El pensamiento de Mons. Richard Williamson
Obispo de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X
Número CCXXIV (224)
29 Octubre 2011
El colapso inminente de la
finanza global y/o el advenimiento de la finanza global que conduce (1) al
gobierno global, cuyo (2) colapso que ha sido designado para tal fin, tendría
que inducir a las almas a reflexionar: ¿Cómo nos metimos en este lío y cómo
salimos de él? Si una crisis tan grave no tiene nada que ver con Dios
Todopoderoso, entonces evidentemente, Dios no es tan grave y se deja reducir a
un agradable pasatiempo dominical. Por otro lado, si Dios es tan importante
como lo pensaban evidentemente los constructores de las catedrales medievales,
entonces olvidarle a El habrá tenido un lugar central en el triunfo actual de
la finanza sobre la realidad.
En verdad, uno debe remontarse a
la Edad Media para entender de dónde ha venido el desastre actual. A medida que
la Fe comenzó a decaer después de la alta Edad Media, los hombres se volvieron
cada vez mas interesados en Mammon, el otro gran motor de sus vidas (Mt.VI,
24). Así, el dinero, cuya naturaleza es ser el sirviente del intercambio de
bienes reales y servicios, fue arrancado de la Naturaleza para transformarse en
la finanza moderna, dueña de la economía global. Un paso clave en este proceso
que condujo directamente a las montañas actuales de deuda impagable en todas
las direcciones, fue la expansión post medieval de la llamada reserva
fraccionaria bancaria, que reduce el mundo a la esclavitud de los banqueros
visibles, o más bien de sus invisibles jefes.
Cuando el dinero está al servicio
de la economía, un Estado prudente asegurará que la cantidad total del dinero
en circulación suba y baje acorde con la cantidad total de bienes reales a ser
intercambiados en esta economía, de tal manera que el valor del dinero
permanecerá estable. Demasiado dinero buscando comprar demasiado pocos bienes
significará que el valor del dinero cae por inflación. Demasiado poco dinero
perseguido por una cantidad demasiado grande de bienes significará que el valor
del dinero subirá por deflación. En un sentido u otro, el cambio del valor del
dinero desestabiliza todo intercambio de bienes. Ahora, si los bancos en los
cuales los clientes (ahorristas) depositan un dinero real, necesitan guardar
solamente una fracción de ese dinero real en reserva para respaldar una
cantidad mucho mayor de papel moneda que podrán poner en circulación, entonces,
poniendo demasiado dinero o demasiado poco en circulación, ellos pueden jugar
con el valor del dinero y hacer fortunas prestando dinero barato y
recuperándolo como dinero caro. Así, los financieros pueden sacarle el control
al Estado.
Peor, si la reserva fraccionaria
bancaria permite a los bancos desconectar el dinero de la realidad y fabricarlo
a voluntad, y si ellos pueden cobrar aunque sea un pequeño interés compuesto de
su dinero fabricado, entonces lógicamente ellos pueden -¡y lo hacen!- bombear
todo el valor real de una economía, transformando a la mayoría de los que
depositan en deudores y a la mayoría de los deudores en desesperanzados
esclavos de su deuda o hipoteca, y cuidando solamente de no matar completamente
la gallina de los huevos de oro para su provecho ¡La sabiduría divinamente
inspirada del legislador Moisés ponía frenos al poder de todos los prestamistas
cancelando todas las deudas cada siete años (Deut.XV,1-2) y devolviendo toda
propiedad a su dueño original cada 50 años (Levit.XV,10) !
¿Y por qué Moisés, gran hombre de
Dios y por ello hombre de profunda “espiritualidad”, se preocupaba él mismo por
cuestiones tan materiales? Porque como las malas economías pueden llevar a los
hombres a la desesperación, hacia el Infierno, lejos de Dios –miren a su
alrededor hoy y sobre todo mañana- así, buenas economías hacen posible una
sabia prosperidad que de ninguna manera rinde culto a Mammon, sino que más bien
facilita el confiar en la bondad de Dios y rendirle culto y amarle. El hombre
es alma y cuerpo.
¡Moisés seguramente hubiera
derribado la reserva fraccionaria bancaria, como derribó al Becerro de Oro!
Kyrie eleison.
NOTAS DE DIARIO PREGÓN DE LA PLATA:
En el original en castellano:
* Finanza Delincuente I
(1) Lleva
(2) “Cuyo”: palabra agregada en
la edición
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