Benedicto XVI no cree que haya de corregir sus palabras sobre el preservativo y así se lo manifestado al portavoz vaticano, padre Lombardi.
El Papa ha subrayado al portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi que sus palabras sobre el preservativo no necesitan ninguna corrección y que su contribución no es una discusión técnica, sino que simplemente pretende resaltar la necesidad de una humanización de la sexualidad, en una reunión celebrada este lunes (N del E: 22 de noviembre de 2010) en el apartamento papal.
Benedicto XVI ha afirmado que la utilización del preservativo es el primer paso de responsabilidad para darse cuenta del riesgo y "evitar poner en riesgo a la otra persona", según ha declarado al portavoz de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, con ocasión de la presentación del libro este martes en el Vaticano "Luz del Mundo. El Papa, la iglesia y el signo de los tiempos".
También ha manifestado en el libro que concentrarse "sólo en el profiláctico es trivializar al sexualidad". Además, el Papa ha sostenido que esta superficialidad representa "la peligrosa razón por la cual tantas personas en la sexualidad no ven la expresión de su amor", sino "una especie de droga, que se suministran ellos mismos".
Por otra parte, el Papa ha pedido que la sexualidad "sea valorada positivamente" para que pueda ejercitar "su efecto positivo sobre el ser humano en su totalidad".
El libro-entrevista Luz del mundo (Herder), presentado este martes en el Vaticano, recoge respuestas francas.
La conversación ofrece claves sobre muy diversos los retos de la sociedad actual y la fe y la crisis de la Iglesia. También aclara numerosas cuestiones en torno a cuestiones concretas como el caso Williamson, su discurso en Ratisbona, la polémica en torno al preservativo, los homosexuales, sus modificaciones en la liturgia,...
Presentamos, elaborado por Zenit, algunas de las frases más destacadas del libro.
Sorpresa ante su elección: "El hecho de que me viera de pronto frente a esa formidable tarea fue, como todos saben un shock para mí. La responsabilidad es realmente gigantesca”.
El poder del Papa: “El papa no tiene divisiones ni puede comandar. Tampoco posee una gran empresa en la que todos los fieles de la Iglesia fuesen sus empleados o subordinados. En tal ese sentido, el papa es, por un lado, un hombre totalmente impotente. Por otro lado, tiene una gran responsabilidad. En cierta medida es el jefe, el representante, y al mismo tiempo el responsable de que la fe que mantiene unidos a los hombres sea creída, que siga estando viva y que permanezca intacta en su identidad. Pero sólo el mismo Señor tiene el poder de mantener a los hombres también en la fe”.
Renuncia al papado: “Si el papa llega a reconocer con claridad que física, psíquica y mentalmente no puede ya con el encargo de su oficio, tiene el derecho y, en ciertas circunstancias, también el deber de renunciar”.
Persecución: “La Iglesia, el cristiano, y sobre todo el papa, debe contar con que el testimonio que tiene que dar se convierta en escándalo, no sea aceptado, y que, entonces, sea puesto en la situación de testigo, en la situación de Cristo sufriente”.
Las masas y el papa: “No se trata tanto del contacto con la persona, sino del contacto físico con ese ministerio, con el representante de lo sagrado, con el misterio de que hay un sucesor de Pedro, uno que debe representar a Cristo. En este sentido hay que aceptarlo y no tomar como un agasajo personal el júbilo dirigido a uno mismo”.
Escoger colaboradores: “Lo decisivo es que tenga las cualidades, que sea una persona espiritual, un hombre realmente creyente y, sobre todo, valiente. Eso implica no dejarse doblegar por el dictado de las opiniones sino actuar a partir de lo que se reconoce interiormente, aun cuando ello traiga consigo enojos. Y, como es natural, han de ser hombres que posean cualidades intelectuales, profesionales y humanas de modo que sean capaces de conducir e integrar también a otros en una comunidad familiar”.
Juan Pablo II: “Yo me sé realmente un deudor suyo que, con su modesta figura, procura continuar lo que Juan Pablo II hizo como gigante”.
Crisis de los abusos: “Todo esto ha sido para nosotros un shock y a mí sigue conmoviéndome hoy como ayer hasta lo más hondo”.
Soluciones a los abusos: “Lo importante es, en primer lugar, cuidar de las víctimas y hacer todo lo posible por ayudarles y por estar a su lado con ánimo de contribuir a su sanación; en segundo lugar, evitar lo más que se pueda estos hechos por medio de una correcta selección de los candidatos al sacerdocio; y, en tercer lugar, que los autores de los hechos sean castigados y que se les excluya toda posibilidad de reincidir”.
Afrontar los abusos: “Lo que nunca debe suceder es escabullirse y pretender no haber visto, dejando así que los autores de los crímenes sigan cometiendo sus acciones. Por tanto, es necesaria la vigilancia de la Iglesia, el castigo para quien ha faltado, y sobre todo la exclusión de todo ulterior acceso a niños”.
Situación actual de la Iglesia: “La Iglesia vive. Contemplada sólo desde Europa pareciera que se encuentra en decadencia Pero ésta es sólo una parte del conjunto. En otros continentes crece y vive, está llena de dinamismo (···). Si la Iglesia dejara de esta r presente, significaría un colapso de espacios vitales enteros”.
Año Sacerdotal: “Se podría decir que el diablo no podía tolerar el Año Sacerdotal y, por eso, nos echó en cara la inmundicia. Por otra parte, podría decirse que el Señor quería probarnos y llamarnos a una purificación más profunda”.
--Libro Jesús de Nazaret: “No es un libro del magisterio, un libro que yo haya escrito en mi potestad papal, sino un libro que me he propuesto desde hace largo tiempo como mi última gran obra”.
Legionarios de Cristo (LC): “Naturalmente, hay que hacer correcciones, pero en términos generales, es una comunidad sana. Hay en ella muchas personas jóvenes que quieren servir con entusiasmo a la fe. No se debe destruir ese entusiasmo. Muchos de ellos partieron de una figura falsa, pero a l final se han visto llamados a adherir a una correcta. Éste es el hecho notable, la contradicción: que, por así decirlo, un falso profeta haya podido tener un efecto positivo. A esos jóvenes hay que darles un nuevo aliento. Hace falta una estructura nueva para que no caigan en el vacío sino que, rectamente conducidos, puedan prestar un servicio a la Iglesia y a los hombres”.
Fundador de los LC: “Para mí, Marcial Maciel sigue siendo una figura enigmática. Por una parte, una vida que, como ahora sabemos, se encuentra fuera de la moralidad, una vida de aventuras, disipada, extraviada. Por otra parte, vemos el dinamismo y la fuerza con al que construyó la comunidad de los Legionarios”.
Sacerdotes que cohabitan con una mujer: “El problema fundamental es la honradez. El segundo problema es el respeto por la verdad de esas dos personas y de los niños a fin de encontrar l a solución correcta. Y el tercero es: ¿cómo podemos educar de nuevo a los jóvenes en el celibato?”.
Progreso: “Lo que se puede hacer, hay que poder hacerlo. Todo lo demás iría contra la libertad. ¿Es verdad eso? Yo pienso que no”.
Deuda: “Vivimos a costa de las generaciones futuras. En tal sentido se advierte que vivimos en la falsedad. Vivimos orientados hacia las apariencias, y las grandes deudas se tratan como algo de nuestra propiedad, sin más. (···) Haría falta una reflexión, reconocer de nuevo lo que realmente es posible, lo que se puede, lo que se debe”.
Relativismo: “Nadie discutirá que es preciso ser cuidadoso y cauteloso al reivindicar la verdad. Pero descartarla sin más como inalcanzable ejerce directamente una acción destructiva”.
Nueva intolerancia: “Hay parámetros acostumbrados del pensamiento que se quieren imponer a todos. Así, pues, se los anuncia en la llamada “tolerancia negativa”, por ejemplo, cuando se dice que, en virtud de la tolerancia negativa, no debe haber cruz alguna en los edificios públicos. En el fondo, lo que experimentamos con eso es la supresión de la tolerancia, pues significa que la religión, que la fe cristiana, no puede manifestarse más de forma visible.
Burka: “No veo razón alguna para una prohibición general. Se afirma que algunas mujeres no llevan el burka de forma libre y voluntaria, y que se trata propiamente de una violación de la mujer. Por supuesto, con eso no se puede estar de acuerdo. Pero si libre y voluntariamente quieren llevarlo, no sé por qué hay que prohibírselo”.
Drogas: “Esa serpiente del tráfico y consumo de drogas abarca toda la tierra, es un poder que no nos imaginamos como se debe”.
Sed de eternidad: “Hemos de poner de manifiesto -y vivir también- que la infinitud que el hombre necesita sólo puede provenir de Dios. Que Dios es de primera necesidad para que sea posible resistir las tribulaciones de este tiempo”.
Comunicar el Evangelio: “Debemos procurar decir realmente la sustancia en cuanto tal, pero decirla de forma nueva. El proceso interior de traducción de las grandes palabras a la imagen verbal y conceptual de nuestro tiempo está avanzando, pero aún no se ha logrado realmente. Y esto sólo puede conseguirse si los hombres viven el cristianismo desde Aquel que vendrá”.
¿Un nuevo concilio?: “Creo que en este momento el instrumento correcto son los sínodos, en los que el episcopado entero está representado y, por así decirlo, se encuentra en un movimiento de búsqueda, mantiene en unión a la Iglesia y entera y, al mismo tiempo, la lleva hacia adelante”.
Nueva generación eclesial: “Es distinta, es más positiva que la generación de la ruptura de los años setenta”.
Judíos: “Una nueva unión de amor y comprensión entre Israel y la Iglesia, en el respeto mutuo por el ser del otro y por su propia misión, tiene que ser esencial para mi anuncio de la fe cristiana”.
Ortodoxos: “El lugar donde, por así decirlo, nos sentimos más inmediatamente en casa y donde más podemos esperar también alcanzar la unidad es la Ortodoxia”.
Protestantismo: “Ha dado pasos que más bien lo alejan de nosotros: con la ordenación de mujeres, la aceptación de uniones homosexuales y cosas semejantes”.
Ecumenismo: “El mundo necesita un potencial de testimonio a favor del Dios uno que nos habla en Cristo”.
Diálogo interreligioso: “Tenemos un mensaje ético que da orientación a los hombres. Y llevar juntos ese mensaje es de suma importancia en la crisis de los pueblos”.
China: “Hay una gran esperanza de que pronto podamos superar definitivamente la división. Es una meta por la que tengo un interés especial y que presento diariamente al Señor en la oración”.
Iglesia-comunidad eclesial: “Hay Iglesia en sentido auténtico allí donde está dado el ministerio episcopal en la sucesión sacramental de los apóstoles y, con ello, está presenta la eucaristía como sacramento que administran el obispo y el sacerdote”
Ordinariatos: “ La iniciativa no partió de nosotros, sino de obispos anglicanos que se pusieron en diálogo con la Congregación para la Doctrina de la Fe. Deseamos ofrecer posibilidades para que tradiciones de Iglesias particulares, tradiciones que han crecido fuera de la Iglesia romana, entren en comunión con el papa y, de ese modo, en la comunidad católica”.
Ratisbona: “Yo había concebido el discurso como una conferencia estrictamente académica, y así lo pronuncié, sin ser consciente de que un discurso papal no es interpretado en clave académica, sino política”.
Islam: “Lo reconozco como una gran realidad religiosas con la que debemos estar en diálogo”.
Sexualidad: “Lo importante es que el hombre es alma en cuerpo, que él es él mismo en cuanto cuerpo y que, por eso, se puede concebir el cuerpo de forma positiva y la sexualidad como un don positivo. A través de ella, el hombre participa de la condición creadora de Dios. Encontrar esta concepción positiva y cuidar de ese tesoro que se nos ha dado es una gran tarea”.
Preservativos: “Es obvio que ella [la Iglesia] no los ve como una solución real y moral. No obstante, en uno u otro caso pueden ser, en la intención de reducir el peligro de contagio, un primer paso en el camino hacia una sexualidad vivida de forma diferente, hacia una sexualidad más humana”.
Lefebrianos: “Su excomunión no tenía nada que ver con el Vaticano II, sino que había sido pronunciada con motivo de una falta contra el primado. En ese momento habían declarado en una carta su reconocimiento del primado, y en tal sentido la consecuencia jurídica era muy clara. (···). Lamentablemente, de nuestra parte se realizó u n mal trabajo de comunicación ante la opinión pública, de modo que el verdadero contenido jurídico y los límites de este procedimiento no quedaron claros en absoluto".
Ideales: “Es preciso percibir nuevamente que, como seres humanos, hemos de plantear exigencias mayores a la condición humana; más aún: que justamente sólo a través de eso se accede a la felicidad mayor”.
Pío XII: “Fue uno de los grandes justos, que salvó a muchos judíos, a tantos como ningún otro”.
Posesiones de la Iglesia: “No es que arrojemos fuera con liviandad los bienes mientras conservan su carácter de servicio. La pregunta es por cuánto tiempo sirve una cosa realmente al conjunto. Nunca debería suceder que estemos sometidos a ella, de modo que los bienes dominen el Bien, sino siempre a la inversa”.
Nueva evangelización: “El único evangelio debe ser anunciado en su inmensa, permanente racionalidad y, al mismo tiempo, en su poder, que sobrepasa la racionalidad, para llegar nuevamente a nuestro pensamiento y nuestra comprensión”.
Concepción eclesial: “Si cada uno recibe al mismo Cristo, todos estamos reunidos realmente en ese cuerpo nuevo, resucitado, como el gran ámbito de una nueva humanidad”.
Enseñanza de la religión: “Los obispos deben reflexionar de hecho seriamente sobre cómo puede darse a la catequesis un corazón nuevo, un rostro nuevo”.
Indisolubilidad del matrimonio: “Nosotros no podemos manipular esa palabra. Debemos dejarla así, aun cuando contradiga las formas de vida hoy dominantes”.
Eucaristía: “Si es verdad -como creemos- que en la eucaristí ;a está Cristo realmente presente, éste es el acontecimiento central sin más”.
Celibato: “Es siempre, por así decirlo, un ataque a lo que el hombre piensa normalmente, algo que sólo es realizable y creíble si Dios existe”.
Ordenación de mujeres: “La Iglesia no tiene ´en modo alguno la facultad´ de ordenar a mujeres. No es que, digamos, no nos guste, sino que no podemos. El Señor dio a la Iglesia una figura con los Doce, y después, en sucesión de ellos, con los obispos y los presbíteros (los sacerdotes). Esta figura de la Iglesia no la hemos hecho nosotros, sino que es constitutiva desde Él. Seguirla es un acto de obediencia”.
La mujer en la Iglesia: “Hay tantas funciones destacadas, importantes de las mujeres en la Iglesia que no puede hablarse de discriminación. Si se contempla la historia de la Iglesia, la importancia de las mujeres -desde María, pasando por Mónica y hasta llegar a la Madre Teresa- es tan eminente que, en muchos sentidos, las mujeres plasman la imagen de la Iglesia más que los hombres”.
Homosexualidad: “Si alguien tiene inclinaciones homosexuales profundamente arraigadas -no se sabe hasta ahora si son realmente innatas o si surgen en la temprana infancia-, y en cualquier caso si ellas tienen poder en esa persona, tales inclinaciones son para ella una gran prueba".
Fin del mundo: “El Apocalipsis no da ningún esquema de una posibilidad de cálculo cronológico. Justamente lo llamativo en él es que, cuando se cree que ha llegado propiamente el final, todo empieza de nuevo desde el comienzo. Lo importante es que cada tiempo se disponga para la cercanía del Señor. Que justamente nosotros, aquí y ahora, estamos bajo el juicio del Señor y nos dejamos juzgar desde su juicio”.
Ecología: “Que el hombre está amenazado, que se amenaza a sí mismo y amenaza el mundo, se hace hoy de algún modo visible a través de las pruebas científicas. Sólo puede ser salvado si en su corazón crecen las fuerzas morales; fuerzas que sólo pueden provenir del encuentro con Dios”.
A petición de nuestros lectores, ofrecemos a continuación el fragmento del libro-entrevista Luz del mundo en el que Benedicto XVI aborda la cuestión del uso del preservativo (páginas 130 a 132). El libro ha sido publicado en España por la Editorial Herder.
“El viaje a África fue totalmente desplazado en el ámbito de las publicaciones por una sola frase. Me habían preguntado por qué la Iglesia católica asume una posición irrealista e ineficaz en la cuestión del sida. En vista de ello me sentí realmente desafiado, pues la Iglesia hace más que todos los demás. Y sigo sosteniéndolo. Porque ella es la única institución que se encuentra de forma muy cercana y concreta junto a las personas, previniendo, educando, ayudando, aconsejando, acompañando. Porque trata a tantos enfermos de sida, especialmente a niños enfermos de sida, como nadie fuera de ella.
He podido visitar uno de esos servicios y conversar con los enfermos. Ésa fue la auténtica respuesta: la Iglesia hace más que los demás porque no habla sólo desde la tribuna periodística, sino que ayuda a las hermanas, a los hermanos que se encuentran en el lugar. En esa ocasión [vuelo a África en marzo de 2009] no tomé posición en general respecto del problema del preservativo, sino que, solamente, dije -y eso se convirtió después en un gran escándalo-: el problema no puede solucionarse con la distribución de preservativos. Deben darse muchas cosas más. Es preciso estar cerca de los hombres, conducirlos, ayudarles, y eso tanto antes como después de contraer la enfermedad.
Y la realidad es que, siempre que alguien lo requiere, se tienen preservativos a disposición. Pero eso solo no resuelve la cuestión. Deben darse más cosas. Entretanto se ha desarrollado, justamente en el ámbito secular, la llamada teoría ABC, que significa: “Abstinence-Be faithful-Condom!” [Abstinencia-Fidelidad-Preservativo], en la que no se entiende el preservativo solamente como punto de escape cuando los otros dos puntos no resultan efectivos. Es decir, la mera fijación en el preservativo significa una banalización de la sexualidad, y tal banalización es precisamente el origen peligroso de que tantas personas no encuentren ya en la sexualidad la expresión del amor, sino sólo una suerte de droga que se administran a sí mismas. Por eso, la lucha contra la banalización de la sexualidad forma parte de la lucha por que la sexualidad sea valorada positivamente y pueda desplegar su acción positiva en la totalidad de la condición humana.
Podrá haber casos fundados de carácter aislado, por ejemplo, cuando un prostituido utiliza un preservativo, pudiendo ser esto un primer acto de moralización, un primer tramo de responsabilidad a fin de desarrollar de nuevo una consciencia de que no todo está permitido y de que no se puede hacer todo lo que se quiere. Pero ésta no es la auténtica modalidad para abordar el mal de la infección con el VIH. Tal modalidad ha de consistir realmente en la humanización de la sexualidad.
¿Significa esto que la Iglesia católica no está por principio en contra de la utilización de preservativos?
- Es obvio que ella no los ve como una solución real y moral. No obstante, en uno u otro caso pueden ser, en la intención de reducir el peligro de contagio, un primer paso en el camino hacia una sexualidad vivida de forma diferente, hacia una sexualidad más humana.
Fuente: Religión en Libertad
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