lunes, 18 de junio de 2012

EL REVALÚO INMOBILIARIO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES: LA TRANQUILIDAD DEL "NO SABER"

Por Roberto Pedro Campi *
  Me encuentro con muchos productores que no tienen la menor idea de lo terrible que es la reforma impositiva de Buenos Aires. Esperan que algún milagro los libre de este impuestazo.

     “Ya vino la primer cuota de este año con un 30% de aumento en relación a la del año pasado así que no creo que sea para tanto” me ha dicho más de uno creyendo que el inmobiliario va a aumentar otro poco y listo. Y esto es más o menos así; vendrá la segunda cuota igual a la primera, para no levantar mucha polvareda, y después en la tercera van a cargar todos los ajustes.

     Un productor de Pergamino, propietario de 100 hectáreas, tendrá que pagar si sólo se hubiese aplicado el primer aumento, unos 16.000 $ en concepto de inmobiliario, pero la reforma existe, el revalúo se aprobó por decreto, y va a tener que pagar alrededor de 30.000 $. Ya no serán tres cuotas de cinco mil y pico, van a ser tres de 10.000 cada una.

     Pero esto no es lo más grave, lo peor se viene en abril del 2.013, cuando su contador le diga que sólo por el campo va a tener que pagar unos 50.000 $ en concepto del impuesto a los bienes personales. Y no hay dudas esto es así por más que nos quieran hacer creer lo contrario. Inmobiliario nos pega fuerte, pero bienes personales nos saca directamente de contexto. Es imposible de pagar.

     Por eso lo mejor es no informarse mirar la tele pasatista y esperar a ver que pasa. La gente no entiende, no cree, no calcula, espera una solución mágica. Y si algo se puede asegurar en este país donde las cosas cambian día a día de acuerdo a las necesidades de los gobiernos, es que solución mágica no va a haber, y peor aún; todo lo malo que podemos prever en materia impositiva con seguridad va a ocurrir.

    Sumemos 30.000 de inmobiliario más 50.000 de bienes personales, son 80.000$ que tendremos que pagar gracias a la reciente y cuestionada reforma de Scioli, en 100 has de campo donde se siembra el yuyo para tener más rentabilidad. Tendremos que destinar el valor de más de 5 quintales de soja para sólo pagar estos dos impuestos. Y sigue la lista y es larga. Y la soja sigue rindiendo en los años buenos 35 quintales.

    La falta de coraje del gobernador para reclamar ante el Estado nacional la coparticipación que le corresponde, lo llevó a imponer esta reforma, que condenó a los productores a una encerrona impositiva imposible de resolver. Porque mucho se podrá discutir y debatir y protestar, pero algo es indiscutible, no tenemos capacidad económica para afrontarla.

    Por eso “el no saber” por ahora es la única salida.

      

* Roberto Pedro Campi
Productor agropecuario
Ingeniero Agrónomo
Pergamino Buenos Aires

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