La hipótesis (no demostrada) es que si la temperatura del planeta se eleva en su promedio (a lo cual se denomina “calentamiento global”), el nivel de los mares subiría unos 7 metros, que supuestamente inundaría las llanuras.
Cabe destacar que los ciclos de nuestro Planeta requerirían varios Siglos de mediciones a los efectos de conocer las variaciones de la temperatura y poder establecer estadísticas válidas. A escala planetaria, los registros son relativamente recientes.
Dios creó el mundo en siete días vistos desde Su Eternidad, y las conclusiones de unos 150 años de estadísticas no son un parámetro muy válido, teniendo en cuenta la comparación.
Por otra parte, los intelectuales ambientalistas afirman que todo consumo es contaminante, y por tanto debe ser reducido lo máximo posible, el ser humano es el peor depredador y por eso toda su acción es contaminante. ¿Comprende qué significa este "pensamiento"?
Pretenden que el hombre no es una creatura de Dios, hecho a Su imágen y semejanza, y a Jesucristo como Dios que se encarnó, fundamento de la dignidad de la persona. El hombre, al crecer y multiplicarse y dominar la tierra, según el mandato de Dios, es un depredador para esta corriente del inmanentismo.
El Poder Internacional del Dinero regula la emisión de billetes, y luego busca miles de maneras de recuperarlos para evitar que lleguen a quienes lo necesitan. Y a esto lo llaman "liberalismo", "marxismo", "socialismo", "izquierda" o "nueva izquierda".
Cumbre mundial
En Copenhague se reunirá la Cumbre Mundial sobre Clima, mientras que la financiación de medidas para contrarrestar el cambio climático sigue siendo un problema para los representantes de las Naciones.
Angreas Carlgren, actual presidente del Consejo de la UE y ministro de Medio Ambiente sueco, participó de un encuentro informal de los ministros de Medio Ambiente europeos en Åre, norte de Suecia el día 25 de julio, oportunidad en la cual expresó "Esperamos que las negociaciones progresen". La finalidad de esa jornada fue conformar un grupo unificado de presión.
En la reunión se acordó que la UE otorgará a Suecia en octubre de 2009 un mandato de negociación para Copenhague. Lo que aún sigue siendo controvertido es la distribución interna de las cargas en la UE. Las negociaciones contemplan la financiación de medidas para la protección del clima y para la adaptación al calentamiento global, que, según los expertos, requerirían miles de millones de euros cada año.
La cubre debatirá un Tratado que profundizará el Protocolo de Kyoto para la reducción de los gases de efecto invernadero, y que expira en 2012. Carlgren dijo al respecto: "No tenemos un plan B".
Liderazgo industrial
La UE buscará mantener su posición como líder, presentándose a las negociaciones como unidad, y que tendrá a Suecia como representante. Como bloque, han decidido que hasta el 2020 se reducirán sus emisiones de CO2 en una quinta parte respecto de 1990.
Si el resto de los países industrializados, en principal referencia a EEUU, Canadá, Japón y algunos otros considerados tales, aceptaran reducciones similares, la UE se obligaría a reducir un 30% más de la quinta parte de sus emisiones de CO2 que llevarán como propuesta.
Los principales causantes del deterioro de la Capa de Ozono y al medioambiente en general son los países industrializados, dados sus desechos y tratamientos de residuos industriales, caseros e incluso nucleares. Por tales motivos, los capitales están trasladando sus industrias a “países en vías de desarrollo”, buscando dejar allí los desechos, como es el caso de la Empresa Botnia, por ejemplo. De ese modo, los países industrializados cumplirán con las “normativas ecológicas”, mientras que después acusarán a los países “en vías de desarrollo” de infringirlas.
El nuevo Kyoto
Con el encuentro de ministros de Finanzas y de Medio Ambiente de la UE que se producirá los días 20 y 21 de octubre de 2009, así como con la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno los días 29 y 30 de octubre, habrá una "supersemana" climática, según Carlgren.
El acuerdo mundial sobre el clima prevé fijar objetivos de reducciones para todos los firmantes. A diferencia del Protocolo de Kyoto, pero también se involucrará a los países “en vías de desarrollo” y emergentes (¿o arrollados?), los cuales deberán hacer sus aportes.
Otra medida consistirá en la creación de un fondo en el que los países ricos pagarán por las medidas de protección del medio ambiente, y de adaptación en los países en desarrollo. Según se estima, harán falta 100.000 millones de euros al año. Entre los puntos más controvertidos figura la distribución de cargas en la financiación y las reducciones.
La sorpresa, en Copenhague
Polonia presiona para que antes de Copenhague se establezca el mecanismo interno de distribución del bloque, mientras el comisario de Medio Ambiente de la UE, Stavros Dimas, se pronunció a favor de ello. Sin embargo, la mayoría de Estados de la UE se opone, porque temen fuertes enfrentamientos que podrían perjudicar las negociaciones globales.
Es decir, si se establecen previamente los mecanismos, habría países que dejarían de asistir, por lo cual se perjudicaría la “negociación global” y la participación de países no industrializados, que conocerían un anticipo de lo que les espera una vez finalizadas las negociaciones.
Por ejemplo, Polonia tiene una alta emisión de CO2 debido a que la mayor parte de la producción de su energía está basada en el carbón, y quiere que en el mecanismo se tenga en cuenta que económicamente el país necesita de esta práctica, antes de que la UE confirme ayudas financieras globales.
Cuestión de dinero
También se discute cuándo las naciones industrializadas presentarán cifras concretas. Los países en vías de desarrollo y los emergentes quieren saber con cuánto dinero contarán antes de proponer sus propias medidas.
Los ministros de Medio Ambiente de la UE destacan, sin embargo, que no se darán cifras concretas antes de Copenhague. El mandato de negociación para Suecia contemplará solamente el mecanismo de financiación.
Una gran parte del dinero provendrá del Esquema de Transacción de Emisiones (ETE). En este marco, la industria debe adquirir certificados en una bolsa a cambio de sus emisiones de CO2. Aproximadamente la mitad de lo recaudado será utilizado para las medidas de protección del clima nacionales e internacionales.
De las negociaciones trascendió que la UE podría subir su meta a un 30 por ciento por interés propio, para mantener los precios del ETE a un determinado nivel.
Impuesto ecologista
Con la excusa del “creciente deterioro medioambiental mundial” se afirma que hay una “insuficiencia de los recursos económicos destinados a la protección del medio-ambiente”. De allí surge la idea en los poderes internacionales de establecer, de forma paulatina, un Impuesto de Desarrollo Sostenible –IDS– en el mayor número posible de naciones, para que sea gestionado por organismos vinculados a las Naciones Unidas, como sería una “Organización de Estrategia Territorial Mundial”, una una entidad supranacional responsable de la política tributaria del planeta.
Los intelectuales de la globalización, proponen que el IDS lo pague el consumidor, y no el fabricante, es decir, se abone donde se consume y no donde se produce.
Lo que buscan es gravar: 1) a las Naciones; 2) a las fábricas e industrias; 3) a los hogares; y la cuarta etapa será un impuesto a la persona, que por naturaleza y como ser viviente respira emitiendo CO2 (considerado contaminante).
Es decir, será el “impuesto al aire” o “impuesto a la respiración”, que hasta hace unos años (y aun todavía) es objeto de bromas y chistes en materia impositiva. La sola respiración de la persona, su sola existencia, es considerada por los ambientalistas materialistas de la “nueva izquierda” inmanentista como una contaminación al medioambiente.
Países… ¿avanzados?
Según se estima, en ocasiones el IDS afectará a los productores, cuando éstos sean a su vez consumidores de un producto que ya está gravado, como podría ocurrir con un impuesto sobre los combustibles fósiles, y en tanto que producen un bien de manera más o menos contaminante, como podría ocurrir con la producción de electricidad.
En los casos en que las empresas se vean particularmente afectadas por un IDS, se contemplaría imponer un tipo de carga impositiva más reducido que a las personas y a los hogares, con objeto de proteger la producción y la competitividad. Esta medida se aplicó, por ejemplo, en la reforma fiscal verde de Dinamarca, que comenzó en 1993.
El IDS gravaría los productos que sean responsables de una mayor contaminación y que, además, no sean de primera necesidad, o que siendo imprescindibles tengan alternativas econonómicamente viables y que generen un menor impacto medioambiental.
Si fuesen bienes imprescindibles sin un sustituto de bajo coste, se establecería un suficiente consumo mínimo exento por persona. Algunos posibles ejemplos de bienes que se podrían gravar serían: las viviendas unifamiliares, salvo las excepciones debidamente justificadas; la adquisición de nuevos aparatos de aire acondicionado; la adquisición de automóviles de gasolina y diésel, pagando más los que implican un mayor deterioro medioambiental, como las 4x4, a la vez que quedarían exentos los que contaminan menos; la adquisición de los productos de ocio que dañan más el medioambiente, como las motos acuáticas; los sistemas de producción de electricidad en función de su incidencia medioambiental, gravándose más siempre a partir de un significativo consumo mínimo exento por persona, la energía procedente del carbón que la del petróleo, y a ésta más que al gas natural, mientras que las energías renovables quedarían exentas.
¿Cómo se aplicará?
El lector, sorprendido a esta altura de la extensa nota, podrá mostrarse incrédulo. Tal vez un día lo tomará por sorpresa, imbuído en sus distracciones, tras haber olvidado a Dios. ¿Cómo podrán aplicarse estas cosas que hoy suenan ridículas? Sin embargo, son fáciles de aplicar a una sociedad abúlica, que padece de un SIDA anímico: no tiene defensas. Su introducción será idéntica al degeneramiento mundial globalizado, sin que cuenten las voces de queja.
Este impuesto será introducido progresivamente, sin graves cambios brusco o masivos, reduciendo así la reacción popular. Inicialmente se impondrá a las viviendas unifamiliares, generando un incremento anual del impuesto sobre los bienes inmuebles y también habrá un porcentaje a los existentes por la adquisición de viviendas. Además, se contemplarán “excenciones” por motivo social, en barrios marginales o a viviendas rurales.
El impuesto ecológico buscará, junto con prohibiciones que lo acompañarán, reducir acciones desfavorables para el medio ambiente, causadas por viviendas que consumen mucho suelo, agua y energía, así como por áreas de muy baja densidad y dispersas, que fomentan el uso del vehículo privado. Será además un instrumento de persecución.
¿Calentamiento? Bastante tenemos con las realidades generales del país. Pero sepa que se viene todo lo que decimos. Como diría Ripley: “aunque Usted, no lo crea”.
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