jueves, 21 de marzo de 2013

DEPONER AL GOBIERNO CORRUPTO PARA ESTABLECER UN REGIMEN DE GREMIOS TRABAJADORES Y PROFESIONALES



En la foto: El General Jorge Rafael Videla también fue ovacionado durante su gobierno por las multitudes en la Plaza de Mayo, las mismas multitudes que luego lo repudiarían.

Por Emilio Nazar Kasbo

El ex Presidente de la Argentina, General Jorge Rafael Videla, concedió una entrevista a la revista española Cambio16 de fecha 25 de marzo de 2013, de la cual desmintió luego los contenidos principales. Sin embargo, hay conceptos que los reconozca o no, son válidos, y los reproduciré en la presente nota, haciéndolos propios. Las citas de dicha publicación se realizan en cursiva.

PRISIONEROS DE GUERRA
Efectivamente, “la Argentina soporta hoy una nueva guerra sin hacer uso de la violencia física tal cual lo propone Gramsci, tomando a las instituciones como rehenes y desacreditando a los principios y valores que les dieron origen y razón de ser; con ello podemos decir que la República ha “desaparecido” a fin de ser reemplazada paulatinamente por un sistema ajeno a nuestro tradicional estilo de vida” (pág. 12)
Esta guerra es llevada a cabo no con armas, sino con el uso de las instituciones, entre las que se cuentan también los medios de comunicación, elementos que se convierten en el factor de difusión ideológica (cuasi-educativa) sobre la población. Las personas, en su mayoría, aceptan todo lo que dicen los medios de difusión sin el menor análisis, otorgando credibilidad a toda noticia, de modo que se convierten en rehenes del pensamiento difundido.
Una vez alcanzado el poder, ya en el gobierno, el gramsciano utiliza a su antojo las instituciones, elimina todo tipo de contralor interno o externo, y las manipula a discreción, de modo de alcanzar el control absoluto de todo. Habiendo alcanzado el poder, no lo abandonará, recurriendo a fraudes de todo tipo para lograr su propósito. El poder, convertido en un fin en sí mismo, es el que da razón y sentido a tal gobierno.
La República, con la división de funciones del poder, desaparece ante tales manipulaciones, convirtiéndose en una mera ilusión, una apariencia.
Así, la guerra no es llevada a cabo mediante armas y fusiles, sino mediante las mismas instituciones. De ahí que un preso por razones “políticas”, en realidad sea un “prisionero de guerra”.
En este marco, se debe calificar a quienes se consideran “presos políticos” en realidad como “prisioneros de guerra”, que deben ser protegidos por las disposiciones nacionales e internacionales en la materia, en particular la Convención de Ginebra. Estos prisioneros de guerra tienen la función para el gobierno de mantener “vivo” el pasado al cual vilipendian, como modo de presentar un falso “progreso” a la sociedad como contraste.

EN DEFENSA DE LAS INSTITUCIONES
Principalmente, el desmentido del General Videla es del siguiente texto:
“¿Qué les diría a sus compañeros de armas que sufren presidio hoy?
Que así como el prisionero de guerra, desde el primer momento de su detención, debe planificar su escape, el preso político debe aceptar su prisión como un acto de servicio, llevando la lucha al campo de la política con actitudes testimoniales.
No obstante, también quiero recordarle a cada uno de ellos, principalmente los más jóvenes, que hoy promedian las edades de 58 a 68 años, que aún están en aptitud física de combatir, que en caso de continuar sosteniéndose este injusto encarcelamiento y denostación de los valores básicos, ameriten el deber de armarse en defensa de las instituciones básicas de la República, hoy avasalladas por este régimen kirchnerista encabezado por la presidente Cristina y sus secuaces que, medrando con la sangre de los otrora mal llamados jóvenes idealistas (Montoneros), continúan hundiendo a la Patria en el abismo anacrónico del marxismo.
Asimismo barrunto que de perpetuarse el gobierno actual en el poder, ya sea merced a una reforma constitucional o por la fuerza, en la estólida senda de trocar nuestro sistema representativo, republicano y federal por un fracasado comunismo a la cubana, nuevamente serán las Fuerzas Armadas y de Seguridad que junto a su pueblo del cual provienen, impedirán por imperio de lo normado en la Constitución Argentina, según el artículo 36 cuarto párrafo: “Todos los ciudadanos tienen el derecho de resistencia contra quienes ejecutaren los actos de fuerza enunciados en este artículo, a saber: Contra el orden institucional y el sistema democrático” (pág. 13 y 14).
En primer lugar, es público que las Fuerzas Armadas y de Seguridad han sido desmanteladas, y que sus mejores miembros han sido expulsados, por uno u otro motivo. Por ello, las verdaderas Fuerzas Armadas y de Seguridad están constituidas por los Retirados en particular, y en segundo lugar por quienes están en actividad. Es claro que el artículo 36 párrafo 4 de la Constitución debe ser llevado a cabo por las Fuerzas Armadas y de Seguridad, acompañadas jerárquicamente por la población. No hay otro modo de desarrollar el “derecho de resistencia”.
La misma Constitución es la que manda deponer a un Gobierno y a todos sus funcionarios, agravado todo ello en casos de corrupción. Es claro que si un régimen atenta contra el Bien Común, y además busca perpetuarse para la continuidad de sus acciones, el mismo debe ser depuesto. Los “cacerolazos” anárquicos no resultan suficientes, al parecer, para hacer sentir la voz de la gente y que los funcionarios abandonen sus cargos ante tal reclamo, por más multitudinario que fuese (como sucedió en el mes de noviembre de 2012). Por lo tanto, lo que se promueve no es un atentado a la Ley Fundamental del país, sino el cumplimiento de la misma Constitución cuando ella ordena deponer a un Gobierno.
La Constitución también dice en el párrafo quinto del art. 36 que: “Atentará asimismo contra el sistema democrático quien incurriere en grave delito doloso contra el Estado que conlleve enriquecimiento, quedando inhabilitado por el tiempo que las leyes determinen para ocupar cargos o empleos públicos”. Con el escandalete de Madres de Plaza de Mayo y los hermanos Schocklender, que mediante la gestión del Canciller Héctor Timerman internacionalizó la corrupción utilizando a las Embajadas y Consulados de vidrieras en el exterior de “Sueños Compartidos”, sería suficiente para acreditar que el Gobierno entero es un atentado al sistema democrático.

¿HACIA DÓNDE IR?
Si un movimiento tal se diera, implicaría que un grupo de militares desplazaría al Gobierno en cuestión. Su acto debería ser de mero desplazamiento y de gestión interina, para entregar ordenadamente el poder a quien gestionara la salida de la situación política creada. Y esa es la oportunidad de implementar el modelo argentino de proyecto nacional.
Sin embargo, debiera plantearse de forma inmediata el establecimiento de una nueva Constitución que otorgara fuerza a una Monarquía Corporativista, o a una República Corporativista, en que se busque el Bien Común mediante la organización de los trabajadores en una dimensión política. ¿Podría coexistir una especie de Monarquía Constitucional con un régimen Republicano Corporativista en la Argentina? ¿Por qué no? ¿Por qué no se podrían reestablecer los títulos de nobleza y las jerarquías en el país?
Es decir, debería realizarse una Restauración de los principios y virtudes más profundos de la Patria, empezando por su origen, raíz y esencia. Erradicar la partidocracia es una cuestión prioritaria, y debe ser suplida por la elección dentro de los gremios y colegios profesionales de los más aptos, en un nuevo sistema que permita la elección entre pares del mejor de ellos, votando siempre entre conocidos y jamás a desconocidos (como hoy sucede con las listas partidarias).
La Constitución ORDENA que sean depuestos los gobiernos corruptos, pero cuando la corrupción llega hasta el mismo sistema electoral, la vía partidaria se hallará indudablemente vedada, pues siempre habrá sólo un ganador: el oficialismo que manipula el procedimiento electoral. En este supuesto, la vía partidocrática sería una vuelta a lo mismo una y otra vez. Por ello, el único camino posible en un supuesto semejante, es la Restauración de la Patria, en el sentido que antes se mencionó.

2 comentarios:

  1. Ustedes le tienen miedo al pueblo. Por esa razón nunca van a entenderlo. Ustedes están convencidos de su "mision divina" y por esa razón el pueblo en su conjunto más allá de mentirosos y ciegos que no quieren ver la realidad que gracias a Dios son cada vez menos los seguirán repudiando y encarcelado por sus delitos de lesa humanidad y de sedición ya que su supuesta cruzada a favor de la democracia no es más que una lucha contra el pueblo y a favor de los intereses extranjeros que quieren un pueblo pobre y sumiso.
    Deberían tener vergüenza y dejar de hablar de una Constitución y un pueblo al que se han encargado de masacrar y hundir en la peor de sus miserias

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  2. PREGUNTAS:
    1- ¿Usted sabe que el pueblo ovacionó a Videla en la Plaza de Mayo durante el Mundial de 1978? (es decir... ¿lo habrán considerado "buenos"?)
    2- El artículo precisamente indica que el gobierno debe ser DE LOS TRABAJADORES Y CIUDADANOS, no entiendo de qué "miedo al pueblo" habla. ¿al "pueblo" que ovacionó a Videla, a Perón, a Galtieri, a Alfonsín, a Menem o a Kirchner?
    3- Toda persona tiene una "misión divina", según los católicos. Usted también. Cada cual puede respetarla o desobedecerla, asumiendo sus consecuencias.
    4- Usted ha tenido una mala lectura del artículo, por lo que veo, ya que en el mismo no se reivindica ningún delito de lesa humanidad y sedición (ni de los militares, ni de los terroristas militarizados de la década de 1970 o de La Tablada). El artículo es una opinión personal y sólo representa a su autor. Ante cualquier duda, efectúe la denuncia penal que considere.
    5- Hay una continuidad de corrupciones, una tras otra, de tipo gubernamental. Y esto viene en complicidades desde Martínez de Hoz en adelante. Y por esta vía no acabará, ya que la corrupción (que principalmente abarca el degeneramiento social, que eso es corrupción), se encuentra contemplada en la misma Constitución Nacional, que impone el DEBER DE DEPONER A LAS AUTORIDADES (SÍ, LA MISMA CONSTITUCIÓN NACIONAL LO ORDENA).
    6- El artículo tiene en vista el Bien Común, y por eso mal puede hablar de "masacrar y hundir en la peor de sus miserias" al "pueblo", ya que precisamente la nota sostiene lo contrario.
    7- Precisamente, el artículo pretende una opinión sobre el modo en que se puede salir del círculo vicioso en que se encuentra encerrada la Argentina.
    ANTE CUALQUIER DUDA, AGRADECERÉ RESPONDA PUNTO POR PUNTO ESTOS PLANTEAMIENTOS. Y SI TIENE MÁS DUDAS, PUEDE HACER SU DENUNCIA PENAL, QUE CON GUSTO DARÉ EXPLICACIONES DEL CASO ANTE QUIEN CORRESPONDA. A VER SI LA CONSTITUCIÓN DICE O NO LO AFIRMADO EN EL ARTÍCULO.

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