Por Silvio H. Cóppola
Informa la prensa, que ha pasado a la Cámara de Diputados, el Proyecto de Ley de Presupuesto, elaborado por la Secretaría de Hacienda del Ministerio de Economía de la Nación. Cuenta con dictamen favorable de la Comisión respectiva, que como es habitual en estos casos, lo envía sin observaciones. Hay que considerar que esta ley anual, tiene una importancia superlativa, pues no sólo establece los recursos y los gastos generales de la administración, sino que se confecciona en base a una política de gobierno, que se supone existe. Aunque no lo parezca en el presente caso.
Podemos sencillamente señalar como distintivo, que en el Proyecto se prevé para 2009, una ¡inflación del 8% anual!, con el dólar a $ 3,19, con una balanza comercial favorable en el orden de los 12.000 millones de pesos y un superávit fiscal del 3,27% el PBI. Para muestras bastan estos botones. ¡Cuántas lindezas! Alicia en el País de las Maravillas estaría eufórica. Todo se asemeja a simplemente, una expresión de deseos, que ya deviene como ilusoria en este mes de octubre.
Además, cabe considerar que esta Ley, madre para muchos del desenvolvimiento predecible del estado, como es costumbre, no merecerá muchas objeciones por parte de los señores legisladores, que habitualmente la aprueban a libro cerrado y a veces en una sola sesión, sobre todo si las vacaciones anuales están próximas. ¿Y porqué esa falta de elaboración? ¿Porqué se confía en estos supuestos, inclusive la oposición, en la idoneidad para los números por parte del poder ejecutivo? ¿O sencillamente porque los padres de la patria, coinciden en todos los aspectos del proyecto? Cabe apreciar que eso no es así y salvo el caso de que haya escasísimas observaciones, esta ley, la más importante de todas (y también la más extensa), la más compleja y la más detallada, es la que sale más rápido, aunque debería requerir mucho más estudio y mucho más conocimiento para su sanción, que cualquier otra. Pero estas son virtudes de que carecen nuestros legisladores. Y entonces, es aprobada rápidamente y en algunos casos, como se dijera, a libro cerrado. Como si el país fuera un club de barrio. Total y en última instancia, para algo está el Ministerio de Economía y los empréstitos internacionales y no es cuestión de que cualquier proyecto haya que examinarlo punto por punto y menos aún si está próximo el descanso de fin de año.
LA PLATA, octubre 30 de 2008.
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