Aníbal Fernández, jefe de Gabinete de Ministros, se manifestó contra la penalización de consumo de la marihuana, cometiendo el delito reprimido por el Código Penal de apología del delito.
Afirmó, respecto al debate de la “despenalización” de la tenencia de marihuana, que debemos ir por los derechos humanos de segunda generación y que se debe apuntar a tratar la salud de los adictos, no reprimirlos.
Las afirmaciones fueron realizadas en el marco del programa más obsecuente de la TV pública oficialista denominado “6,7,8” donde Fernández señaló que el lugar para recuperarse no es la cárcel, ya que en la cárcel terminan consumiendo de la misma manera que lo hacían afuera. Tales afirmaciones implican el reconocimiento público de que hay droga en los establecimientos carcelarios, y en una grave irresponsabilidad de las autoridades gubernamentales en tal sentido, ya que para que haya droga en las cárceles alguien debe dejarlas pasar, y si la máxima autoridad lo reconoce es por su condición de cómplice de tales hechos que reconoce.
El funcionario explayó los falsos argumentos de que la represión “al usuario” no consiguió nada y las redes de narcotraficantes proliferaron más que nunca en el mundo, y que toda la visión sobre este tema está cambiando en el mundo y se está encaminando a no reprimir al usuario, sino ayudarlo a recuperarse y apuntar a los vendedores. Porque resulta que ahora el adicto a las drogas es un “usuario” del libre mercado que en una góndola de supermercado puede adquirir lechuga, tomate, perejil y un ramito de marihuana…
Se tiene que hacer un debate donde vamos a tener que opinar todos para que no terminen presos los perejiles, señaló Fernández que también intervino en la discusión sobre el rol de los intelectuales en la Argentina, que coincide con su desempeño en el programa: la degradación de toda la población nacional hasta sus últimas consecuencias en un gran genocidio económico, cultural y espiritual.
Con estos argumentos tal vez estén esperando ganar las próximas elecciones, captando dinero del narcotráfico para la campaña y los votos de todos aquellos que se convertirán en adictos por el simple hecho de escuchar sus argumentos.
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