Quiera Señor Director por favor publicar mi carta.
Tengo casi 50 años, y soy hija de un preso político. Mis padres supieron formar una familia que se basó en la libertad, respeto y moral intachable.
Nunca, durante toda mi vida, vi en mi padre un gesto de soberbia, egoísmo o injusticia, y fueron en él prioridad la decencia, la honradez, el amor a Dios y el honor a su Patria.
Eligió formar parte de las Fuerzas Armadas por voluntad y convicción, y adoptó a la Armada como parte de su familia, cumpliendo siempre las misiones encomendadas con la misma obediencia, rectitud, eficiencia y eficacia con la que gobernó su propia vida y luego a su familia.
Me ha llamado profundamente la atención los dichos del joven Gentile, y que aún no habiendo vivido esa época, y basándose subjetivamente en escasa bibliografía le publiquen su carta.
Todos saben y son conscientes de que el actual Gobierno se ha dedicado a desprestigiar, entre muchas otras instituciones Argentinas, a las Fuerzas Armadas. He visto con pesar, el maltrato hacia aquellos que no tienen su ideología, acusándolos de desestabilizadores y golpistas.
Soy testigo del trato que le dispensan a mi padre y a muchos de sus colegas, que a su avanzada edad tratan peor que a violadores, asesinos o narcotraficantes. Ignoran la trayectoria impecable de toda su carrera y su vida. Éstos militares se limitaron a obedecer órdenes de un gobierno democrático, protegiendo a la ciudadanía civil, mujeres y niños inocentes de un ataque gerrillero. No eran jóvenes idealistas, eran asesinos. Yo lo viví, no me lo contaron ni lo leí. He llegado a sentir vergüenza de ser argentina, y he tenido que defender la imagen de las actuales Fuerzas ante mi hijo menor, quien en alguna oportunidad sugirió seguir los pasos profesionales de su abuelo y hoy se siente defraudado.
Este gobierno solo alimenta la sed de venganza, y lejos de mirar el futuro solo invierte su energía y nuestros recursos económicos en actos que solo llevan al odio y la división entre los ciudadanos. Divide y reinarás.
Miremos a nuestros países vecinos, a los cuales definitivamente les va mucho mejor que al nuestro, que lejos de sembrar discordia y división une a los ciudadanos mirando el futuro de nuestros jovenes y niños.
Por último recomiendo al joven Gentile, leer La otra parte de la verdad, así mejora sus conocimientos idealistas y políticos.
Que Dios y la Patria perdonen a quienes atacan a nuestro país y el futuro de las generaciones argentinas.
María Eugenia Lombardo
DNI 13.138.418
Tengo casi 50 años, y soy hija de un preso político. Mis padres supieron formar una familia que se basó en la libertad, respeto y moral intachable.
Nunca, durante toda mi vida, vi en mi padre un gesto de soberbia, egoísmo o injusticia, y fueron en él prioridad la decencia, la honradez, el amor a Dios y el honor a su Patria.
Eligió formar parte de las Fuerzas Armadas por voluntad y convicción, y adoptó a la Armada como parte de su familia, cumpliendo siempre las misiones encomendadas con la misma obediencia, rectitud, eficiencia y eficacia con la que gobernó su propia vida y luego a su familia.
Me ha llamado profundamente la atención los dichos del joven Gentile, y que aún no habiendo vivido esa época, y basándose subjetivamente en escasa bibliografía le publiquen su carta.
Todos saben y son conscientes de que el actual Gobierno se ha dedicado a desprestigiar, entre muchas otras instituciones Argentinas, a las Fuerzas Armadas. He visto con pesar, el maltrato hacia aquellos que no tienen su ideología, acusándolos de desestabilizadores y golpistas.
Soy testigo del trato que le dispensan a mi padre y a muchos de sus colegas, que a su avanzada edad tratan peor que a violadores, asesinos o narcotraficantes. Ignoran la trayectoria impecable de toda su carrera y su vida. Éstos militares se limitaron a obedecer órdenes de un gobierno democrático, protegiendo a la ciudadanía civil, mujeres y niños inocentes de un ataque gerrillero. No eran jóvenes idealistas, eran asesinos. Yo lo viví, no me lo contaron ni lo leí. He llegado a sentir vergüenza de ser argentina, y he tenido que defender la imagen de las actuales Fuerzas ante mi hijo menor, quien en alguna oportunidad sugirió seguir los pasos profesionales de su abuelo y hoy se siente defraudado.
Este gobierno solo alimenta la sed de venganza, y lejos de mirar el futuro solo invierte su energía y nuestros recursos económicos en actos que solo llevan al odio y la división entre los ciudadanos. Divide y reinarás.
Miremos a nuestros países vecinos, a los cuales definitivamente les va mucho mejor que al nuestro, que lejos de sembrar discordia y división une a los ciudadanos mirando el futuro de nuestros jovenes y niños.
Por último recomiendo al joven Gentile, leer La otra parte de la verdad, así mejora sus conocimientos idealistas y políticos.
Que Dios y la Patria perdonen a quienes atacan a nuestro país y el futuro de las generaciones argentinas.
María Eugenia Lombardo
DNI 13.138.418
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