Por Juan E. Olmedo Alba Posse
Octubre de 2010
La familia ONU Al intervenir en la 65ª sesión de la asamblea general de la ONU, el secretario para las Relaciones de la Santa Sede con los Estados, monseñor Dominique Mamberti, le tributó efusivos elogios al máximo organismo internacional. (cfr. Zenit, 1.10.10).
La Santa Sede –dijo- considera que los sesenta y cinco años de vida de la ONU son ya en sí un acontecimiento histórico único. “La ONU ha tratado de aportar soluciones a los problemas internacionales de carácter económico, social, cultural y humanitario”.
Así recordaba “los resultados positivos que la comunidad internacional ha obtenido durante la sesión precedente de la Asamblea general, así como el innegable bien que la Organización de Naciones Unidas representa para toda la humanidad”.
La Santa Sede considera –afirmó- que el diálogo “que permanece abierto y vivo en los demás órganos y en las agencias de la 'familia de la ONU' ha sido el instrumento fundamental” para cumplir su objetivo.
Interrogantes
El cotejo de tan altos conceptos con la doctrina católica –frente a la práctica constante del máximo organismo internacional y las agencias de “su familia”- provocan gran preocupación.
Pero antes que nada, surge un interrogante: ¿Monseñor Mamberti se puede identificar con la Santa Sede?
Y en todo caso: ¿Podría pretenderse que equivalga al Vicario de Cristo?
A partir de ello, irrumpen otras preguntas muy acuciantes, descontando que el referido funcionario eclesiástico no es un infiltrado de la masonería: ¿Es posible que un prelado ocupe tan alto cargo ignorando el comportamiento de la ONU y “familia” en sus setenta y cinco años de vida? …Con paradigmas como el tirano soviético Gorbachev y el demócrata occidental Kissinger, autor del siniestro “Informe” (Memorandum 200).
¿Puede desconocer la reingeniería social panteísta, en las antípodas del mensaje de Cristo? ¿No sabe de la “Carta de la Tierra” en reemplazo de los 10 Mandamientos y la venerada Arca de la Esperanza que la contiene, remedo del Arca de la Alianza? ¿Ignorará el protocolo del CEDAW y la promoción coercitiva del aborto? ¿Desconoce la guerra contra la natalidad -anticoncepción y esterilidad- especialmente en los países más pobres? Lo mismo que la perspectiva de género, la apertura hacia el homosexualismo y demás perversiones de los “derechos” humanos…
Y en cuanto a la Justicia y preservación de la Paz ¿No ha advertido que mientras la ONU promueve la eliminación de las armas atómicas, tolera su acumulación colosal en manos de las potencias poderosas? ¿Habrá olvidado la indiferencia frente al brutal ataque armando a la basílica de Belén en 2002? O la agresión alevosa contra naciones y personas mal vistas por los súper poderes mundiales…
Se ignoran o apañan monstruosos crímenes históricos del comunismo, al paso que se alimentan mitos y venganzas ideológicas. Todo conforme a la idolatría “democrática” y el humanismo materialista, junto a una marcada aversión a la Iglesia Católica. De tal manera, mentes lúcidas e ilustradas han prevenido sobre la ONU y su familia, como dominios próximos al Anticristo.
Realmente es difícil entender a funcionarios como monseñor Mamberti y sus dichos difundidos por la Agencia Zenit satisfecha. Pero es fácil recordar las prevenciones evangélicas y las predicciones de una gran Confusión. Lo cual urge al refugio de un cabal y devoto conocimiento de la Santa Iglesia Católica imperecedera.
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