En la foto: Monjes en el Monasterio del Cristo Orante en Tupungato, provincia de Mendoza (Imagen de Mendoza Post).
Hace varios días, fue difundida tanto en las redes sociales
como por medios periodísticos la carta del monje mendocino Diego Roqué en su
nombre y en el del Padre Oscar Portillo, del Monasterio del Cristo Orante, quien
es uno de los acusados por abuso.
EL CONTEXTO
En la carta, niega las acusaciones, a la vez que manifiesta
la persecución que padecen de modo injusto, y agradece a quienes otorgan su
apoyo. Asimismo, describe las celdas en que han sido alojados, señalando así
además, su padecimiento.
Asimismo, describen su situación como un aprendizaje de
Evangelización.
Según indican rumores que trascienden por las redes sociales, quien ha acusado de abuso a los monjes, resultaría ser una persona de aproximadamente 23 años de edad, y de tendencia homosexual, quien habría sido invitado a retirarse de varias congregaciones a raíz de sus propios problemas y autopercepciones. Según los rumores, el denunciante habría cobrado un sentimiento de venganza a raíz de que no le permitieran continuar para recibir las Ordenes Sagradas.
En dicho contexto, el denunciante no se presentó a declarar tras efectivizar su denuncia, y carecería de pruebas directas que pudieran sindicar a los monjes como autores de un delito.
Después de la transcripción de la Carta Abierta, detallamos la actual situación y las contradicciones de la denuncia.
LA CARTA
A continuación, el texto completo de la carta:
Queridos hermanos míos: aquí estamos, presentes. Dando
nuestro presente. Ad sum. La guerra, finalmente, ha comenzado. Bendito sea
Dios. Como todo soldado sabe los miedos y temores, angustias e incertidumbres,
son fantasmas horrendos que terminan definitivamente cuando el primer fogonazo
da comienzo a la contienda. Ahí terminan los miedos y empieza la Acción de
Dios. Por eso, de nuevo: comenzó la guerra, arrancó el combate; ¡Enhorabuena!
Estamos muy bien ambos con el padre Oscar y de un modo
estable, constante, sin siquiera altibajos pasajeros. Son tantas gracias las
recibidas desde la detención el día del discípulo amado, que no sabemos ya
donde acaudalarlas en este estrecho lugar. No me animo casi a escribirlo pero
de algún modo estamos contentos de poder padecer esto por Nuestro Amado Dios y
Señor que pasó por esto y ¡tanto más! Una sola tentación nos asecha pero la
rechazamos entre ambos: el creernos los Van Thuam, cuando estamos a muy lejos
de padecer todo eso
Sí nos duele el dolor de ustedes y de tanta gente, y la
imagen de la Iglesia y la salvación de la historia. Pero nosotros, lo nuestro,
es una inmensa gracia.
Compartimos este calabozo, el subsuelo, casi sin luz del sol
(ni reloj) con siete reclusos. La selección no puede ser mejor. Hasta rezamos
antes de comer. Nos hicimos de un recodo de este laberinto y lo marcamos como
territorio, de modo que los otros nos la respeten. Es "el rincón de los
monjes", y ahí... qué decirles, ahí pasa de todo, de las gracias más
bellas que treinta años de vida monástica me vedaron. El Cielo se abre de par
en par, como una exclusa. Celebramos la Misa, algo clandestina, con un permiso
algo precario pero no es peligroso. Los guardias saben. Los demás reclusos nos
ayudan a juntar cajas y cartones y armar el altar, y un cura nos pasó hostias,
vino y un misalito. Rezamos el oficio, adoramos al Señor, el Rosario, y demás
yerbas. Todo en un clima, en una atmosfera que linda con lo inefable. Hay mucha
Luz divina en esta tiniebla.
Las celdas son limpias. Nos dicen (2x1) y allí quedamos
encerrados en determinados horarios y la noche (no entendemos muy bien aún cual
el la rutina de este monasterio). Pero se cumple lo del poeta: la celda no
tiene techo (no literalmente, claro). Pero en 2x1 se eleva a una inmensidad
vertiginosa. Ni todo el basto viñedo de Gualtallary es comparable a la
inmensidad que se despliega en esta diminuta celda. Celda viene de Cielo y lo
hemos dicho miles de veces en treinta años. Pues hoy recién lo entiendo. Lo vi.
Estamos ambos aprendiendo a ser monjes. De una buena vez. Ya
no es el alejarse del mundo, apartarse de los hombres como a mí me resulta
bucólicamente, sino en la firme forma que el Señor los dispone. Ya no es
renunciar a muchas cosas bajo el formato comedido de una Regla. De poco
serviría toda esa renuncia si no somos capases de renunciar a ella misma.
Es el monacato desnudo. En estado puro. Obediente, casto y
pobre. Entregado. Libérrimo.
Y el estar juntos con el padre Oscar (jamás nos separamos,
ni en aquella primer noche en que pasamos por 4 calabozos distintos) es un
regalo inolvidable.
Sí. Sepan que si hasta el 27 había 1 monasterio del Cristo
Orante, pues ahora hay 2. Sin licencias a certificar sino otorgadas en mano
propia del mismísimo Rey y Señor. Cuando pasen cerca del Bustelo sepan que ahí
atrás, 4 metros bajo el suelo, hay monjes orando por la Babilonia perdida, y
que si alguna vez nos ufanamos de haber llenado ese auditorio y de haber dicho
muchas cosas bonitas, tengo la certeza absoluta de estar ambos predicando el
Evangelio más puro desde este calabozo. Los frutos tardaran un poco- como toda
semilla tiene que germinar- pero llegará y será abundante, Dios sea bendito por
sus designios de amor.
Agradecemos profundamente todas las plegarias que están
elevando. Que no sean solo para nosotros, sino para los enemigos. No pierdan la
paz ni la mansedumbre. Todo sirve para el bien de los amigos de la Cruz. Omnia
in bonun.
El padre Oscar los saluda por mi intermedio lleno de
gratitud.
Les mandamos un gran abrazo en el Señor, que vuelve de un
momento a otro. ¡Viva Cristo Rey!
DENUNCIA E INTERESES...
Sobre el particular, se está divulgando que personas con poder e importantes cargos y recursos, quieren apoderarse del monasterio. Alguien querría adquirir las propiedades del Monasterio por las vías más o menos buenas... según los rumores que se esparcen en las redes sociales, que incluyen un ofrecimiento de compra de los inmuebles.
A su vez, como ya hemos detallado más arriba, el denunciante no se ha presentado a la Fiscalía del Valle de Uco que interviene en la causa, como tampoco lo hicieron su mujer y sus padres, quienes debían concurrir el pasado miércoles 2 de enero. Todos los mencionados debían presentarse debido a que se trata de una carga pública.
Mientras que el denunciante había sido citado para ratificar o ampliar su declaración contra los dos sacerdotes bonaerenses que dirigen el Monasterio desde 1996, el mismo no se hizo presente, y ello mientras por la sola denuncia ambos se encuentran en una celda detenidos.
PREJUZGAMIENTO
Los elementos que sindiquen a los monjes deben ser claros y contundentes, pues la mera afirmación de una autopercepción de un denunciante no puede llevar a la Justicia a cometer un acto de injusticia. Si las "preferencias sexuales" del denunciante (como se dice ahora) no son heterosexuales, ello no puede involucrar a los monjes en una presunción en contra de los mismos. Y de acreditarse que no han sido autores de los hechos ¿quién lavará las manchas esparcidas contra la Iglesia y contra ellos?
La mera acusación sumada a una pericia que indica que el denunciante ha sido sujeto de penetración anal, se ha convertido en prejuzgamiento y detención.
Por otra parte, el jefe de los fiscales, el procurador Alejandro Gullé, explicó que el denunciante había
concurrido al Arzobispado local, pero en esa oportunidad no contó el abuso con
acceso carnal que actualmente dice haber sufrido. Pero ante la justicia civil
su denuncia fue de mayor tenor y gravedad, incurriendo en contradicción con su
previa denuncia eclesiástica. Es decir, ante las autoridades religiosas, habría
narrado cuestiones más leves, que tendrían una calificación muy distinta.
CONTRADICCIÓN DEL DENUNCIANTE
Según la versión del denunciante, los hechos habrían
acontecido tanto en la Ciudad de Mendoza como en el Monasterio del Cristo
Orante, en Tupungato. Los primeros delitos indicados por el denunciante habrían
tenido lugar en la capital provincial y "en la vía pública", según dejó
trascender el fiscal jefe del Valle de Uco, Francisco Pascua. Sin embargo, los hechos denunciados como cometidos en Tupungato
fueron de mayor gravedad, puesto que supuestamente allí se habrían cometido los
abusos con acceso carnal. Por ese motivo, la investigación quedó en manos de la
Cuarta Circunscripción Judicial de Mendoza, en Valle de Uco, según indicó el medio digital MDZ.
Los hechos que la presunta víctima denunció ante la Justicia
"no son calcados" de los que denunció ante el Arzobispado. "Los
hechos no son calcados -dijo el procurador-. En la denuncia inicial formulada
por esta persona en el Arzobispado, no se habló de accesos carnales sino de
otros temas vinculados".
No se comprende cómo es la concatenación entre “delitos” que
han sido cometidos “en la vía pública”, es decir, a la vista de todo el mundo
sin que nadie se altere, con delitos que aparecen en una nueva versión más
grave y comprometedora que habrían sido “olvidados” u “omitidos” ante el
Arzobispado.
EL ARZOBISPADO
El arzobispado de Mendoza difundió un comunicado en el que afirma que "habiendo tomado conocimiento de la existencia de un proceso penal que involucra a dos monjes del Monasterio Cristo Orante de Tupungato, a raíz de una denuncia por abuso, realizada por una persona mayor de edad”.
“Manifestamos nuestra confianza en la justicia y nuestra disposición para colaborar con ella en cuanto haga falta para llegar a la verdad; participando del dolor que esta situación provoca en todos los comprendidos en ella", agrega.
De estas expresiones se colige que se confía en que la justicia ha determinado que los monjes efectivamente son los autores del delito con pruebas contundentes que los sindican como tales, en particular los rastros de material genético que los delataría como autores. De no ser así, existe un prejuzgamiento de los monjes por el cual se encuentran detenidos sin haberse comprobado delito alguno.
En declaraciones a Radio Nihuil, el Arzobispo de Mendoza, el modernista progresista Marcelo Colombo, evitó meterse en especulaciones sobre si se le estaba haciendo una maniobra a los sacerdotes porque el Cristo Orante está en una zona de mucho desarrollo económico. "No me parece conveniente dar ese tipo de interpretaciones toda vez que la Justicia está trabajando con toda seriedad", opinó.
A su vez, el Arzobispo ha dado por verídicos los hechos denunciados, prejuzgando a los monjes, al decir: "Compartiendo el dolor que nos generan esos acontecimientos, les reugo que nos acompañen en su oración".
LA DENUNCIA LOGRÓ EL CIERRE
Se refirió también el Arzobispo a la aparición de la orden del Cristo Orante y su fundación al decir que "surgió en tiempos de Arancibia y son dos monjes que a lo largo del tiempo fueron haciendo un largo camino institucional hasta que monseñor les aprobó las constituciones y han estado presentes desde los mediados de los años '90", según información de Diario Uno.
Además, confirmó que el monasterio "está cerrado al público, no hay visitas", y que a su vez el Arzobispo fue informado de “que los sacerdotes siguen detenidos -en contraventores- porque ha ido uno de los sacerdotes encargados de la pastoral carcelaria a visitarlos", contó.
Dijo con respecto a sus reemplazos: "En este momento la pequeña comunidad monástica está integrada por cuatro jóvenes, uno de ellos es sacerdote para las celebraciones y hay uno que tiene sus votos para ser el que conduzca la comunidad", concluyó.
La medida de cierre del Monasterio, se tomó de manera “preventiva y provisoria” y quedará sólo un sacerdote, Aldo Vallone, a cargo de la administración. “Los hermanos más jóvenes, apenas ingresados, regresarán a sus domicilios familiares y seguirán siendo acompañados espiritualmente en su búsqueda vocacional. Los hermanos mayores, uno profeso y otro novicio, ya sacerdote, vivirán en adelante en una comunidad parroquial a designar y podrán seguir discerniendo su llamado vocacional en un clima de contención espiritual”, señala el comunicado.
SIN EXPLICACIONES
Según informó el Diario Los Andes, los presuntos abusos habrían comenzado cuando el denunciante era menor, en 2009, cuanto tenía 17 años y terminaron en 2015, cuando tenía 23, según la denuncia. Hoy el joven tiene 26 años, mientras que los monjes tienen más de 50. Debemos destacar asimismo, que el cambio de tenor de las denuncias efectuadas, involucran los actos de "acceso carnal" durante el último período, nada de lo cual fue denunciado ante el Arzobispado.
Por su parte, el denunciante alegaría que no se presentó a la ratificación de su denuncia por recomendación de su psicólogo. A ello, todo el movimiento garantista acusan al Arzobispado de Mendoza por "haber recibido con anterioridad y encubrir" las denuncias contra los dos monjes, según informa La Nación. Según esta versión divulgada por tal medio, "el joven asegura que comenzó a ser víctima de vejámenes cuando era menor de edad, hace unos 10 años, y que los hechos ocurrieron durante cinco años". Fácilmente se concluye que si hoy tiene 26 años el denunciante, los "vejámenes" comenzaron cuando tenía 13 años, y "los hechos ocurrieron" cuando tenía 16 ¿Qué hechos? Pues tan clara es la nota publicada por La Nación, que no hace falta esclarecer "qué hechos".
La denominada "Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico", nueva entidad que sale a la palestra con motivo de la nota publicada por La Nación, sostiene ahora que "la metodología empleada por el Arzobispado... 'viola los derechos de las víctimas', ya que desde hace tiempo venía realizando una investigación paralela, de la que no se conocen resultados. 'El método empleado por el Arzobispado de Mendoza para tratar el caso, responde a una línea? institucional donde la mentira y el ocultamiento son pilares fundamentales', indica La Nación atribuyendo la frase a "la entidad en un comunicado".
No se hace referencia al diferente tenor de las denuncias ante el Arzobispado y ante las autoridades penales efectuadas por el denunciante, ni a sus contradicciones. Debemos destacar que dicha "Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico" sólo tiene visible una página en facebook y sus notas son difundidas por "La Izquierda Diario" por Internet. Ninguno puede estar de acuerdo con los abusos sexuales, sean eclesiásticos o no, pero tampoco se debe prejuzgar. La organización cuyo comunicado ha difundido el diario La Nación, carece de identificación de sus autoridades, no menciona cuál es su personería jurídica, y sólo divulga un punto de vista cuya mera finalidad es atacar a la Iglesia Católica que en este caso resulta sin fundamentos por las contradicciones referidas.
LA DEFENSA DE LOS MONJES
El Dr. Eduardo de Oro es el abogado de los dos monjes, y en
diálogo con MDZ Radio detalló su solicitud de prisión domiciliaria para sus
defendidos hasta que se resuelva su situación procesal.
"Están imputados y con una orden de detención, por la
cual hemos pedido la prisión domiciliaria en tanto se resuelva la situación
procesal", señaló de Oro, y agregó: "Uno tiene 52 años y el otro 65.
Manifiestan que la denuncia es totalmente falsa. Les aconsejé no declarar hasta
conocer el expediente, pero quisieron hacerlo de manera voluntaria y negar los
hechos".
Dicho medio amplió: "Me quedé sorprendido de que ayer
no se presentó el denunciante. Estuvimos hasta el mediodía esperando la
audiencia y cerca de las 13 presentaron un certificado médico o psicológico
alegando un motivo para la incomparecencia", añadió el letrado.
Por otra parte, los rumores referidos al inicio de este
artículo acerca de la conducta de aversión mantenida por el denunciante, son
reafirmados por el abogado: "Mis defendidos conocían al denunciante. Jamás
tuvieron ningún conflicto con él. Cientos de personas se ofrecieron a declarar
para contar la actitud que tenía el denunciante cuando vivía en el monasterio.
La denuncia no tiene grandes precisiones sobre cuando sucedieron los
hechos".
"No hay otras víctimas ni denuncias de ninguna clase.
En la denuncia en el Arzobispado se habla de cuestiones que no tienen nada que
ver con lo que se denunció en sede penal. Pedimos la prisión domiciliaria
porque no existe presunción ni de fuga ni de entorpecimiento probatorio", concluo
de Oro.
¿PASÓ O NO PASÓ? ¿EN LA CALLE?
De por sí la combinación de “acceso carnal” y “tentativa de
acceso carnal”, resulta de ambigüedad manifiesta, porque o hubo o no lo hubo, y
si lo hubo no hay tentativa, y si no lo hubo habría sido una tentativa no ejecutada.
Las pericias, a cinco años de los supuestos hechos denunciados, no indican
quién es el autor del “acceso carnal”, lo cual es un elemento clave para
determinar la responsabilidad o no de los monjes.
El fiscal en jefe del Valle de Uco, Francisco Pascua, dijo
que se realizaron pericias físicas al denunciante, las cuales indicarían que el
joven tiene marcas de penetración anal. Tales pericias, que no indican quién ha
sido el autor de tales actos en que el denunciante asumió el rol sexual pasivo,
pretende ser la justificación de las detenciones de los monjes, y que los
mismos hayan sido imputados por abuso sexual simple agravado con la condición
de abuso de autoridad y también por acceso carnal y tentativa de acceso carnal.
Todo el contexto de la denuncia, resulta finalmente de
dudosa credibilidad por sus graves contradicciones, en lo cual por una falsa
denuncia podría acarrear gravísimas responsabilidades al denunciante. La mera denuncia penal, logró el cierre del Monasterio y produjo un desastre en la congregación.
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