Por el Dr. Francisco Benard
No es fácil imaginarse que es lo que puede sentir en realidad un
anciano, sobre todo cuando no se ha llegado a serlo. Quizas por algún
conocimiento especial y por tener amigos pueda imaginarme cosas de su
vida.
La ancianidad es casi algo más que ser "viejos" No diría que es un
estado terminal, pero que sí de alguna manera marca a las personas con
sus achaques fisicos y espirituales. Es algo más que ser viejos. Por
otro lado, la ancianidad al menos en mi percepción que se acerca mas a la
oriental que a la occidental, es sinónimo de sabiduría.
Esta última condición, que no es exclusividad de los ancianos, sino
que puede darse en otro estadio generacional transita por un camino de
paz.. La vida se ve de forma más serena y calma. Son los mayores. Las
instituciones serias y que han permanecido incólumes en el tiempo y en
los siglos, siempre han elegido conductores que se aproximan a esa
ancianidad. La vida desde la calma es muy distinta a la vida de la
turbulencia de la juventud.
Un sano consejo es estar cerca de un anciano, porque mira la vida
con sabiduría y con calma. Los tiempos que nos tocan vivir son así.
Necesitamos de los ancianos y cuando más recurramos a ellos
descubriremos cuánto y mucho pueden dar aquellos a la sociedad. No
creamos que son una carga para la sociedad. Pensemos en lo útil que
podrían ser para la sociedad,
Dr. Francisco Benard
Abogado y Periodista
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