Por el Dr. Cosme Beccar Varela
Buenos Aires, 26 de
Junio del año 2014 - LBM 1279
La Conferencia
Episcopal Argentina, o sea, la Asociación de todos los Obispos de la argentina,
ha considerado necesario emitir un comunicado sobre el tema de la deuda externa
del país. Lo hizo con una celeridad asombrosa. Apenas la Corte Suprema de los
EEUU rechazó el intento de la tiranía kirchnerista de evitar el pago de los
bonos en mora, los Obispos parecieron alarmarse y hasta escandalizarse y
considerar que era su deber opinar sobre el asunto.
Es todavía más
asombroso que hayan pasado más de once años desde que han sido secuestrados
casi dos mil argentinos, la mayoría integrantes de las FFAA, en contradicción
flagrante de varios y fundamentales principios de Derecho, entre ellos,
a) la no retroactividad
de las leyes penales,
b) el desprecio de la
cosa juzgada
c) y de las amnistías
legales que los benefician,
d) la parcialidad de
los supuestos jueces que tienen a su cargo los "procesos", que son
una burla siniestra en los que no se respeta el principio de presunción de
inocencia sino, por el contrario, se presume la culpabilidad por el sólo hecho
de haber estado en algún lugar en determinado momento,
d) la imparcialidad que
se exige para que un testigo de cargo sea válido, siendo que los únicos que
declaran en esas parodias de procesos conducidos por individuos que de jueces
sólo tienen el nombre pues son en realidad "partisanos" de izquierda
o cobardes aduladores del poder, son a su vez ex-guerrilleros o simpatizantes a
quienes ni siquiera se puede repreguntar porque esos "tribunales
populares" no lo permiten o no están en las
e) audiencias que, a su
vez, son un aquelarre de agitadores marxistas exultantes de odio que insultan a
los "procesados" a vista y paciencia de los "jueces",
f) no se respetan los
plazos máximos para mantener la ficción de una "prisión preventiva"
g) ni tampoco se
permite que los mayores de 70 o los enfermos puedan estar, aunque más no sea,
"detenidos" en sus casas,
h) como consecuencia de
lo cual hay cientos de secuestrados de más de 80 años y ya han muerto 241 en
cautiverio.
De esto, los Señores
Obispos no han dicho ni una palabra públicamente. En privado fingen que se
interesan un poco y dicen que "se están ocupando". ¿En qué se ocupan?
No lo dicen, pero es obvio que esa ocupación no tiene nada que ver con la
defensa de la Justicia, ni con la debida liberación de esas víctimas ni menos
aún con sus deberes de caridad que, como Obispos, los obligan inmensamente más
que a nosotros, despreciables laicos de a pie que al lado de ellos somos
"Iglesia discente", o sea, oyente y obligada a un respeto que, como
personas, no merecen.
Por eso debo decir que
esta declaración sobre la decisión de la Corte Suprema de los EEUU puede ser
calificada, con todo respeto por sus Excelencias, como indignante. Pocos días
les bastaron para entrometerse en un asunto que nada tiene que ver con su
misión de salvar las almas y de luchar por la Justicia contra la tiranía, y los
once años de horrores descriptos más arriba no les han bastado para excogitar
alguna declaración que clame al Cielo y exija la inmediata cesación de esas
aberraciones.
* * *
Pero hay más. Esta
misma declaración es falaz. En efecto, nada dice sobre cual es la realidad
criminosa de la deuda externa contraída por los gobiernos del país desde Videla
y Martinez de Hoz en adelante, pero en especial durante la década infame
menemista. No se sabe en qué fueron
usados los casi 200.000 millones de dólares que se tomaron en préstamo (ver
sentencia del Juez Ballesteros publicada en la sección "Documentos"
de "La botella al mar") aunque sí se sabe que no fueron usados para
hacer obras ni promover empresas que mejoraran el país ni proveyeran fuentes de
trabajo.
Tampoco dice una
palabra sobre el descarado repudio de esa deuda externa "in toto",
sin abrir una previa investigación sobre sus causas, sus responsables, su
malversación y su infame desaparición en los bolsillos de los funcionarios
peronistas, radicales y militares.
Como expliqué en el
número 1278, del 18 de Junio, en que reproduje el nro. 511, del 25/9/03,
Kirchner y Lavagna (su ministro de economía) repudiaron la deuda argentina en
un 75% y a quienes no aceptaron ese repudio, anunciaron que no les pagarían ni
un centavo. Los que consintieron el
latrocinio descarado, recibieron bonos de dudoso valor. Los que se negaron,
recibieron una bofetada por mano de rufián.
A los compradores de
esos bonos abofeteados, los llaman ahora "buitres". Y los Obispos sin
justificación alguna, asumen el partido del gobierno ladrón contra los
tenedores especuladores de esos bonos.
"Especulador"
es menos grave que "ladrón". Los Obispos toman partido por el ladrón.
¿Cómo puede recuperarse un país cuyo Episcopado en pleno convalida el
latrocinio con invocaciones a su "preocupación pastoral" y convocando
a la "oposición" a unirse con los responsables ejecutivos de este
asalto para consumarlo?
Por cierto que los
Obispos no están solos en esta tarea de "reducidores". El
empresariado nunca criticó el asalto de Dubai en que se repudió el 75% de
nuestra deuda ni exigió la investigación previa del asunto. Inclusive un mimado
miembro de la oposición, ex-empleado de un gran Banco, publica hoy un artículo
en "La Nación" apoyando la tesis que inocenta la tiranía. Y todos
ellos celebraron la “solución” delictiva como un “logro” de nuestra
economía.
Por mi parte, sólo
puedo decir, con el debido respeto a la Jerarquía, que su despropósito no me
extraña y que la actitud de la oposición y de los empresarios, me repugna.
Termino pidiendo
disculpas a la comunidad internacional por la vergonzosa situación en que ha
quedado nuestro país. Sólo pido que no consideren que todos los argentinos
somos responsables de este desaguisado. Al menos, no a quienes no tenemos ni el
más mínimo poder para encarcelar a esos ladrones y hacer que la argentina
cumpla con sus obligaciones legítimas (lo cual exige una investigación previa
para determinarlo), resarciéndose con el apoderamiento de todo el patrimonio de
quienes de una manera directa o indirecta contribuyeron a crear esta situación
de quiebra fraudulenta.
Cosme
Beccar Varela
e-mail:
correo@labotellaalmar.com
NOTA:
Para su información publico la escandalosa declaración de la Conferencia
Episcopal Argentina para que Ud. juzgue por sí mismo si es justo o no es justo
lo que digo en este indignado artículo.
"La comisión
ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina está conformada por su
presidente, monseñor José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe de la Vera
Cruz; el vicepresidente primero, monseñor Virgnio Bressanelli SCJ, obispo de
Neuquén; el vicepresidente segundo, monseñor Mario Antonio Cargnello, arzobispo
de Salta, y el secretario ejecutivo, monseñor Enrique Eguía Seguí, obispo
auxiliar de Buenos Aires.
"Reflexión
ante la situación creada por la deuda externa
"Hemos seguido con
atención y preocupación pastoral la situación creada por la deuda externa y sus
posibles consecuencias para nuestro país y la vida de nuestra gente,
especialmente de nuestros hermanos más vulnerables, tras el reciente fallo de
la Corte Suprema de Justicia de los EE.UU. Este hecho reclama con urgencia de
toda la dirigencia una actitud madura de unidad y responsabilidad para responder,
en una justa negociación, a la situación generada.
"La cuestión
económica es un tema central en la vida de los pueblos, pero siempre debe estar
al servicio del bien común, del crecimiento integral de la persona humana y en
el marco de la justicia. El orden económico no es independiente del orden social,
ambos pertenecen al mundo de la ética y tienen en el hombre su sentido y
referencia. Por ello, la economía centrada sólo en la especulación financiera
debilita las relaciones, posterga el desarrollo de los pueblos y compromete la
equidad del orden internacional (cfr. Papa Francisco, [c] Evangelii Gaudium,
55-60; 202-203).
"Vivimos momentos
en los que más allá de la justa diversidad de pertenencias políticas, la
sociedad necesita y espera actitudes y compromisos que expresen la conciencia
de ser una Nación. El tema que nos ocupa pertenece a la vida del Estado
Argentino. Confiamos que la buena disposición y la competencia profesional de
nuestros dirigentes, fuerzas políticas, empresarios, economistas, gremialistas,
pueda encontrar un ámbito de diálogo y de trabajo para dar solución a la
situación planteada.
"Pedimos al Señor,
que en este camino "Hacia un Bicentenario en Justicia y Solidaridad"
(2010-2016) que aún estamos viviendo, podamos crear las condiciones de
encuentro y amistad social que nos permitan crecer y fortalecernos como Nación.
Que María Santísima, Nuestra Madre de Luján, nos acompañe con su protección
maternal.
"Conferencia
Episcopal Argentina. Comisión Ejecutiva. 24 de Junio de 2014"
Si, realmente no se entienden a estos jerarcas que defienden la opción preferencial por los pobres, es decir a los marxistas comunistas, dicho por el mismo Arancedo en una homilía de la fiesta de Corpus, y por el otro lado defienden a los recalcitrantes especuladores sionistas que endeudan los países para someterlos a sus designios.....son verdaderos negadores de la realidad.
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