Por el Dr. Edgardo Atilio Moreno *
Sr. Director:
A tenor de la tesis del historiador liberal José Ignacio García Hamilton, respecto a los orígenes de nuestra cultura autoritaria e improductiva, la culpa de todos los males que nos aquejan a los argentinos estaría en las instituciones que la España conquistadora trajo al nuevo continente, así como en la mentalidad que los americanos heredaron de aquella.
Y pensar que muchos creíamos que la vocación hegemónica inglesa, y la complicidad de grupos nativos ligados a intereses foráneos, era la causa principal de nuestra postración nacional.
Resulta entonces que no existieron para nada la piratería inglesa, ni las guerras contra el imperio español. Seguramente las invasiones al Río de la Plata fueron mal entendidos. Tampoco actuaron en nuestro territorio agentes al servicio de los intereses comerciales británicos. No nos robaron las islas Malvinas; no padecimos bloqueos navales y guerras civiles fogoneadas desde afuera. No nos obligaron a ir a la guerra con el país hermano del Paraguay para defender al comercio ingles. Jamás los ingleses se apropiaron de nuestros recursos naturales (bosques, minerales, etc); ni se quedaron con el monopolio de nuestros servicios públicos. Es falso que el tratado Roca-Runciman haya consagrado condiciones desventajosas para nuestro país en los intercambios comerciales con los británicos. No nos estafaron declarando la inconvertibilidad de la libra esterlina, para no pagarnos la deuda que tenían con nuestro país luego de la segunda guerra mundial. No hubo intereses usurarios en los créditos que nos obligaron a contraer con la banca internacional y que todavía nos agobian, etc etc.
Seguramente todos estos hechos no son más que teorías conspirativas y patrioterismo nacionalista.
La culpa de todo es del absolutismo español y de los caudillos que se enfrentaron a la acción benéfica del imperialismo ingles.
¡Por favor! ¿Para beneficio de quién se escribe la historia?
¿Cuando se tergiversan los hechos históricos, cuando se ignora -o se exalta lisa y llanamente- la acción del imperialismo, que lección podemos sacar de la lectura de nuestro pretérito? ¿No es al menos eso un reduccionismo falaz?
¿Cuando se defiende a una oligarquía conservadora de privilegios inicuos. Cuando al mismo tiempo se denigra a los próceres y se desprecian las ideas nacionales; no se esta colaborando con los verdaderos responsables de la situación de sometimiento y de pobreza de nuestra Patria? Y lo que es mas grave, ¿no se difunde un sentimiento de autodenigración que escamotea la realidad y nos impide recuperar nuestra voluntad de ser y de existir dignamente?
* Carta al Director que el diario El Liberal, de Santiago del Estero, se abstuvo de publicar
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