El pensamiento de Mons. Richard
Williamson
Obispo de la Fraternidad
Sacerdotal San Pío X
Número CCIL (249) - 21 de
abril de 2012
Traducción y subtítulos
de Diario Pregón de La Plata
En estos “Comentarios” dos
semanas atrás estaba la promesa de mirar tres citas del Concilio Vaticano II
que han hecho mucho para disolver la Iglesia de Jesucristo, que es la Iglesia
Católica. Y hace una semana atrás fue la advertencia de que los textos del
Vaticano II son ambiguos, por lo que ellos pueden siempre ser vistos como que
no hay nada equivocado en ellos. Pero solo uno de sus dos posibles significados
es inocente. El otro significado es mortal para la Iglesia Católica, como los últimos
cuarenta años han probado.
“Subsiste” en la Iglesia Católica
La primera cita viene de Lumen
Gentium #8. Aquí está: “…la única Iglesia de Cristo… establecida y
organizada en este mundo como una sociedad, subsiste en la Iglesia
católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con
él.” Ahora, ¿qué es lo que esa palabra “subsiste” significa aquí? La ambigüedad
es que puede significar a la vez que la Iglesia de Cristo existe principalmente
y sólo en la Iglesia Católica Romana, que es lo que la Iglesia siempre
enseñó hasta el Vaticano II, o puede significar que la Iglesia de Cristo existe
principalmente pero no sólo en la Iglesia Católica, en cuyo caso la
Iglesia de Cristo también existe parcialmente fuera de la Iglesia Católica. Esto
abre la puerta al ecumenismo Conciliar que rompe la afirmación dogmática de la
Iglesia Católica de ser la exclusiva arca de salvación: “Extra Ecclesiam nulla
salus”
El problema aquí es que es también
un dogma que la Iglesia es una. En todas las Misas del Domingo nosotros oímos o
cantamos que nosotros creemos en la “una, santa, católica y apostólica
Iglesia.” Entonces, ¿cómo puede la Iglesia de Cristo ser dividida entre varias
comunidades más o menos eclesialmente parecidas? Si la Iglesia es una, ella no
puede ser varias. Si se trata de varias, no puede ser una. En su libro sobre “Benedicto XVI y Cómo la Iglesia se Ve a sí misma”, el Dr. Wolfgang Schuler
ofrece una serie de citas de Joseph Ratzinger para mostrar que como un teólogo él
entusiastamente promovió la ruptura de la exclusividad de la Iglesia Católica,
pero como Cardenal y Papa ha luchado por mantener también la unidad de la
Iglesia.
La vid cortada
La segunda cita procede de Unitatis Redintegratio #3: “de entre el
conjunto de elementos o bienes con que la Iglesia se edifica y vive, algunos, o
mejor, muchísimos y muy importantes pueden encontrarse fuera del recinto
visible de la Iglesia Católica.” Ahora bien, el obvio significado de estas
palabras es que como monedas de oro apiladas en un montón, también se pueden
encontrar monedas de oro fuera de la pila, por lo que los elementos de la
Iglesia enumerados por el Concilio, como “fe, esperanza, caridad y otros dones
del Espíritu Santo” pueden ser reconocidos existiendo como tales fuera de la
Iglesia Católica. Pero Nuestro Señor dijo que las ramas cortadas de la vid se
marchitan y mueren (Jn XV, 6). ¿Cuál es su vid, si no es su Iglesia?
El cisma ¿medio
de salvación?
La tercera cita dibuja la lógica conclusión,
justo un poco más adelante en el mismo documento (U.R. #3): “aunque creamos que
las Iglesias y comunidades separadas tienen sus defectos, no están desprovistas
de sentido y de valor en el misterio de la salvación, porque el Espíritu de
Cristo no ha rehusado servirse de ellas como medios de salvación…” Pero a
medida que el Arzobispo Lefebvre dijo: “Ninguna comunidad, en la medida en que
está separado de la Iglesia Católica, puede gozar del soporte del Espíritu
Santo desde que su separación significa la resistencia al Espíritu Santo. El
puede trabajar directamente sólo en las almas, él puede usar directamente sólo
medios, que no muestren signo alguno de separación”.
El Concilio Vaticano II, esencialmente entendió
mal la Iglesia. Permítanos próximamente ver con la ayuda del Dr. Schuler cómo
Benedicto XVI ha aplicado ambos, freno y acelerador, a ese malentendido.
Kyrie eleison.
NOTA DE DIARIO PREGÓN DE LA PLATA: Las citas de los documentos del
Concilio Vaticano II que efectúa Mons. Williamson, han sido tomadas de la página
del Vaticano de su traducción oficial al castellano. Se recomienda la lectura
completa de dichos pasajes.
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