martes, 17 de noviembre de 2009

FIESTA DE CRISTO REY: PROCESIÓN Y MISA EN CAPITAL


Capilla del Sagrado Corazón de Jesús "Christus Vincit, Christus Regnat, Christus Imperat"



Tenemos el agrado de invitarlo a la solemnísima Misa que en la:


"Festividad de nuestro Señor Jesucristo,
Rey del Universo"


Celebrará el R. P. Dr. Alfredo Sáenz, S.J.

Domingo 22 de Noviembre - Hora 11,00.
(Confesiones a partir de las 10,30 Hs.)

Procesión con el Santísimo Sacramento al finalizar la Santa Misa

Capilla del Sagrado Corazón de Jesús

Baldomero Fernández Moreno 2383
(Esq. Rivera Indarte - a 7 cuadras de la Plaza Flores)
(Estación Varela de la Línea E de Subterráneos)
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Al concluir la Santa Misa, el Santísimo Sacramento será llevado en procesión por las calles aledañas a la Capilla para bendecir nuestro barrio y, al mismo tiempo, reafirmar ante las gentes que Jesucristo es Rey universal.
En este tiempo de apostasía generalizada, en que la tiranía del relativismo y del laicismo se hacen sentir con todo rigor, venga con su familia a acompañar al Rey que muchos insensatos anhelan ver definitivamente destronado.
Jesucristo es Rey por derecho de naturaleza en cuanto es Dios-hombre, y por derecho de conquista en cuanto Redentor. Es Rey de las inteligencias y de los corazones, de los individuos y de todo el género humano. Tal es el sentido de esta gran festividad instituida por Pío XI en 1925 y colocada al final del ciclo litúrgico para honrar al Rey de reyes y Señor de los que dominan. Además del oficio y misa de Cristo Rey, que proclaman los derechos del Redentor, el Papa ha ordenado que en este día se haga la consagración del género humano al Sacratísimo Corazón de Jesús, para reparar los ultrajes que el mundo moderno inflinge a la supremacía de Jesucristo.

Consagración a Cristo Rey Ordenada por S.S. Pio XI



Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, miradnos humildemente postrados delante de vuestro altar; vuestros somos y vuestros queremos ser y a fin de poder vivir más estrechamente unidos con Vos, todos y cada uno espontáneamente nos consagramos en este día a vuestro Sacratísimo Corazón.

Muchos, por desgracia, jamás os han conocido; muchos, despreciando vuestros mandamientos, os han desechado. Oh Jesús benignísimo, compadeceos de los unos y de los otros, y atraedlos a todos a vuestro Corazón Sacratísimo.

Oh Señor, sed Rey, no sólo de los hijos fieles que jamás se han alejado de Vos, sino también de los pródigos que os han abandonado; haced que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria. Sed Rey de aquellos que, por seducción del error o por espíritu de discordia, viven separados de Vos: devolvedlos al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que en breve, se forme un solo rebaño bajo un solo Pastor. Sed Rey de los que permanecen todavía envueltos en las tinieblas de la idolatría o del islamismo; dignaos atraerlos a todos a la luz de vuestro reino.

Mirad, finalmente, con ojos de misericordia a los hijos de aquel pueblo que en otro tiempo fue vuestro predilecto: descienda también sobre ellos como bautismo de redención y de vida, la sangre que un día contra sí reclamaron. Conceded, oh Señor, incolumnidad y libertad segura a vuestra Iglesia; otorgad a todos los pueblos la tranquilidad en el orden; haced que del uno al otro confín de la tierra no suene sino esta voz: ¡Alabado sea el Corazón Divino, causa de nuestra salud, a Él se entonen cánticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos!



Amén.

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