El pensamiento de Mons. Richard Williamson
Obispo seguidor de Mons. Marcel Lefebvre
Número
CCCII (302), 27 de Abril de 2013
Una señora, habiendo leído el primer
“Comentario Eleison” sobre el GREC (EC 294 del 2 de Marzo) escribió para
quejarse de que yo malinterpretaba al GREC, el grupo parisino de católicos
fundado hacia el fin de la década de 1990 para poner juntos a los
Tradicionalistas y a los católicos oficiales, de manera que pudieran pensar y
hablar pacíficamente unos con otros para el bien de la Madre Iglesia. Estoy
feliz de corregir los errores de hecho que ella señaló. No tengo problema en
admitir las faltas personales mías que ella resaltó. Sin embargo, en un punto,
debo estar en desacuerdo con ella.
En cuanto a los errores de hecho, el
Sr. Gilbert Pérol fue Embajador ante el gobierno italiano y no ante el
Vaticano. Asimismo, él no fue un “colaborador laico” sino un amigo personal del
Padre Michel Lelong, un Padre Blanco. Asimismo, el GREC no fue lanzado “en los
salones de París” sino en el piso de la viuda del Embajador, la Sra. Huguette
Pérol, quien, según me dijeron, asume completa responsabilidad por haber
fundado el GREC, puramente para ayudar a la Iglesia, y con la ayuda de gente
“competente y preocupada por ser fiel al Evangelio y a la Tradición”.
En cuanto a mis faltas, ella escribió
que yo era un “pagado de mí mismo” e “ignorante”, que carecía de modestia y
diplomacia, que demostraba un respeto insuficiente por los muertos, y que
escribía con un tono sarcástico no propio de una persona educada ni de un
Sacerdote. Señora, cuan feliz yo estaría si estas fueran las peores faltas por
las cuales deberé responder ante Dios. En verdad, rece por mi juicio
particular.
Sin embargo, en cuanto al sarcasmo,
permítame alegar que, si me burlé de la nostalgia que los católicos tienen hoy
por el catolicismo de los años 1950, no estaba pensando en el Embajador Pérol
en persona sino en multitudes de católicos actuales. ¡Estas multitudes, no
dándose cuenta porque Dios permitió ante todo al Vaticano II que separara a la
Iglesia oficial de la Tradición católica, desean volver a esa fe sentimentalizada
de la década previa que es justamente la que condujo directamente
al Vaticano II ! Señora, la cuestión crucial no tiene nada que ver con personas
subjetivas; tiene todo que ver con doctrina objetiva.
Y es por ello que debo estar en
desacuerdo con usted en cuanto a la competencia de la gente que ayudó a la Sra.
Pérol a fundar el GREC. Que un diplomático profesional como el Embajador Pérol
haya recurrido a la diplomacia para resolver problemas mayores de doctrina, es
extraviado pero comprensible. Que un Sacerdote Conciliar como el Padre Lelong
haya estimulado tal empresa diplomática es más grave pero aún comprensible,
dado como el Vaticano II socavó toda doctrina, oficializando al subjetivismo
dentro de la Iglesia. Lo que sí es mucho menos fácil de aceptar es la
“competencia y preocupación por el Evangelio y la Tradición” por parte de
Sacerdotes entrenados por Mons. Lefebvre para comprender el desastre doctrinal
del Vaticano II. Tales Sacerdotes nunca debieron animar, menos aún jugar
cualquier parte activa en, un esfuerzo esencialmente diplomático para soluciona
r un desastre esencialmente doctrinal, al margen de cuán bien intencionado tal
esfuerzo pudo haber estado.
Sin embargo, aun así, incluso en el
caso de estos Sacerdotes, se puede aplicar en alguna medida el proverbio
francés: “Entender todo significa perdonar todo”. El Arzobispo pertenecía a una
generación más anterior y más sana. Todos ellos son hijos de un mundo hecho
añicos por dos Guerras Mundiales. Todo el crédito para ellos por haber recurrido
a la persona del Arzobispo para su formación sacerdotal, y
mientras él vivía nos elevó a todos. Pero ellos nunca absorbieron
completamente su doctrina, así que una vez que él murió, en pocos años
comenzaron a recaer. Pero él estaba en lo cierto, y ellos y el GREC --
perdóneme, agraciada dama -- están en el error. Quiera Dios que
vuelvan a lo cierto.
Kyrie eleison
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los mensajes son moderados antes de su publicación. No se publican improperios. Escriba con respeto, aunque disienta, y será publicado y respondido su comentario. Modérese Usted mismo, y su aporte será publicado.