Dispone el Código de Derecho Canónico, las normas sobre la sacralidad de los lugares y de la violación a tal sacralidad en dos cánones:
1210 En un lugar sagrado sólo puede admitirse aquello que favorece el ejercicio y el fomento del culto, de la piedad y de la religión, y se prohibe lo que no esté en consonancia con la santidad del lugar. Sin embargo, el Ordinario puede permitir, en casos concretos, otros usos, siempre que no sean contrarios a la santidad del lugar.
1211 Los lugares sagrados quedan violados cuando, con escándalo de los fieles, se cometen en ellos actos gravemente injuriosos que, a juicio del Ordinario del lugar, revisten tal gravedad y son tan contrarios a la santidad del lugar, que en ellos no se puede ejercer el culto hasta que se repare la injuria por un rito penitencial a tenor de los libros litúrgicos.
Así, con sacerdotes y Obispos modernistas, que descreen de lo Sacro, que no advierten lo Sobrenatural en este mundo, que miran todo con ojos mundanos y materialistas descartando toda posible espiritualidad, que viven "con el mundo, por él y en él"... ¿qué importancia puede tener la Eucaristía más que una intrascendente simbología traducida en un trozo de pan "bendecido"? HE AQUÍ EL PRIMER ESCÁNDALO EN LA IGLESIA. Pero como se ha avanzado a un grado en que todo no queda sólo en esa visión inmanentista de la Fe Revelada por Dios, ahora en la "unión de todas las religiones" se está promoviendo la sustitución del Holocausto de Jesucristo por un genocidio de la Segunda Guerra Mundial (que ni fue el de mayor número porque Stalin masacró a 100 millones de personas, ni fue el primero del Siglo XX ni el primer "genocidio científico" de la humanidad tal como sucediera en 1915 con el Genocidio Islámico Otomano contra los armenios, y que tampoco fue dirigido exclusivamente contra judíos). Tal sustitución de Jesucristo por dicho Genocidio, va acompañada por el mesianismo sionista que se traduce en la visión espiritual del Estado de Israel.
Hereje es el católico que sostenga tales cosas, y profanado el Templo en que se desarrollan semejantes actos en que se reconoce una dimensión espiritual a aquello que no lo tiene, y se desconoce la esencial dimensión espiritual de Quien la tiene por excelencia: Dios y la Santísima Trinidad revelada por el Verbo Encarnado, que fue "crucificado, muerto y sepultado", descendiendo al Sheol para luego Resucitar.
Ante tales actos profanatorios, un grupo de católicos se autoconvocó en la Catedral Metropolitana para rezar el Rosario. Sabían que en la profanada Catedral, convertida para otorgarle un sórdido destino de antro, iban a ser un número escaso, y que corría grave peligro incluso su integridad física debido al desproporcionado número de personas que habría en el lugar desacralizado. De allí que no había ni odio ni ira en los rostros de los orantes, sino el verdadero espanto de quien sabía que incluso ponía en riesgo su propia vida en manos de apocalípticos hombres prediluvianos de los tiempos de Noé, en manos de quienes en el fondo no quieren adorar a Cristo sino al Anticristo sentado en el Trono del Resucitado.
Los sincréticos "democráticos" manifestaron su ira, sus agravios y su odio contra quienes estaban rezando en el sitio profanado.
Con motivo de estas personas que rezaron el Rosario en la Catedral de Buenos Aires, la masonería judía constituida por la B'nai B'rith Argentina escribió al Papa Pancho "con motivo de los desagradables e impropios acontecimientos acaecidos en la Catedral Metropolitana el ppdo. 12 de noviembre.cuando se conmemoraba la Kristallnacht.El Nuncio Apostólico nos respondió en nombre del Papa". Es decir, los que realizaban un impropio acontescimiento no eran los que sustituían la Eucaristía por un "holocausto" inmanentista, sino quienes reclamaban que no se profane la Catedral.
El texto del nuncio Apostólico, en que se "condena" a quienes rezaron el Rosario y se pondera a quienes gozan de espíritu sincrético, a quienes tienen manifiesta indiferencia ante lo Sagrado e incluso a no católicos, es el siguiente:
"Estimado Dr. Wilhelm:
Tengo el honor de dirigirme a usted con sincero agradecimiento, en nombre del Santo Padre, por su delicado gesto de confianza y gratitud expresado en las líneas dirigidas al Papa Francisco como signo de su cercanía espiritual.
Deseo asegurarle que todo ha sido enviado a Su Alto Destinatario.
Mientras le agradezco sus palabras por tan lamentable hecho y me uno a su intención, hago propicia la ocasión para presentar mi cordial saludo a toda su comunidad.
Mons. Emil Paul Tscherrig
Nuncio Apostólico
¿Cuál es la "cercanía espiritual" del Dr. Wilhelm con el Papa? ¿El Dr. Wilhelm ahora es católico? ¿El Papa ahora es judío? ¿O no hay diferencia ya entre judaísmo y Catolicismo? ¿De qué cercanía espiritual se está hablando?
Resulta claro, además, que "Su Alto Destinatario" está de acuerdo con semejante profanación, pues él mismo la protagonizó en el año 2012.
A su vez, califica el rezo del Rosario en la Catedral como un "lamentable hecho". Ser católico es un "lamentable hecho", porque no hay que ser "exagerado": se trata solamente de un lugar cualquiera, como podría ser un campo, un parque de diversiones o un circo, al cual se denomina en este caso "Catedral", en el cual se puede realizar cualquier tipo de eventos, desde convertirlo en un restaurante hasta para la celebración de una "ceremonia" que reconoce entidad espiritual a un genocidio sustitutiva del único Sacrificio real en el mundo, la Crucifixión de Jesucristo. El inmanentista jamás prestará atención a lo Sagrado, ni le dará importancia, lo minimizará, porque carece de visión Sobrenatural... aunque se denomine "católico". Se trata de una herejía en el aspecto católico, y una ideología en el aspecto político-cultural.
El inmanentista (progresista, modernista, sincretista, partidario de la "religión new age", el "católico light" mistongo y pastelero) carece de todo Temor de Dios: él cree ser salvo, jamás reza por su perseverancia final porque no la cree necesaria, y además estima que si negando a Cristo puede prolongar su vida un tiempo bien valdrá la pena tal negación, en un espíritu antimartirial. En realidad, fuera de la Iglesia Católica no hay salvación, quien ame esta vida más que la Vida en Cristo la perderá y será reo de la "segunda muerte" en la condena perdurable al Infierno, en el mar de "llanto y rechinar de dientes".
El inmanentista y el incrédulo (pérfido) se burla de estas advertencias realizadas por el mismo Jesucristo. He aquí la única "cercanía espiritual" que puede haber entre el Dr. Wilhelm y el Papa que es posible advertir, si es que existe alguna otra.
La Tradición Católica se encuentra ACORRALADA. El Papa está en contra de ella explícitamente, tal como queda claro de su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. Se está abriendo el espacio a una nueva religión, pero esta vez de modo oficial y con todo el aval del actual Obispo de Roma... que con "humildad" se presenta como un Obispo más en desmedro de la Autoridad otorgada por Jesucristo a San Pedro, y convirtiendo su pontificado en una serie de "eslógans" permanentes, en que se alienta a una piedad que se diluye al momento de hacer efectivo el arraigo en la Tradición de la Iglesia, puesto que sólo se promueve la espiritualidad de conveniencia difundida por los medios de comunicación en manos de anticatólicos.
Lex orandi, lex credendi. Y hay una grave falla en la Lex Orandi... lo cual es público.
Quienes rezaron el Rosario en la Catedral, mostraron su Lex Orandi en la práctica. El resto exhibió su "lex credendi" sincretista en odio a la Tradición de la Iglesia, de la cual se encuentran desencajados.
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