viernes, 7 de diciembre de 2012

“LICENCIA PARA CASARSE”, SIN RELACIONES PREMATRIMONIALES



Por Emilio Nazar Kasbo
(Nota de fecha 11 de septiembre de 2007)

Un film con mucho humor que deja cosas para reflexionar.
En general, toda la cultura vigente pretende cuestionar el matrimonio como una “formalidad”, y así el matrimonio religioso queda sólo para el vestido blanco (meramente simbólico) y una hermosa ceremonia. Tal vez ese sea el problema de tantos fracasos. El filme “Licencia para casarse”, protagonizado por Robin Williams, nos hace reflexionar sobre estos temas
Ser virgen antes del matrimonio y mantener una vida de castidad es un tema “tabú” y prohibido en la cultura y los medios de comunicación, todo bajo la influencia de Sigmund Freud. ¿Qué diferencia hay entre el “antes” y el “después” del matrimonio?


Santidad familiar
En la película “Licencia para casarse”, Ben Murphy (John Krasinski) y su novia, Sadie Jones (Mandy Moore) se conocen, empiezan a salir, tienen relaciones prematrimoniales, y hasta se juran “amor eterno” en el aniversario de 30 años de matrimonio de los padres de la novia. Por eso deciden hacer un curso de preparación al matrimonio con el reverendo Frank (Robin Williams). Este pastor, tiene una mezcla de hábitos católicos (aparece en una fotografía junto a Benedicto XVI), con una ambientación protestante.
En la amistad y noviazgo católicos, lo primero es el ideal de santidad del novio y de la novia, implicando en ello todo lo demás: El mutuo amor, la responsabilidad, la fidelidad, la complementariedad en las labores desde lo masculino y lo femenino.
Aunque muchos no lo saben, el Código de Derecho Canónico establece en el cánon 1083 que el varón es hábil para casarse desde los 16 años cumplidos, y la mujer desde los 14. Así, el noviazgo a tales edades solamente tiene sentido si ya están por comprar los muebles para el matrimonio, pues de lo contrario todo es un juego que banaliza lo sublime.


Casarse virgen
El reverendo Frank les manifiesta que el 50 por ciento de los matrimonios que han tenido relaciones prematrimoniales, fracasan. La conclusión es que estos concubinos en realidad tienen el peligro de la separación. Tratándose de una película cómica, se acude a cierto lenguaje en ocasiones subido de tono, y a extrañas pruebas.
Un gran número de matrimonios por Iglesia son canónicamente nulos, debido a que no entienden el alcance del Sacramento, ni del sentido de la presencia de Dios en el Matrimonio.
¿Pero estarán realmente preparados para afrontar la vida matrimonial y todo lo que ella acarrea? ¿Se conocen verdaderamente los novios? ¿Cuál es el contenido de los cursos prematrimoniales? Además, el reverendo les exige el cese de las relaciones sexuales hasta después de la boda, lo cual es conforme a la moral del Evangelio.


Un milagro
Entre las fallas de la película, se hace apología en dos oportunidades a la ligadura de trompas por una enfermera, aunque los protagonistas muestran verdaderos deseos de tener una familia numerosa.
El sentido de casarse virgen, el rechazo al criterio de los frecuentes malos consejos, y la preocupación y el amor entre los novios en la preparación del matrimonio santo, son reflexiones que dependen del espectador.
Y un pequeño y último detalle: El film se burla de los vendedores de milagros, que engañan a los desprevenidos. Pero debemos reconocer que un matrimonio sólido y armonioso en la santidad, hoy es realmente un milagro.

Nota publicada por Agencia NOVA, el 11 de septiembre de 2007

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