En la mañana del 16 de mayo de 2009 el carapintada Jorge Mones Ruíz, sobre quien el gobierno de Evo Morales ha construido una maraña de conspiraciones, se presentó personalmente en la Casa Rosada de Balcarce al 50 de Capital Federal, según indica una publicación del diputado boliviano Walter Javier Arrázola, en la página web de Analitica.com.
El objetivo de la visita a la Casa Rosada era entregar una carta a la presidente Cristina Kirchner, donde pide la destitución del subsecretario de Derechos Humanos argentino, Rodolfo Mattarollo, por haber elaborado un informe falso sobre la masacre de Pando.
El periódico Página 12, publicó una nota según el cual se describió a Monse Ruiz como un peligroso terrorista, que había entrado clandestinamente a Bolivia para participar en un complot contra Evo Morales.
Sin embargo, Mones llegó a Santa Cruz por las vías legales como parte de una Comisión Internacional, que viajó a Bolivia a realizar una investigación independiente sobre los hechos de violencia suscitados en Pando.
Tan pública fue su presencia, que apareció fotografiado en todos los medios, luego de dar una conferencia de prensa, presentando los resultados preliminares de la investigación, según la cual se libera de toda culpa a Leopoldo Fernández, achaca la responsabilidad de los hechos de Pando al oficialismo boliviano, y consigna el rol de Mattarollo.
Según afirma el diputado Arrázola, “tanto miedo le tuvo el gobierno de Evo Morales al informe realizado por la comisión internacional a la que pertenece Mones, que decidió urdir un plan para criminalizarlo, y para transformar a un señor canoso y un poco pasado de kilos, en un temible Rambo sureño, capaz de desatar una guerra en Bolivia.”
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