Por Emilio Nazar Kasbo
Vivimos en una sociedad que
abarca (con las debidas excepciones) a varones amanerados y a mujeres machonas.
SOCIEDAD AMANERADA
En ese marco, debemos ubicarnos.
Sabemos que eso contraría el Orden Natural, y que además en el Nuevo Testamento
San Pablo advirtió que ni los amanerados entrarán al Reino de los Cielos.
Sí, vivimos en un tiempo de “ciencia
ficción”, donde el más mínimo problemita es gigantesco, a la vez que los
problemas gigantescos son minimizados. Es un tiempo “suerrealista”.
Por eso, muchos han de hallarse
desorientados al momento de reaccionar. Sólo vemos a mujeres como Cecilia Pando o como Victoria Villaruel liderando problemáticas
en territorios que antes eran privativos de los varones. No estoy criticando
que lo hagan, ya que toda la población debe involucrarse, sino lo que estoy
poniendo de resalto es que se trata de mujeres que hacen el reclamo “como
mujeres”, donde debe realizarse un reclamo como varones.
Aclaro: no es para que las
mujeres se enojen conmigo, pero considero que están ocupando un lugar que no
les corresponde, que están sustituyendo la acción de los varones, y que los
varones están ausentes.
SOY UN INADAPTADO
Una vez, en una manifestación
frente al Congreso de la Nación, algunos se enojaron con mi persona cuando pedí
que mientras el semáforo estaba en rojo para los vehículos, se cruzara una extensa
bandera provida en la oportunidad, porque decían que podía entorpecer el tránsito…
Mientras tanto, en mi cabeza
estaba el pensamiento de que ciertos personajes públicos “entorpecen el tránsito
del vientre materno a la vida independiente de los bebés”. Pero el “incivilizado”
era yo.
Recientemente me han recordado el
episodio cuando traté de ingresar a los talleres de aborto del Encuentro
Nacional de Mujeres en Córdoba, donde fui conminado a retirarme mediante
amenazas de lesiones por parte de un “grupo de mujeres fuertes” en palabras de
la líder que me amenazara (que probablemente se trataría de un grupo de
travestis).
CABALLEROSIDAD
¿Qué reacción debía adoptar en
esa oportunidad?
¿Golpear a mujeres? No, porque
eso es indigno de un varón, indigno de un caballero.
¿Retirarme sin más? No, porque
eso sería un acto de cobardía.
¿Cambia la situación el hecho de
que tales mujeres sean machonas? No, porque no dejan de ser mujeres.
¿Y pelear contra los trabucos? Los
mismos no se apersonaron para que se diera el marco de semejante contienda, en
una escena donde debería enfrentar a grotescos de mujer.
NI RIDICULEZ NI ACTO HEROICO
Precisamente, esa es la
desorientación: jugamos con reglas diferentes.
Mi reacción fue la de dirigirme a
la Fiscalía competente del lugar y efectuar la denuncia por amenazas, que fue
lo que efectivamente se concretó en horas del mediodía.
Al final de la jornada, a eso de
las 18 hs aproximadamente, debí acompañar a esa misma Fiscalía a una joven que
había sido lastimada en la ceja de su ojo izquierdo por un botellazo arrojado
por las “pacíficas y alegres” ultrafeministas. Allí comprobé que la persona que
yo había denunciado estaba aguardando el turno para declarar sobre los hechos
que denuncié; y además resultó que esa mujer parece que es una dirigente
izquierdista que habría participado en el Cordobazo.
REACCIONAR
Jugamos con reglas distintas. Las
mujeres juegan sucio, y oponen a los varones la femineidad (real o perdida,
pero que pertenece a su misma naturaleza, guste o no guste). No fue ningún
hecho “heroico”, no hubo ningún “riesgo” concreto. Pero no hay otro modo de
reacción, al menos por ahora, mientras continúe el aquelarre social.
No hay espacio para actos bélicos.
Nadie reacciona. Se llevan a militares combatientes como presos políticos y no
hay quien se presente como oposición.
Hay que pensar, además, que si
han reaccionado así contra mi persona, en quien veían que no podían dominar
mediante gritos o palabras, ¡qué no hacían contra las mujeres católicas y
provida que estaban en las diversas aulas del colegio donde se llevaron a cabo
las reuniones, encerradas, privadas de su libertad, y golpeadas hasta ser
lastimadas! Y esto lo supe con posterioridad a los hechos.
UNA TRAGICOMEDIA
El hecho descripto movería a risa
a la gente mayor (yo mismo no puedo creer los sucesos vividos), y para las
nuevas generaciones parecerá un episodio de extrema violencia, porque ven las
cosas con ojos femeninos.
Una película de Sylvester Stallone llamada “El
Demoledor” en castellano (“Demolition Man” en inglés), muestra esta sociedad de
hoy, que es el “futuro” que se planteaba como ficción al tiempo de su rodaje.
El filme proyecta la vida desde el año 1996 hacia el año 2032, pero esa
sociedad abúlica “del futuro” ya la estamos viviendo prácticamente en este año
2012.
Efectivamente, se trata de una
generación de abúlicos descerebrados, que por tanto no puede reaccionar de otro
modo. Han vendido sus facultades mentales, y los medios de comunicación piensan
por ellos.
DE LA FAMILIA A LA PATRIA
Es decir, al relatar los hechos
sucedidos, no he pretendido contar una “gesta”, sino simplemente ser preciso en
lo que pasó. Pero esos hechos objetivos se prestan a esa doble interpretación
que refiero: una ridiculez y un acto de extremo heroísmo.
Fui a cubrir una nota
periodística, y las mujeres ultrafeministas con la excusa de ser mujeres, reaccionaron
del modo descripto, mediante agresiones verbales (las mujeres son especialistas
en eso), y mediante amenazas que eventualmente hasta podrían haberse
concretado.
Pero ¿Qué otra reacción podía
tomar un caballero frente a una mujer que efectúa semejantes amenazas? ¿Qué
sugiere Usted?
Sí, hay otro modo de llevar
adelante la vida familiar y social. No siempre las mujeres fueron “pantaloneras”,
porque hubo un tiempo en que las mujeres se vestían y eran tales, con la total
femineidad que surge naturalmente de su propia esencia, otorgada por Dios. La
mujer que se viste o pretende actuar como un varón, es una abominación según
dice la Biblia.
El hombre ha de ser Rey de la
Familia, y la esposa como Reina del Hogar; y los hijos han de ser Príncipes en
una Monarquía Católica familiar. La Patria se defiende en la Familia, incluso
en una sociedad hostil como la que vivimos.
Otra vez leo lo brillante que expresa esto tiempo.
ResponderEliminarPablo.