Por Carlos Manuel Acuña
Coincidentemente, en las más altas esferas oficiales se evaluó que algo debería hacerse para evitar un derrumbe electoral en 2011 que pondría no en riesgo sino en un nivel de certidumbre los severos castigos legales a los que debería someterse buena parte del actual elenco gobernante.
Las palabras "coimas", negociados, narcotráfico se rodearon de sucesos trágicos y criminales y muchos creyeron que el kirchnerismo se precipitaría rápidamente en el abismo. Obviamente no fue así pero lo herida en el ala ya se había producido.
Replegado sobre sí mismo y mientras su mujer amparada por el título de Presidente de la Nación aceleró la costumbre de acumular palabras en largos discursos y declaraciones intrascendentes no ajenas a circunstancias determinantes de verdaderos papelones, Néstor Carlos se dedicó a elaborar un proyecto con el asesoramiento de dos personajes residentes en el exterior -Ernesto Laclau y Chantal Muffet- que cada vez más seguido viajaron a la Argentina , se reunieron con el grupo Carta Política que le da un mínimo de sustento doctrinario al kirchnerismo y como culminación de tantas elucubraciones surgió la estrategia del miedo. ¿Qué hacer?
Lo primero, lanzar rumores y a continuación producir hechos elocuentes. La lista es larga pero mencionaremos los principales componentes en una sucesión telegráfica para su mejor comprensión:
1) Los rumores más estrafalarios pero no desajustados de la verdad que ingresaron en la mente de los argentinos que en un comienzo se resistían a aceptar su contenido;
2) después aparecieron las forzadas exteriorizaciones de un problema inexistente en la Argentino : el indigenismo con su parte de certidumbre ubicada en una oscura oficina londinense -la misma capital donde viven Laclau y Muffet- que administra y distribuye los fondos para lo que aparece como una rebelión de mapuches presunta y falsamente originarios. Se ocupan campos, aparecen armas y relatos de violentos encontronazos, de capillas que deben abandonarse y establecimientos agropecuarios ocupados, sucesos todos estos que desaparecen como por arte de magia de los medios de comunicación pero cuyo mensaje de alarma llega de boca en boca y queda latente con la amenaza que sube desde el sur y dice que "llegaremos hasta Buenos Aires";
3) concurrentemente, la presidente de la República se abraza y avala a la activista Milagro Salas que en el norte, Jujuy más precisamente, instaló su cuartel general con policía propia, con la policial provincial amedrentada y el gobernador, sumiso, atado de pies y manos. En las rutas se cobra peaje, también surgen armas, el narcotráfico alimenta esta aventura entre las fronteras argentino bolivianas, se conoce que en varias provincias existen núcleos similares que responden a la misma dirigente hasta que desde hace un tiempo ya operan en el populoso distrito de La Matanza , a escasos minutos del centro de la Capital Federal , elementos que responden a Salas. Militares venezolanos protagonizan noticias y rumores jamás desmentidos y en tanto se lanzan hacia la opinión pública detalles de armas y recursos financiero suministrados por el poder central, los hechos se mantienen dentro de un marco de mínima prudencia para que la alarma no se precipite antes de tiempo.
4) De manera simultánea crece el delito común que adquiere sospechosos matices políticos a juzgar por los bancos e instalaciones militares donde estallan bombas o se producen ataques para robar armas. Las novedades se publican y luego se esfuman en la bruma de una duda que se angosta. Se difunde una estadística de hechos, listados de armas robadas y diariamente se incrementan sucesos terroríficos que exponen una violencia como nunca se conoció. El acostumbramiento tiende a disimular este aspecto de la realidad hasta que otro hecho actualiza de golpe el problema en crecimiento.
Barrios cerrados son vulnerados con lo que psicológicamente se instala lentamente otro aspecto del miedo: no hay lugar seguro donde refugiarse. La policía, desmoralizada, se encuentra limitada para actuar y la justicia deja en libertad a los menores utilizados por delincuentes adultos. Amparados por la legislación vigente que nadie se atreve a modificar, ambos quedan en libertad y son pocos los casos donde la represión logra el éxito.
5) Paralelamente prosiguen las detenciones y juicios arbitrarios e inconstitucionales contra militares, personal de seguridad e incorporándose poco a poco a civiles en este proceso que no sólo no concluye sino que se engrosa con anuncios surgidos desde la órbita oficial en el sentido de que esta persecución a quienes representan o representaron un aspecto del orden y la seguridad públicas, serán detenidos, acusados, procesados y condenados.
Alterada de esta manera toda posibilidad de encontrar una solución, esa alteración recibe un nuevo impulso con los piquetes, ocupaciones, amenazas y declaraciones de personajes amparados política y abiertamente por el gobierno. La población, la ciudadanía, llena sus conversaciones con rumores adicionales, cálculos acerca de las perspectivas de un agravamiento de la escena y se llega al convencimiento de que inevitablemente se impondrá un proceso contestatario de incierto desenlace.
Desde los poderes públicos nada se hace para revertir este convencimiento y durante su desarrollo las dirigencias políticas se limitan a actuar dentro de los parámetros normales de la competencia que hace a su vocación.
Sin embargo, aún nadie o muy pocos reflexionan que el kirchnerismo jamás se resignará a dejar el poder mediante el juego de la normatividad institucional, que atarse a ésta es un camino de vía muerta y que el desafío pasa por otros parámetros.
La experiencia ha demostrado que la capacidad de iniciativa del virtual presidente de la Nación, Néstor Carlos Kirchner, siempre está un paso adelante de las estrategias que puede pergeñar la oposición que, curiosamente, se empeña en mantenerse desunida e incluso a dejar de lado la especulación que instala la certeza en la medida que se reflexiones: aún cuando triunfara electoralmente, el kirchnerismo, desde un segundo puesto, no dejará gobernar a cualquiera que milagrosamente resulte victorioso.
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