Por PATRICIO TURNER
MARIA DUJOVNE ORTIZ, urdió e inventó como si se hubiera sumergido
en un basural de mentiras y en un
artículo publicado en el diario La Nación. Arrojó la temeraria y nunca
demostrada idea, que el Gran Almirante en la etapa final de su vida, se había
dedicado al tráfico de esclavos. Nunca lo demostró
Nunca lo fundamentó, pero tiró la
acusación sobre el tapete y los demás hablaron ante tamaño aserto. De ello
jamás volvió a hablarse, salvo las legítimas cartas o comunicados del Instituto
Nacional Browniano y de la profesora Emilia
Menotti que hoy preside esta Institución. No alcanzó lo dicho a horadar los sentimientos tan caros
que profesamos por el insigne irlandés de de quien todos los
contemporáneos, sean adversarios,
ocasionales enemigos o amigos, jamás mencionaron
tamaña afrenta, ni siquiera los ingleses que en dos ocasiones lo apresaran se
les ocurrió zaherir su bien ganado prestigio. El tiempo pasó y las afrentas
continúan, no ya por la mencionada ensayista, y no ya solo a Guillermo Brown, sino por otros.
Hay otro personaje “Pacho “ O Donnell quien no
es en realidad un historiador ya que
,como mucho, escribió y le dio algo de forma a lo que otros estudiaron
con seriedad y decidido empeño, no hay nada en su zigzagueante devenir político
nada absolutamente nada que se corresponda a algún proceder ético sino a un
constante adaptarse y sacar ventajas. Y este señor olfateó que los Institutos
Nacionales varios de ellos obviamente favorecidos -pero después perjudicados por la presencia y luego la
ausencia de los gobiernos con sesgo militar, dejaban o producían un vacío
producto más que nada por el desplante político de los últimos gobiernos y así
sufrieron consecuencias de diversa índole que le quitaron la proyección de
otrora perjudicando así la difusión de sus ideales.
A ello se suma la ausencia de
historiadores de fuste que antes existían y
que con buena pluma y estudios difundieron los aportes de muchos de los
personajes de nuestra historia y si bien
no es que han dejado de existir hombres y mujeres brillantes abocados al pasado
histórico, no parece que actualmente la calidad y seriedad hayan ido a la par
de algunas publicaciones, de allí que todo ello coadyuvó a que las figuras señeras de nuestro pasado desde ahora y por una actitud arrogante y
demencial solo puede ser bendecidas por
la actitud oficial cuando un instituto de efímera existencia les de su
aprobación, lo cual no es sino un despreciable absurdo pero mas que absurdo es
una afrenta ética y moral ya que lo que se pretende en diversos ordenes es
imponer un pensamiento homogéneo en todas las esferas de la vida de la sociedad
argentina.
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