miércoles, 19 de mayo de 2010

LOS NIÑOS TIENEN DERECHO A TENER PADRE Y MADRE

a matrimonio

Permitir el matrimonio homosexual y la adopción de niños por homosexuales es atentar contra la familia y supone un grave daño a los niños y a la sociedad entera. No existe una demanda social por el matrimonio homosexual: la inmensa mayoría de la población mundial está en contra.

El matrimonio homosexual daña a la sociedad como los billetes falsos dañan a la economía. La circulación de moneda falsa genera desconfianza y destruye la economía.

De la misma forma, el falso matrimonio homosexual genera desconfianza en el compromiso interpersonal y social: la gente no se casa y su compromiso es débil. Una sociedad basada en la desconfianza se desmorona.

Legalizar el matrimonio homosexual significa legalizar la entrega de niños a homosexuales. Si se legaliza el matrimonio homosexual se legalizará tarde o temprano la adopción por homosexuales. Si es legal, se enseñará en las escuelas, los libros de texto de los niños explicarán que la homosexualidad es normal, que es bueno tener dos papás y dos mamás, que los niños deben experimentar con su sexualidad para descubrir qué sexo les atrae más.

1) Que un homosexual se queje de discriminación porque no lo dejan casarse con alguien del mismo sexo es como si un polígamo se queja de discriminación porque no lo dejan casarse con varias mujeres, o un promiscuo con varios y varias a la vez.

2) Casar personas del mismo sexo es un experimento social irresponsable y peligroso. Ninguna civilización ha implantado el matrimonio homosexual. Incluso sociedades que permitían la homosexualidad y hasta la fomentaban en ciertas edades y clases sociales, como los griegos antiguos, entendían claramente el matrimonio como la unión estable entre un hombre y una mujer abiertos a tener hijos. Una cosa eran las prácticas sexuales de los ciudadanos y otra muy distinta la familia y la procreación y educación de hijos. La homosexualidad ha adoptado muchas formas en distintas sociedades, pero nunca se le ha relacionado con el matrimonio.

3) Muchos defienden el matrimonio homosexual por razones ideológicas de rechazo a la familia y no por razones científicas y ni siquiera porque exista una demanda social: la inmensa mayoría de la población mundial está en contra.

4) La inestabilidad de las uniones homosexuales hace que muchas de las previsiones legales relativas al matrimonio heterosexual no sean aptas para las uniones homosexuales. Si un homosexual varón tiene en promedio relaciones con 39 personas a lo largo de su vida, ¿con cuantas se casará? ¿de cuantas se divorciará? ¿cuáles de ellas tendrán esos derechos legales, puesto que con todas, o algunas, ha estado casada? Y cuando se haya hartado de casarse, ¿no tendrán las parejas de hecho posteriores esos mismos derechos?

5) Legalizar el matrimonio gay debilita al matrimonio heterosexual, igual que la moneda falsa debilita la moneda verdadera. Muchas personas piensan que no les afecta en nada que los homosexuales se casen. Es lo mismo que pensar: "no me afecta en nada que haya gente que haga circular billetes falsos de 100 pesos, yo soy honrado y no los usaría". Sin embargo, es evidente que la circulación de moneda falsa nos afecta a todos, porque se pierde confianza en la moneda, la gente la usa con reticencias y prefiere usar otras monedas (dólares, por ejemplo) o no comerciar o no aceptar ciertos billetes y al final la economía de todos se resiente porque todo es más costoso. Lo mismo pasa cuando se hace circular un matrimonio falso como si fuese matrimonio. Igual que la moneda falsa, crea desconfianza en el sistema económico, el matrimonio falso crea desconfianza en el compromiso inter-personal y social. Como consecuencia la gente no se casa y su compromiso es débil. Una sociedad basada en la desconfianza, la desvinculación y la falta de compromiso nunca funcionará tan bien como una basada en familias estables, comprometidas de por vida por el bienestar de los cónyuges, hijos y parientes.

6) En realidad, pocos homosexuales se casan; el objetivo del movimiento gay es destruir el matrimonio heterosexual. Lo han reconocido muchas veces los líderes homosexuales. En realidad muy pocos de ellos quieren "casarse". Pero el movimiento del homosexualismo político se vuelca en la exigencia del matrimonio para cambiar la sociedad y eliminar una institución (el matrimonio monógamo y de por vida) en la que no creen. "Luchar por el matrimonio del mismo sexo y sus beneficios y entonces, una vez garantizado, redefinir la institución del matrimonio completamente, pedir el derecho de casarse no como una forma de adherirse a los códigos morales de la sociedad sino de desbancar un mito y alterar radicalmente una institución arcaica. [...] La acción más subversiva que pueden emprender los gays y lesbianas [...] es transformar por completo la noción de familia" [Michael Signorile, activista homosexual y escritor, citado en Crisis Magazine, 8 de enero de 2004].

7) El activismo homosexual no quiere formar "familias como las demás". Más bien, quiere llegar a que todas las familias sean como las suyas, para lo cual la clave es desmontar "conceptos arcaicos y caducos como fidelidad, monogamia, compromiso, fecundidad, paternidad /maternidad", etc

8) Legalizar el matrimonio homosexual significa legalizar la entrega de niños a homosexuales. Hay gente que dice "yo veo bien que los gays se casen pero no que adopten niños". Es un error pensar que se va a legalizar el matrimonio sin la adopción: si se legaliza el matrimonio incluirá siempre la adopción. Quien apoye una cosa estará apoyando, quiera o no, la otra porque nuestro derecho permite adoptar conjuntamente a los cónyuges: una vez casados, ya son cónyuges, y podrán adoptar Aunque algunas lesbianas tienen hijos de anteriores relaciones o los han buscado (mediante inseminación artificial o con la cooperación de un hombre) la adopción se plantea para que los homosexuales que, obviamente, no tienen niños, accedan a la educación de niños que, obviamente, eran de parejas heterosexuales. Dos personas del mismo sexo no son idóneos para la cría y educación de los niños, que carecerían de referente paterno/masculino (si son dos lesbianas) o materno/femenino (si son dos homosexuales).

9) Legalizar el matrimonio homosexual significa poner toda la maquinaria educativa y mediática del Estado al servicio del homosexualismo político. Si el matrimonio gay es legal, se enseñará en las escuelas. Los libros de texto de los niños explicarán la doctrina que las asociaciones homosexuales hayan indicado: que la homosexualidad es normal, que es bueno tener dos papás y dos mamás, que los niños deben experimentar con su sexualidad para descubrir qué sexo les atrae más y que las personas que se oponen a la homosexualidad son intolerantes. Por supuesto, cada serie de televisión tendrá su pareja de homosexuales o lesbianas con niños, conviviendo fe ejemplo y edificación de tantos matrimonios con problemas.

10) Legalizar el matrimonio homosexual implicará a mediano plazo multas y penas de cárcel para quien critique la actividad homosexual. En Suecia, donde hay uniones gay desde 1995 con adopción de niños desde 2002, se decretó pena de cárcel para un pastor luterano que se limitaba a predicar las palabras de San Pablo sobre la homosexualidad. Otro país donde criticar la homosexualidad ha significado multas y juicios es Canadá. El grado de respetabilidad de la relación gay (no ya de la persona, que obviamente es merecedora de respeto simplemente por ser persona) será extremo y su crítica punible. La libertad de expresión se verá recortada y probablemente también la libertad religiosa. Muchos de nuestros obispos y líderes cristianos acabarán en la cárcel.

11) La legalización del matrimonio homosexual provocará un descenso de la calidad de vida. Los homosexuales tienen menor esperanza de vida y son más propensos a sufrir conflictos psicológicos y a manifestar tendencias suicidas. Muchos homosexuales viven la homosexualidad como sufrimiento. Las mismas publicaciones gays muestran el alto índice de incidencia de desórdenes afectivos y de patologías conductuales entre los grupos homosexuales. El sida, con ser uno de los factores más importantes, no es, desde el punto de vista de la salud, el que más incide en la disminución de la esperanza de vida gay. La homosexualidad va generalmente acompañada de adicciones no saludables y de trastornos como ansias neuróticas y, en la edad más adulta, de soledad. La afectividad, compromiso y convivencia igual que puedan tener dos homosexuales. Sin embargo, se ven estables, lo cual es un bien social. ¿Con qué argumento los defensores del matrimonio gay lo impedirían?

12) Legalizar el matrimonio homosexual es una ofensa para las personas que viven juntas sin relaciones sexuales. Dos ancianas que viven juntas, tres hermanos en una casa, cuatro amigos que comparten piso desde hace seis años..., tienen una relación con afectividad, compromiso y convivencia igual que puedan tener dos homosexuales. Sin embargo, se ven privadas de las ventajas legales del matrimonio gay porque no practican sexo entre ellos. El matrimonio gay en realidad premia a los practicantes de cierto tipo de sexo, privilegiándolos sobre otras convivencias afectivas y estables. Es evidente la diferencia con el matrimonio común, que premia la complementariedad hombre-mujer estable y está abierta a la procreación y crianza de los hijos.

13) Legalizar el matrimonio homosexual ofende a los que practican la poligamia. Al contrario que el matrimonio homosexual, que nunca ha sido aceptado por ninguna civilización, la poligamia tiene una larga tradición en numerosos países y sociedades, incluso en nuestros días. Si casamos a dos hombres, ¿con qué argumentos impediremos a los ciudadanos islámicos o de origen subsahariano que no se casen con dos o más mujeres? ¿Puede un emigrante pedir por reagrupación familiar que vengan sus tres esposas? Al menos, las uniones polígamas tradicionales tienen hijos y suelen ser estables, lo cual es un bien social. ¿Con qué argumentos los defensores del matrimonio gay lo impedirían?

Fuente: www.argentinos.org

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