En el programa “Claves para un Mundo Mejor” (América TV), Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata, en lugar de su columna
habitual mantuvo un diálogo con el conductor del mismo, el periodista Tito Garabal,
donde se
refirió a la alegría y el compromiso que impone la elección del Cardenal Jorge Mario Bergoglio como nuevo Papa de la Iglesia Católica.
Pocas horas después de la elección recordó que conoció “al entonces Padre Bergoglio en 1978, en la diócesis de San
Miguel y luego hemos sido Obispos Auxiliares de Buenos Aires juntos durante 6
años. De manera que nos conocemos muy bien”.
Muy feliz, explicó que “siempre la espera de un
nuevo Papa es emocionante pero en esta oportunidad ha sido mucho más. Ha sido
una verdadera conmoción sobre todo porque uno lo ha conocido desde hace muchos
años al actual Papa y vemos esto como una cosa realmente maravillosa”.
El prelado platense comentó que “a nosotros,
desde niños, nos enseñaron a respetar, a obedecer y a amar mucho al Papa.
Entonces la figura del Papa para los católicos, para la Iglesia, para los
fieles, para los sacerdotes, y por supuesto para los obispos, es algo que tiene
un peso fundamental en nuestra vida y en nuestra tarea pastoral. Y en este caso, donde
además se trata de una persona a la cual uno conoció estrechamente la conmoción
es mucho mayor”.
Durante el diálogo televisivo indicó que “para
nosotros además está este suplemento de que es un argentino. Este hecho nacional creo
que lo tenemos que tomar con prudencia en este sentido: no sea cosa que sea
potencial en nuestras conciencias eso de que somos los mejores del mundo en el
futbol y también en esto. No se trata de eso. El Papa es el Sumo Pontífice de la Iglesia Universal”.
“A mi me impresionó mucho cuando Francisco I
salió a la logia central de la Basílica y dio su primer mensaje que se refirió
primeramente a los romanos y habló como Obispo de Roma. Esto tiene un peso
teológico también, no es una cuestión circunstancial porque allí seguramente la
mayoría eran romanos pero había muchísima gente llegada desde todas partes.
Ahora no es porque el Papa es el Sumo Pontífice, porque es el Sucesor de Pedro,
que es el Obispo de Roma. Es porque Pedro llevó la sede apostólica a Roma. Y es
en la sucesión de los Obispos de Roma donde está el carisma de pastorear a la Iglesia Universal”.
También se le consultó sobre que gestos o palabras del
nuevo Papa le había impresionado tras la elección pontificia. Mons. Héctor Aguer
afirmo: “Yo creo que es la persona de Jorge Bergoglio que ahora es
Francisco I. Es el hombre que ha sido puesto en el lugar de Pedro y eso es lo que
verdaderamente impresiona. Él habló como Sucesor de Pedro, como Obispo
de Roma y en cuanto tal el encargado de pastorear la Iglesia Universal y dijo una cita
implícita de San Ireneo que la Iglesia de Roma es la que preside en la caridad
a todas las Iglesias por eso creo que subrayó tanto lo de su carácter de Obispo de Roma
porque es esa iglesia la que preside en la caridad a todas las demás iglesias o
diócesis”.
“A la Iglesia Católica se la puede mirar desde dos focos: desde
Roma, desde el Papa, o desde las iglesias particulares que son articuladas y
mantenidas en la comunión de fe y caridad por el Sucesor de Pedro. Ahora,
claro, a uno le impresiona gratamente que una persona conocida, cercana, un
argentino, esté en esa posición en estos momentos”, dijo.
Sobre cual puede ser la impronta del
Pontificado del Papa Francisco aseguró: “No lo puedo imaginar porque él tiene una
personalidad muy rica y muy de sorprender pero creo que será algo de lo que todos conocemos
de él. Por otra parte me parece fuera de lugar que nosotros le escribamos la
agenda al Papa como han hecho algunos periodistas en estos días. Nosotros esperamos
simplemente que sea el Papa que es Aquel de quien viene la identidad en la
trasmisión de la fe y de las verdades fundamentales de la fe y tendrá un acento
particular que iremos descubriendo poco a poco porque en todos los Pontificados
se dan acentos que son propios de cada Pontífice. Por otro lado no tenemos que
olvidar esto: por encima de todo está Jesucristo que es el que cobija
invisiblemente a la Iglesia”.
Durante el reportaje y teniendo en cuenta la
comunión de trabajos que realizó durante más de 30 años junto al Cardenal Bergoglio, desde que ambos
eran sólo sacerdotes, se le consultó sobre quien es y cual es la personalidad del nuevo
Papa y el Arzobispo de La Plata señaló: “Es alguien que sigue
mucha y con delicada atención lo que uno le dice, lo cual supone una gran capacidad de escucha y
luego de reflexión. Me parece que eso es algo fundamental. Esto
tiene que ver con los actos de gobierno donde gobernar no es simplemente
mandar. Pienso que hay que escuchar, reflexionar, y hacerlo con prudencia. Como decía el Papa San
Gregorio Magno que el arte de las artes es la conducción de las almas. Y eso es
un arte que se pondrá de manifiesto en las obras del Pontificado y yo creo que el Santo
Padre marcará con su personalidad, con sus gestos probablemente lo que quiere
de la Iglesia y seguramente él quiere que nosotros lo acompañemos y hagamos
nuestra parte también”.
De inmediato agregó: “Ese hecho conocido de que
el Cardenal Bergoglio pedía a todos que rezaran por él ahora
tiene un significado particular: hay que rezar por el Papa porque el peso de su
tarea en el Pontificado es un peso agobiante. Nosotros los argentinos tenemos la tendencia
a mirar todo como si la Argentina fuera el ombligo del mundo pero el mundo es
muy vasto y la Iglesia está extendida por todo el mundo, hay fronteras enormes
de la evangelización”.
Sobre lo que representa esta elección de un argentino como
Sucesor de Pedro precisamente para los argentinos y para la Iglesia en la Argentina, el prelado consideró que
“debería
ser un incentivo a ponernos cada vez mas seriamente a trabajar en la tarea de
la nueva evangelización pero también hay que destacar que hay una continuidad
en la vida de la Iglesia donde no hay comienzos absolutos sino que hay
renovadas cosas. Entonces nosotros estamos en este camino que tiene que profundizarse
y debe
ser un incentivo, en lugar de orgullo yo diría compromiso en todo caso”.
Este acontecimiento debe ser un “compromiso de ponernos
más seriamente a llevar el Evangelio a todos porque esa idea de que la Argentina es
católica creo que es una idea un poco romántica que no tiene que ver demasiado
con la realidad. Se trata de trabajar seriamente en la evangelización, que la llamamos nueva, precisamente porque hay
que ir siempre adaptando los modos de presencia a las distintas circunstancias
en el lugar y el momento que estamos viviendo”.
En el final del reportaje se le pregunto como imaginaba su primer
encuentro con el nuevo Papa y que le iba a decir. Mons. Héctor Aguer,
sonriente dijo: “le voy a preguntar si se puede abrazar al Papa” y consideró que “es importante que
ajustemos la lente y pasado el entusiasmo, miremos a lo que hay por delante con
el compromiso de rezar seriamente por todas las necesidades de la Iglesia y del
mundo. En la conciencia del Papa tienen eco todas las dificultades y los
problemas de la Iglesia y del mundo y me parece que nosotros tenemos que
compartir, de alguna manera, esa carga”.
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