El libro "El Kahal - Oro" tuvo por autor a Hugo Wast (seudónimo de Martínez Zuviría) fue una obra prohibida en la Alemania nazi, concretamente desde 1941, a sólo seis años de haberse publicado la primera Edición. No se trata de un libro que llame a exterminio o genocidio del pueblo judío, hecho que sería repudiable como cualquier genocidio, y como mal quieren hacer aparecer muchos de sus críticos y detractores.
Es más, en el prólogo explícitamente consigna el autor, y exime de mayores explicaciones: “el odio al judío es anticatólico, porque debemos amarlo como a prójimo”, pero desde el punto de vista del cristianismo el judaísmo (como conjunto de creencias), es una herejía que niega la venida del Mesías anunciado y el cumplimiento de las profecías. En particular, y por otro lado, el sionismo ha sido declarado como movimiento racista incluso por las Naciones Unidas, el cual traduce anhelos de poder y de mesianismos políticos.
En sí, el libro va contra aquéllos que prefirieron adorar al “becerro de oro” antes que a Dios y los Diez Mandamientos que Moisés traía al bajar del Monte de su encuentro con el Autor de la Creación y de la Vida. Es decir, a la desviación del espíritu religioso auténtico para volcarse al mundo material, a lo inmanente, al olvido de la trascendencia y del destino de la propia alma según el anuncio de Dios.
El planteo literario es un llamado a la conversión en masa del pueblo judío al cristianismo, convocando a reconocer al Mesías en Jesucristo, en quien se cumplieron las Profecías contenidas en Isaías, Malaquías, los Salmos, y también Daniel, por ejemplo. Desde la literatura, pues no es un libro de contenido teológico, sino que posee una inspiración teológica para la literatura, realiza el autor un llamado a la conversión.
Cabe destacar que Hugo Wast fue el novelista más popular de su tiempo, con obras de gran tirada que hoy llamamos “best seller”, e incluso podía vivir de sus derechos de autor. Pero era un escritor inspirado por la Fe católica al escribir
En la novela “El Kahal-Oro” describía literariamente (no es un tratado científico) que una conspiración judía maneja y busca acaparar el oro del mundo con un odio anticristiano. En ese marco, ideologías modernas como el socialismo o el comunismo que son enemigos de la Iglesia Católica, fueron inspirados por Carlos Marx (quien era de origen judío) desde una ciencia económica fundamentada en el materialismo dialéctico, sería una muestra de ello (El Kahal –Oro cap. 23).
Martínez Zuviría, por su parte, hace un llamando en su novela Kahal-Oro, al pueblo católico para combatir sin descanso la amenaza judía en cuanto al orden del sistema económico y a las herejías difundidas. Se trata de un combate «por la fe, por la familia, por la patria», pero no se trata de un combate con armas materiales, sino que se trata de un ejercicio del alma de cada persona para lograr la salvación eterna a la que todos están llamados en la Verdad.
Esto implica conocer la Verdad y compartirla, también con el pueblo judío del cual surgieron los primeros cristianos como los Apóstoles, los Evangelistas, e incluso el perseguidor, torturador y asesino de cristianos: Saulo de Tarso que se convirtió transformándose luego en San Pablo. Ese es el llamado de Martínez Zuviría en su obra, no otro: un llamado a la conversión, y de ninguna manera la apología al odio, al antisemitismo o a la irracionalidad. Porque Jesucristo vino a traer Su Paz desde el Amor en el pleno cumplimiento de las promesas y Profecías formuladas por Dios inmediatamente después del Pecado Original, del que toda la humanidad es víctima.
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