folklórica que nada tiene que ver con la realidad. Fue todo al revés. Los nobles eran los revolucionarios, y quienes se levantaron en contra de la Revolución fueron los pobres.
En Francia hay dos Patrias, como las Dos Ciudades de San Agustín: la de Carlomagno y San Luis, y la revolucionaria, en una situación que sigue hasta el presente.
La Guerra fue en defensa de Dios y de la Patria, fue una guerra teológica en la cual aparecieron un montón de mártires.
La Vendée se levantó en armas contra los revolucionarios. A los sacerdotes perseguidos por los revolucionarios, éstos los llamaban "refractarios".
Así como hay un Vicario de Dios espiritual, que es el Papa, en aquella época se consideraba que el Vicario de Dios en el orden temporal era el Rey, más allá de sus defectos. Por eso, la consigna de los vandeanos era: "Dios y el Rey".
Los republicanos eran sanguinarios. Tenían generales crueles, y formaron las "columnas infernales" que arrasaban con todas las personas y bienes a su paso. Buscaban matar a las mujeres, principalmente a las embarazadas, porque decían que de allí nacerían enemigos. Las pieles humanas de los vandeanos eran usadas para fabricar pantalones, prendas de vestir, y los muertos fueron utilizados para extraer grasa. Fue un verdadero genocidio atroz.
Napoleón quiso ganarse a los vandeanos, a quienes admiraba a pesar de ser agnóstico. Al tomar el poder en Francia, a su regreso de España, quiso pasar por La Vendée, y fue bien recibido porque consideraban que había hecho un Concordato con Roma.
El último levantamiento vandeano fue en 1832.
Estando el P. Alfredo Sáenz oficiando Misa el día 12 de agosto de 2009 en la iglesia de las Clarisas, vio una placa en la cual se recordaba que Liniers, el héroe de la Reconquista, pidió oraciones allí. Después del fusilamiento de Liniers, su hijo fue a combatir del lado español en la batalla de Ayacucho, y a raíz de su actuación sus superiores lo recomendaron para que ascendiera, fundamentando que pertenecía a una de las familias que más sangre derramó en La Vendée, atribuyendo a tal circunstancia que el mismo fuera muy aguerrido en la batalla.
Hoy hay una gran desidia, una falta de reacción ante las más graves ofensas a la Religión, a la Patria y a la familia. Pero en aquellos tiempos, la gente se levantó porque no toleraron las ofensas a la Iglesia.

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