Por Marcos Attias
Yo solo soy un ciudadano que trata de defender sus derechos mancillados diariamente, impúdicamente, por el gobierno asaltando los fondos previsionales, y dejando papelitos que no solucionan el pago a los jubilados.
Es hora de que los que juraron defender los derechos de los ciudadanos lo hagan no solo con floreados discursos, de los que ya estamos hartos cansados, sino con hechos concretos.
El gobierno no quiere consenso, no quiere dialogo como marca la democracia. El gobierno dice: “Se hace lo que yo digo o no se hace nada”, y emite la orden, de matar o morir, en su empeño por querer imponer caprichosamente, un proyecto que todo el mundo reconoce al que se le deben hacer algunas correcciones. Y o no tengo miedo de morir por defender derechos que la constitución nacional me garantiza, y también invito a recoger el guante, a todos aquellos que se sientan agraviados en sus derechos.
Hay inflación, para cubrir déficit administrativo gubernamental, lo paga el pueblo. Hay inflación porque los formadores de precios y fabricante, industriales, distribuidores y vendedores adelantan los precios como para protegerse de la inflación que ellos mismos provocan. Los paga el pueblo.
Hay inflación porque suben todos los servicios. Los paga el pueblo. Suben los ABL, porque se piden préstamos al exterior que luego los tiene que pagar el pueblo. El pueblo tiene que pagar todos los desaguisados, entuertos y demás que toda administración de gobierno se embarra. ¿Ahora es tan solvente, tan importante, tan grande y poderoso el miserable sueldo del pueblo que pueda afrontar tamaña afrenta?
Hacen falta hombres de la política que despierten ante tremenda agresión, sin compasión, sin consideración alguna, sobre un pueblo sobre cuyo lomo caen los latigazos de la inflación. La inflación es el tiro de gracia hacia el pueblo.
La rebeldía, resistencia y la negación del pueblo, podrá evitar la aplicación del régimen corrupto y dictatorial de la inflación.
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