viernes, 24 de febrero de 2012

DECLARACIONES, DERECHOS Y GARANTÍAS




Por: Ing. Alejandro Pérez Unzner *

       Analista invitado: Dr. Marcelo Busquets

+  ComentAGRO diario + Apuntes de mercados agropecuarios y afines, e idea de ver un poco más allá de lo sectorial. Jueves 23 de febrero de 2012, 23.50 hs.

    Estoy de acuerdo en que insultar a alguien es, en el fondo, jugar en contra de los mandatos divinos y de las sapientes opiniones de los apóstoles y los Santos Padres, entre otros no menos mentados (y versados) doctos eclesiales.
    Además, empero, soy de la idea de que, dentro del marco de debido respeto y sana obediencia a las autoridades, el hombre se mueve por esta vida, entre otras cosas, buscando la Verdad y debiéndole rendir, a priori, el tributo que le es menester. Ocurre que respecto a ciertas “autoridades” es mejor ayudar a que sean correctamente reemplazadas, con arreglo a idoneidad, que seguir viendo cómo siguen dañando al que se le cruce en su camino.

     Como de a ratos me fallan los frenos también, quiero empezar brevemente no sólo intentando seguir en pos de dicha Verdad, al cabo, sino también tratando un término que pronunció, dados los luctuosos hechos conocidos a raíz del accidente ferroviario de Once, la por mí ciertamente no querida jerarca de las madres plazamayores. Una declaración más entre tantas, obvio. Recordando que nuestra Constitución Nacional (CN) incluye un ramillete de las mismas, desde su origen y en su versión menemo-alfoncínica del ´94: claro que las instituidas son declaraciones de principios, insertas en el mismo sitio que los derechos básicos para su propio ser y las garantías emergentes. 

     Entonces, dado que la novísima CN dejó espacio suficiente en su Primera Parte para un Capítulo Segundo, fruto se sesudas reflexiones de quienes la redactaron, intitulado “Nuevos derechos y garantías”, me pregunto si más que el funcionario del gobierno nacional aludido por la citada anciana (el responsable de Transportes), no es cada uno de nosotros un pelotudo para, justamente, funcionarios y adláteres de semejante calaña.

    Porque la CN indica, en su articulo 42: “Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno. Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos y a la constitución de asociaciones de consumidores y de usuarios…”

   Unos renglones antes, el artículo 36 dice: “Esta Constitución mantendrá su imperio aun cuando se interrumpiere su observancia por actos de fuerza contra el orden institucional y el sistema democrático. Estos actos serán insanablemente nulos. Sus autores serán pasibles de la sanción prevista en el artículo 29, inhabilitados a perpetuidad para ocupar cargos públicos y excluidos de los beneficios del indulto y la conmutación de penas. Tendrán las mismas sanciones quienes, como consecuencia de estos actos, usurparen funciones previstas para las autoridades de esta Constitución o las de las provincias, los que responderán civil y penalmente de sus actos. Las acciones respectivas serán imprescriptibles. Todos los ciudadanos tienen el derecho de resistencia contra quienes ejecutaren los actos de fuerza enunciados en este artículo. 
Atentará asimismo contra el sistema democrático quien incurriere en grave delito doloso contra el Estado que conlleve enriquecimiento, quedando inhabilitado por el tiempo que las leyes determinen para ocupar cargos o empleos públicos. El Congreso sancionará una ley sobre ética pública para el ejercicio de la función.”

     Pues, pelotudo es un adjetivo de uso vulgar -en Argentina, Chile y Uruguay según la RAE- que, dicho de una persona, implica que tiene pocas luces o que obra como tal. La cuarta y última acepción también viene al caso: lerdo, parsimonioso, irresponsable. Aclaro: como parece que ciertos personajes de la vapuleada realidad sociopolítica nacional nos tratan a nosotros, habitantes de este benemérito suelo austral como arriba se indica, tal vez sea cuestión de asumirlo, nomás. Pero entre los párrafos constitucionales citados y la revelación del significado del vocablo de marras, ya me entran serias dudas de a quién/es colgarle/s el cartelito. Porque, eso sí, mismo este jueves se conoció una decisión de otro de los innombrables (e inmorales, agrego sin temor a equivocarme), en este caso (¡Nada menos!) Juez de la Nación -sí, acertó quien lee, es el campeón espartaquista- en el sentido de alivianar el trato procesal al predecesor en el área Transportes del gobierno central, en una sonada causa en la que se lo investiga por presunta “amistad”, precisamente, con los empresarios a quienes su organismo debería controlar, como lo pide el mentado artículo 42

    Punto y aparte. Siguiendo con la “cosita” (casi escribo pelotudez, pero -en este caso sí- frené a tiempo) esa de la Verdad, creo que no estamos para creernos que la crisis mundial se terminó, aunque surjan indicios puntuales como los que hoy ayudaron a los mercados del exterior a desenvolverse en verde, mayormente. Caso, los datos de menor desempleo en EE.UU. (a nueve meses de las elecciones presidenciales) u otros por el estilo. Y, aterrizando en los granos, huele a bajista la cuestión triguera internacional, porque el “cosechón” que se ve venir ahora parece no sería tan, tan afectado por el reciente frío siberiano. Igualmente, como en estas pampas mandan los pelotudos en rubros como el trigo (¿Hace falta que me explaye?), importa poco y nada. En maíz, a su vez, USDA confirma siembra histórica (Recordar mi reciente texto de “Volver al ´45”) y en soja parece que los farmers mucho más no podrán hacer este año… porque hace rato que los de este rincón de América no somos ningunos pelotudos en materia de su cultivo, tecnologías e influencia en los precios globales.

* aperezunzner@gmail.com

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