Por Enrique Guillermo Avogadro
Buenos Aires, 21 de Febrero de 2012
“No te rindas, aún
estás a tiempo de alcanzar y comenzar de nuevo”
Mario Benedetti
Las ideas que se incluirán en
esta nota no tienen más pretensión que ser los títulos de los grandes temas,
para que, en conjunto y con la mayor cantidad de ciudadanos posibles,
discutamos una alternativa para el futuro de nuestro país, después de décadas
de retroceso y decadencia.
Creo que, hoy, las mayores
preocupaciones de la gente en general están vinculadas a la economía, a la
seguridad y a la corrupción, pero que debería priorizarse la educación, como
principal causa del progreso y del desarrollo.
La enumeración que sigue no tiene
un orden específico de importancia, toda vez que, estimo, debe tratarse de
acciones a realizar simultánea y rápidamente, porque se trata de recuperar la
República. Pido anticipadas disculpas por tanto por la extensión de esta nota
-sintetizarla más me resultó imposible- cuando por el cierto desorden que en
ella impera.
1. Volver al sistema de división
estricta de poderes establecido por la Constitución Nacional.
2. Prohibir la reelección por más
de una renovación de mandato en toda la Administración pública y en los
organismos públicos no estatales, estableciendo la necesidad de una muy fuerte
mayoría especial para la modificación de estas normas.
3. Desterrar la “lista sábana” y
establecer la boleta única, hasta llegar al voto electrónico, en todos los
niveles del Estado.
4. Transparentar la financiación
de la actividad política, con estricto control de los ingresos y egresos de los
partidos, sindicatos y organizaciones empresariales.
5. Crear un registro permanente y
público de la actividad parlamentaria en la Nación, las provincias y los
municipios, que incluya la asistencia de cada legislador, qué proyectos
presentó y el modo en que votó cada iniciativa.
6. Anular la modificación en la
composición del Consejo de la Magistratura, volviendo a la original.
7. Juzgar, en ese Consejo, la
actividad de todos los magistrados actuales, nacionales y federales, incluidos
los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con criterios
estrictamente jurídicos, para garantizar que los magistrados que permanezcan en
funciones desempeñarán su labor con seriedad, con honestidad, con recato, con
sapiencia, con eficiencia, con independencia y con celeridad.
8. Restablecer la Justicia de
menor cuantía, con gran dispersión territorial; los jueces, fiscales y
defensores a cargo de la misma serán elegidos por el voto popular, por tiempo
determinado, y deberán estar domiciliados en su misma jurisdicción.
9. Exigir a los jueces el
estricto respeto a los principios de legalidad, de juez natural, de ley
anterior al hecho del proceso y de inocencia.
10. Restablecer la vigencia de
los derechos a comerciar, a transitar y a expresar opiniones libremente.
11. Crear el cargo electivo de
delegado policial en cada barrio y localidad de menor tamaño, con mandato
temporal y una sola reelección, con la obligación de residir en la
jurisdicción, y con mando sobre las fuerzas policiales del lugar.
12. Dejar en manos de la Nación y
de las provincias la centralización de la información criminal, poniéndola al
servicio de la investigación y de la prevención.
13. Recuperar, para cada una de
las fuerzas de seguridad, su rol original, y rotar permanentemente a sus jefes
locales.
14. Establecer un efectivo
control de nuestras fronteras, con todos los adelantos técnicos del caso, y
sancionar la “ley de derribo” para las embarcaciones y aeronaves no
identificadas.
15. Endurecer fuertemente las
penas por delitos relacionados con el tráfico de drogas y de personas.
16. Mejorar la capacidad y la
calidad del sistema carcelario, dando acceso al mismo a la inversión privada en
materia de “hotelería”.
17. Recrear el respeto absoluto e
irrestricto de los contratos y de la palabra empeñada, especialmente en
aquéllos vinculados a la infraestructura y a los servicios públicos.
18. Renegociar rápidamente con el
Club de París y con los holdouts, para recuperar la confianza de los mercados
internacionales.
19. Cumplir las sentencias del
CIADI.
20. Impulsar definitivamente el
Mercosur y los tratados de libre comercio del mismo con el mundo entero.
21. Asumir, como política de
estado, una visión geopolítica permanente, de modo de dar previsibilidad a
nuestro comportamiento internacional.
22. Establecer, como política de
estado, los caminos diplomáticos tendientes a la recuperación de las Malvinas,
e incentivar la vinculación permanente entre el continente y los habitantes de
las islas, descartando toda iniciativa militar, prohibiendo los discursos
agresivos en tal sentido.
23. Encomendar al Ministerio de
Planificación la confección de planes de desarrollo a treinta años, con ajustes
finos anuales, de modo de dar previsibilidad a la economía y de permitir
orientar la producción de bienes y servicios.
24. Recrear el respeto a la
propiedad privada, en todas sus formas.
25. Crear reglas claras,
transparentes e inamovibles para la actividad económica, que permitan dar
previsibilidad a todos los proyectos y a todas las inversiones, más allá de los
riesgos propios de cada actividad.
26. Salir al mundo a buscar las
indispensables inversiones, exhibiendo una irreprochable seguridad jurídica,
especialmente en lo que a la obra pública y a la exploración y la producción de
hidrocarburos y minerales se refiere, orientando su aplicación en función de
las necesidades del país.
27. Crear un organismo de control
ambiental inobjetable e insospechable, que incluya la participación de expertos
internacionales en cada materia.
28. Ejercer un control efectivo y
eficiente de los fondos provenientes de actividades ilícitas o de la evasión, y
reprimir fuertemente el lavado de dinero.
29. Establecer el “juicio de
residencia” y de responsabilidad, de modo tal que todos los funcionarios que
ejerzan cargos públicos a partir de determinado nivel de responsabilidad sean
juzgados por un tribunal especial al dejar sus funciones, poniendo especial
énfasis en los aspectos patrimoniales.
30. Revitalizar y garantizar la
independencia, dotándolos de los recursos necesarios, de organismos de control
tales como la Oficina Anticorrupción, la Fiscalía de Investigaciones
Administrativas, la Auditoría General de la Nación, la Administración Federal
de Ingresos Públicos –con la Dirección General Impositiva y con la
Administración Nacional de Aduanas-, la Defensoría del Pueblo de la Nación y la
Unidad de Administración Financiera.
31. Crear la Carrera y la Escuela
de Administración Pública, para lograr que, en un tiempo prudencial, todos los
funcionarios hasta el nivel de director general o equivalente, sean
obligatoriamente graduados en la misma.
32. Crear organismos de
evaluación permanente de los docentes, para lograr que éstos, en todos los
niveles de enseñanza, mantengan la actualización de sus conocimientos,
acompañando la evolución tecnológica, y retribuir suficientemente su labor;
establecer normas claras que repriman el ausentismo injustificado.
33. Recrear el principio de
autoridad de los docentes de todos los niveles, y exigir su respeto por parte
de estudiantes y familias.
34. Establecer exámenes de
ingreso, de gran exigencia, a las universidades públicas, y mantener esa
excelencia durante toda la carrera de los estudiantes.
35. Crear un organismo
independiente para determinar las necesidades que tendrá el país de
profesionales de cada especialidad en los siguientes cinco a&˜os, y becar,
incluyendo el pago de un sueldo, a los mejores estudiantes de esas carreras.
36. Arancelar el estudio, en las
universidades públicas, de todos aquellos estudiantes que el país no requerirá,
de acuerdo con el análisis al que se refiere el punto anterior.
37. Establecer a la universidad
pública como consultoría obligatoria, rentada, para todas las empresas y
emprendimientos del Estado.
38. Establecer, como política de
estado, el respeto por todos los derechos humanos, condenando las violaciones a
los mismos, cualquiera sea el signo político de quien los desconozca.
39. Modificar la coparticipación
impositiva, recuperando para las provincias y los municipios la independencia
económica, fuente de la libertad política.
40. Realizar una profunda reforma
impositiva, simplificando y universalizando el cobro de impuestos, con graves y
severas penas para los evasores, y suprimir aquéllos que –como el impuesto al
cheque- resultan recesivos.
41. Suprimir el cobro del IVA en
los artículos que componen la canasta básica familiar.
42. Destinar el producto de la
percepción de tasas específicas a los fines establecidos en su sanción.
43. Restablecer la credibilidad y
el profesionalismo en el Indec, de modo de permitir a nacionales y extranjeros
disponer de estadísticas confiables y seguras.
44. Incentivar el progreso
tecnológico, de modo tal de incrementar la exportación argentina a mercados
internacionales de altos precios y de calidad, y abrir, muy gradualmente pero
con plazo fijo, los mercados internos a la competencia extranjera.
45. Proteger a la industria
nacional, facilitando su acceso al crédito pero impidiendo que, con
protecciones de todo tipo, transforme al país en un coto de caza privado.
46. Establecer la independencia
del Banco Central, como custodio del valor de nuestra moneda.
47. Dar a conocer públicamente
todos los gastos, compras e inversiones del Estado, en todos sus niveles.
48. Permitir a los partidos de
oposición y a las distintas ONG’s cuyas actividades se vinculen al tema, el
control de las obras de infraestructura.
49. Facilitar el acceso a la
información, reprimiendo severamente a los funcionarios que la oculten o lo
impidan.
50. Transparentar y equilibrar la
asignación de la pauta publicitaria, distribuyéndola con criterios objetivos.
51. Facilitar el acceso a los
medios de comunicación públicos a todos los partidos políticos y a todas las
formas de expresión, impidiendo que aquéllos continúen siendo utilizados por el
gobierno de turno.
52. Mejorar los salarios de los
primeros niveles de la Administración pública, y prohibir el ejercicio de
actividades privadas durante los mandatos de funcionarios y legisladores.
53. Establecer una clara política
de inmigración, regulada y planificada, respetándola y haciéndola respetar por
quienes deseen habitar nuestro suelo.
54. Recuperar la salud pública,
tanto en materia instrumental como edilicia, para ponerla al eficiente servicio
de cada comunidad, arancelando las prestaciones para quienes no residan en
ella.
55. Respetar los capitales
asignados al fondo de sustentabilidad de las jubilaciones; devolver al Pami y a
la Anses los fondos retirados para financiar el gasto público populista.
56. Tender, responsablemente, al
pago de un porcentaje preestablecido de los últimos salarios como jubilación, y
respetar estrictamente las sentencias judiciales previsionales.
57. Dotar al país de un
desarrollado sistema de transporte vial y ferroviario, con la indispensable
participación de la inversión privada.
58. Optimizar el transporte
público urbano, de modo de desalentar el uso de medios individuales.
59. Recrear fuerzas armadas
altamente capacitadas y equipadas para ejercer efectiva defensa del territorio
nacional, incluyendo a la plataforma marítima.
60. Abrir responsablemente los
cielos, de modo tal que exista una legítima y leal competencia en el transporte
aéreo, manteniendo la participación del Estado solamente en aquellas rutas que
no resulten rentables.
61. Facilitar, mediante los
pertinentes créditos a muy largo plazo, el acceso de todos los habitantes a una
vivienda digna.
62. Mantener permanente
actualizado un censo de las personas que viven en la pobreza y la indigencia,
para permitir la eficiente actuación de los planes de ayuda y progreso, pero
con estricta contraprestación laboral de los beneficiados.
63. Universalizar verdaderamente
la asignación universal por hijo, incluyendo la etapa de gestación, en
reemplazo de todas las deducciones impositivas en tal concepto y de las
asignaciones familiares.
64. Establecer normas claras e
inamovibles en materia de empleo, para permitir regenerar un importante
incremento de la mano de obra registrada, y combatir fuertemente la
informalidad laboral.
Estos son, a mi criterio, los
puntos básicos –probablemente, haya olvidado varios- que debemos discutir los
argentinos si queremos que nuestro país recupere el prestigio que supo tener en
el concierto mundial. Para su discusión, acabo de crear un grupo en Facebook
que lleva por nombre “Alternativa para el futuro de la Argentina”; como dije,
cuantos más participemos del debate, mejor será el resultado y las
posibilidades de éxito.
Sobre estas bases, podremos
asegurar ese futuro, no solamente para nuestros hijos y nietos sino para la
misma supervivencia de la Nación como tal.
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