Por Silvio H. Coppola
Llega exhorto por vía diplomática, como corresponde, con origen en Suiza, donde la justicia de ese país, pide de su similar del nuestro, averiguación sobre lavado de dinero y otras minucias, en que estarían implicados Hugo Moyano, secretario general de la CGT y su hijo.
Casualmente el exhorto cae por sorteo ante el Juzgado del juez federal Oyarbide, apto para cualquier trámite relacionado con los intereses del poder ejecutivo, de la presidente y de su círculo áureo. Al enterarse de los alcances del mismo, Moyano y su séquito promueven acciones tendientes a la anulación de su trámite, en el que entran en juego la “soberanía nacional”, los intereses del “movimiento obrero” y otros ingredientes, pero no desde luego, los propios de la familia de las personas a investigar. En consecuencia parece ser que el rechazo al mencionado exhorto, desde su inicio hace un par de días, ya estaba decidido.
Así en tiempo récord, dictamina el fiscal y el complaciente juez federal, se apresura a hacer suyo dicho dictamen, rechazando al parecer por las formas la documentación presentada, pero para el caso es lo mismo, ya que tendría la “orden de arriba” de proceder en consecuencia. Orden que indudablemente recibió también el ignoto fiscal federal y que con una prontitud verdaderamente elogiable, se apresuró a cumplimentar. Así que por ahora, cualquier investigación sobre lavado de dinero, coimas, peculados y dineros mal habidos, está de hecho suspendida.
Pero por si acaso, se movieron los hilos correspondientes y los camioneros decidieron un paro para el día lunes, de adhesión al compañero Moyano, atacado por la sinarquía internacional. Después de asegurarse el rechazo del exhorto (19 hs.de hoy), para la cual indudablemente la orden vino desde arriba del PE, magnánimamente, Moyano decidió per se, levantar el paro. Y entonces, ya que sabe el mencionado de sobra que su alianza con la compañera K, es una alianza contra natura, varios compañeros de la CGT, manifiestan su apoyo al gobierno y para más, ratificando que el mismo existe nada menos que desde mayo de 2003 o sea desde que asumiera la presidencia del país, el extinto Néstor Kirchner.
Indudablemente uno de los propósitos del gorilaje de 1955, de todos los movimientos militares, de los radicales y del menemismo, fue acabar con el movimiento sindical peronista. O sea a lo mismo a que también aspiraba el terrorismo elitista y los montoneros de los 70, precisamente ahora en el poder. Claro que el actual movimiento sindical, del peronismo de Perón no posee nada y de ser nacional, pasó a ser un conglomerado de intereses espúreos, que significa antes que nada su alianza con cualquier gobierno, como este por ejemplo, que le permita medrar a sus dirigentes. No obstante están ellos siempre atentos a su supervivencia, ya que saben de sobra, aunque digan lo contrario, que apenas se descuiden se volverá a atacar desde arriba a este sindicalismo, ahora desnaturalizado, sin tener nada que ver con el antiguo sindicalismo peronista, pero sindicalismo al fin.
Una de las reflexiones que da todo esto, es el quid pro quo, entre el gobierno y Hugo Moyano y su elenco. O sea, en este caso, yo Moyano amenazo con el paro si a alguien del gobierno se le ocurre investigar algo sobre mi o mi grupo y para que no se pare al país, la K y su elenco, dan inmediatamente las órdenes correspondientes. ¿Extorsión? Tal vez. Pero hoy por ti y mañana por mi y en agradecimiento, los líderes sindicales se secan la transpiración de la frente y elogian al grupo montoneril en el gobierno y prometen continuar apoyándolo, aunque estén con el puñal atrás de la espalda, cosa que por supuesto, lo saben.
¿Y la Justicia? Ya sabemos de sobra lo que es la nuestra. Y recordamos azorados como la presidente, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, exhortó al gobierno iraní a confiar en la nuestra y entregar a los funcionarios acusados por Estados Unidos e Israel del atentado a la Amia. ¡Como para confiar!
LA PLATA, marzo 18 de 2011.
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