En la foto: Hugo Wast
El día 3 de mayo pasado, en forma injusta y sin fundamento alguno, fue eliminado el nombre de Gustavo Martínez Zuviría de la Hemeroteca (por él fundada) en la Biblioteca Nacional. Con el propósito de reivindicar y desagraviar al novelista católico, conocido mundialmente con el seudónimo de Hugo Wast, la Asociación de Escritoras y Publicistas Católicas Argentinas (ASESCA) envió a AICA para su difusión una nota escrita por una integrante de su comisión directiva, la doctora Inés Futten de Casagne, cuyo texto es el siguiente:
Gustavo Martínez Zuviría (1883-1962)
“La Argentina ha sido fecunda en afamados escritores; algunos de ellos también han sido grandes escritores.
“Pocos, sin embargo, pueden exhibir una vida en el arte literario, la función pública y el testimonio católico, que se asemeje a la de Gustavo Martínez Zuviría, quien, con la publicación de su novela Flor de Durazno (1911), comienza a ser conocido como Hugo Wast. A la fecha de su muerte, la mayoría de sus obras había merecido decenas de ediciones y traducciones a más de 15 idiomas. Unos 3 millones de ejemplares testimoniaban por entonces la simpatía que principalmente sus novelas despertaban en un público de edades y condiciones muy variadas, en el país y en el mundo. La cifra se incrementa considerablemente con los años, pues su obra sigue editándose en la Argentina y en varios países.
“Su talento de novelista fue premiado con la Medalla de Oro de la Real Academia Española, con el Gran Premio Nacional de Literatura y con el Premio del Ateneo Nacional de nuestro país.
“Su valía de intelectual y escritor, particularmente esmerado en su cuidado de la lengua, se refleja en su acceso a la Academia Argentina de Letras, a la Academia de Bogotá (Colombia) y a la Real Academia Española.
“Otras notables condecoraciones y distinciones atestiguan el aprecio intelectual y humano que despertaba Martínez Zuviría, por sus obras y por la consecuencia de vida e ideas.
“Hondas convicciones políticas y culturales lo llevaron a ocupar diversos cargos públicos en el ámbito nacional y provincial, el más extenso de los cuales fue el de Director de la Biblioteca Nacional, en el que fue nombrado en 1931 y del que sería despojado en 1955. Entre sus aciertos en la Biblioteca, se consigna el haber duplicado los 300.000 ejemplares que había en ella al asumir.
“Sus obras, más de 40 títulos, abarcan todos los géneros literarios. Ensayo, poesía y teatro se cuentan entre sus composiciones. Con todo, será su ágil talento para la composición de caracteres y situaciones en novelas inolvidables, el que le ganará un lugar que no puede ser corregido entre los novelistas que representan al país.
“Desierto de Piedra, Tierra de Jaguares, Myriam la Conspiradora, Año X, El Jinete de Fuego, Valle Negro, Juana Tabor o Las Aventuras de Don Bosco, son apenas algunas de esas creaciones memorables, por las cuales Hugo Wast ha obtenido un puesto en la literatura argentina y en la vida cultural y política del país del que no puede ser exonerado”.
Comunicado del Instituto Hugo Wast
Por su parte, al enterarse del agravio a la memoria del ilustre escritor, el Instituto Hugo Wast difundió el 5 de mayo pasado, el siguiente comunicado:
“Informamos con consternación que el nombre de Gustavo Martínez Zuviría ha sido despojado de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional, entidad que nuestro patrono fundó cuando era su director entre 1931 y 1955.
“El anuncio de la medida fue efectuado por el diario Página 12 el viernes pasado (30 de abril) en un artículo escrito por el actual director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, y consumado el lunes 3 de mayo. (http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-144812-2010-04-29.html)
“Leyendo cuidadosamente su escrito no se puede encontrar una razón concreta en que se fundamente esta medida arbitraria y sin parangón en el ámbito de la cultura. Sí se puede distinguir con claridad la presión a la que este hombre ha sido sometido durante los cinco años de su gestión. Expresa González el reclamo continuo hacia él “de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados —en dos oportunidades—, de importantes intelectuales de nuestro país y del exterior y de instituciones vinculadas con la memoria del Holocausto”.
“Vemos aparecer acá el espíritu anticristiano de quienes no cesan de perseguir “a todo aquello que da verdadero testimonio de Cristo Jesús”. No es esta la primera vez que sucede ni será la última.
“Gustavo Martínez Zuviría ha sido condenado y perseguido por haber escrito El Kahal–Oro, bajo el pseudónimo de Hugo Wast, setenta y seis años atrás. Esta novela se basó en las actas de los Kahales judíos de Rusia de finales de 1800 revelados al Zar Nicolás I por el hebreo Jacobo Bronfman. Estas actas llevaban cuenta de una verdadera sociedad secreta paralela y hostil a la sociedad cristiana de esa nación. Pero lo realmente imperdonable en Hugo Wast a los ojos de sus perseguidores consiste en que el protagonista de esta novela, de origen judío, se convierte al catolicismo. De la misma manera que Bronfman se convirtió al cristianismo en la vida real.
“No resiste un análisis serio la acusación de antisemitismo contra Hugo Wast, quien adoró hasta su último día a su Señor y Salvador Jesucristo, hebreo en su naturaleza humana y veneró a su Santísima Madre, la Virgen María, nuestra dulcísima doncella judía y perseveró en su devoción a todos los primeros santos y mártires cristianos, casi todos ellos judíos, que con su celo y su sangre nos transmitieron la fe.
“Hugo Wast no profesaba enemistad hacia los judíos como sus detractores señalan porque esto es inaceptable para un católico sino que combatió a los enemigos de la Iglesia sin temer las consecuencias, porque su fe era fuerte, su amor grande y su coraje admirable.
“Tampoco era “nazi” porque El Kahal–Oro fue prohibido en la Alemania nacional socialista. Toda su obra literaria está impregnada de adoración y alabanza a Jesucristo y sus enseñanzas de amor al prójimo.
“Su acción política se desarrolló en consonancia con esto y fue coronada con la reimplantación de la enseñanza religiosa católica en las escuelas públicas, que eximía a los no creyentes de esta asignatura. El pueblo argentino aprobó en un 94% este mandato, reflejado en las posteriores indagaciones públicas que se hicieron. Esto tampoco se le perdonó.
“Estamos ante un acto injusto, uno de los tantos que se cometen en esta persecución creciente contra todo aquello que sea de Cristo. Hoy vienen a por esto y mañana vendrán a por otras cosas aún más entrañables a nosotros.
“De la misma manera que sucedió en el pasado cuando se le quitó el nombre de Gustavo Martínez Zuviría a esta Hemeroteca, que luego fue repuesto por la decidida intervención de monseñor Héctor Aguer, no aceptamos este nuevo atropello y exigimos la reposición de su nombre.
“La obra y la figura de Hugo Wast son patrimonio de la cultura nacional y por lo tanto no es aceptable que ideologías o intereses sectarios circunstanciales decidan arbitrariamente sobre su destino en desmedro de millones de argentinos consubstanciados con sus ideas”.
Fuente: Buenos Aires, 2 Ago. 10 (AICA)
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