viernes, 24 de febrero de 2012

LA CREACION DEL INSTITUTO MANUEL DORREGO



Por PATRICIO TURNER

MARIA DUJOVNE ORTIZ, urdió e inventó como si se hubiera sumergido en un  basural de mentiras y en un artículo publicado en el diario La Nación. Arrojó la temeraria y nunca demostrada idea, que el Gran Almirante en la etapa final de su vida, se había dedicado al tráfico de esclavos. Nunca lo demostró
Nunca lo fundamentó, pero tiró la acusación sobre el tapete y los demás hablaron ante tamaño aserto. De ello jamás volvió a hablarse, salvo las legítimas cartas o comunicados del Instituto Nacional Browniano y de la profesora Emilia Menotti que hoy preside esta Institución. No alcanzó  lo dicho a horadar los sentimientos tan caros que profesamos por el insigne irlandés de de quien todos los contemporáneos,  sean adversarios, ocasionales enemigos  o amigos, jamás mencionaron tamaña afrenta, ni siquiera los ingleses que en dos ocasiones lo apresaran se les ocurrió zaherir su bien ganado prestigio. El tiempo pasó y las afrentas continúan, no ya por la mencionada ensayista, y no ya solo a Guillermo Brown, sino por otros.
 Hay otro personaje “Pacho “ O Donnell  quien no es  en realidad un historiador  ya que  ,como mucho, escribió y le dio algo de forma a lo que otros estudiaron con seriedad y decidido empeño, no hay nada en su zigzagueante devenir político nada absolutamente nada que se corresponda a algún proceder ético sino a un constante adaptarse y sacar ventajas. Y este señor olfateó que los Institutos Nacionales varios de ellos obviamente favorecidos -pero después  perjudicados por la presencia y luego la ausencia de los gobiernos con sesgo militar, dejaban o producían un vacío producto más que nada por el desplante político de los últimos gobiernos y así sufrieron consecuencias de diversa índole que le quitaron la proyección de otrora perjudicando  así la  difusión de sus ideales.
A ello se suma la ausencia de historiadores de fuste que antes existían y  que con buena pluma y estudios difundieron los aportes de muchos de los personajes de nuestra historia  y si bien no es que han dejado de existir hombres y mujeres brillantes abocados al pasado histórico, no parece que actualmente la calidad y seriedad hayan ido a la par de algunas publicaciones, de allí que todo ello coadyuvó a que  las figuras señeras de nuestro pasado  desde ahora y por una actitud arrogante y demencial  solo puede ser bendecidas por la actitud oficial cuando un instituto de efímera existencia les de su aprobación, lo cual no es sino  un  despreciable absurdo pero mas que absurdo es una afrenta ética y moral ya que lo que se pretende en diversos ordenes es imponer un pensamiento homogéneo en todas las esferas de la vida de la sociedad argentina.

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