martes, 17 de noviembre de 2009

YA NO SE EMITEN PASAPORTES EN ARGENTINA



La empresa Ciccone Calcográfica, encargada de la emisión de los documentos para viajar al exterior, se va del país y aún no hay nadie que se haga cargo de la tarea ya que el Estado no tiene los recursos como para hacerlo. Ciccone entregará los trámites ingresados hasta el 31 de octubre, dejando 50 mil pendientes.
Una vez que se hayan terminado de imprimir los últimos 120 mil pasaportes ingresados hasta el 31 de octubre, la empresa Ciccone Calcográfica –encargada de emitir dicho documento- se irá del país, dejando varados unos 50 mil trámites ya ingresados. Cuando terminen de entregarse los pasaportes cargados hasta el 2 de noviembre, ningún argentino podrá salir del país por carecer de identificación en el exterior.
La empresa que los confeccionaba se retiró del negocio, lo que desató la alarma entre los solicitantes. La Policía Federal salió a aclarar que la Casa de la Moneda se está encargando de las impresiones.


La Policía Federal aclaró que esa reparticipación sigue tramitando con normalidad los pasaportes y cédula de identidad, luego de que la empresa que los confeccionaba concluyera su vínculo el mes pasado.

A través de un comunicado la Policía Federal indicó que desde el 31 de octubre pasado la empresa CICCONE finalizó su relación contractual para la confección de pasaportes y cédula de identidad que otorga la Policía Federal.

Por ello el Estado Nacional, a través de la Casa de la Moneda S.E., se hizo cargo de esa tarea, continuando las medidas de seguridad a nivel internacional de la mencionada documentación y los tiempos de emisión y entrega, añadió el comunicado.

Las situaciones particulares o especiales podrán ser evacuadas a través de la División Documentos y Certificados, ubicada en la calle Azopardo 620 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el horario de 8 a 16.
Es que desde el 2 de noviembre pasado los pasaportes y las cédulas comenzaron a ser confeccionados por el Estado en la Casa de Moneda, después de que se decidió no renovar el contrato con la empresa Ciccone Calcográfica, encargada hasta ahora de hacerlos, vínculo que finalizó el 31 de octubre de 2009.

En el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación sostienen que no existe ninguna "falla en el sistema" y que la documentación de las personas que han completado el trámite desde el 1° de mes será entregada dentro del plazo de los 40 días "como fue siempre" y que "no existen elementos para decir que hay dificultad en la entrega de los pasaportes".
Mientras el oficialismo celebraba por cadena nacional el lanzamiento de los nuevos DNI, a los empleados de Azopardo 620 –edificio de la Policía Federal en donde se tramita pasaporte y cédula-, la empresa Ciccone Calcográfica S.A. les iba informando que “finalizó el contrato” con la policía, y que por esa razón, cerrarían la persiana en Argentina.
Ciccone Calcográfica S.A. inició sus actividades en 1952, pero está en el país desde el año ’96 y fue privatizada durante el gobierno menemista. Al parecer, se irían del país más por razones políticas que por su situación financiera: el Estado vería un buen negocio en hacerse cargo de los documentos, teniendo en cuenta que un pasaporte cuesta $130, de los cuales $15 van para la policía y $115 quedan en Ciccone.
En la Ciudad de Buenos Aires, se inician 1300 trámites de pasaporte por día, es decir, casi 3 millones de pesos por mes, tan sólo en pasaportes y sin contar las delegaciones provinciales.
Lo cierto es que si bien el Estado busca hacerse cargo del negocio por medio de la Casa de la Moneda, no tiene ni los recursos técnicos ni el sistema para llevar adelante tal emprendimiento: de lo único que disponen es del material para las libretas.
Desde el oficialismo sostienen que ya se pidieron las máquinas –que tardan un mes- y el sistema -6 meses-, pero todavía no hay nada concreto.
Los trámites por el pasaporte ingresados hasta el 31 de octubre –unos 120 mil-, serán los últimos que emitirá la empresa. Los comprendidos entre el 2 y el 6 de noviembre, están cargados en la base de datos, pero no saldrán –al menos, no por medio de Ciccone-.
El negocio de los pasaportes ronda los 8 millones de dólares anuales.
La confección de los pasaportes incluye la cartilla que imprime la propia Ciccone y el AFIS, sistema automático de identificación de huellas dactilares, tercerizado y a cargo de la compañía francesa Sagem, que provee el software. Este motor de búsqueda digital implica un negocio tanto o más rentable que el de la cartilla.

La Casa de Moneda ya publicó en el Boletín Oficial (el jueves 12 de noviembre) un llamado a la licitación para la adquisición de una línea integral de producción de billetes de banco llave en mano, conformada por un equipamiento integrado por máquinas nuevas para la preimpresión, impresión, terminación, preparación y tratamiento de solución de limpieza y de efluentes y adquisición de equipos complementarios y accesorios para la fabricación de billetes de banco, como también la adecuación edilicia, instalación y puesta.
Ahora, nada se le dijo a la gente que se acercó a Azopardo desde el 7 de noviembre en adelante: los trámites ingresados desde esa fecha, no existen. Los comprobantes emitidos no sirven, ya que los datos no están cargados porque ni Ciccone prestó el sistema ni el Estado tomó los recaudos como para resolver el problema a tiempo.
Por otro lado, Ciccone tiene unos 300 empleados -57 en Azopardo y el resto en la Planta- que probablemente, luego de la entrega de los pasaportes pendientes, deberán buscar un nuevo empleo. A su vez, la incertidumbre que provoca el no saber ni cómo ni qué empresa u organismo continuará emitiendo los pasaportes –documento indispensable para viajar más allá del MERCOSUR-, abre un nuevo mercado: el de las revalidaciones.
Si bien esta práctica data de antes de que Ciccone anunciara su retiro, el contexto actual da un mayor impulso para que se haga un negocio todavía más frecuente, teniendo en cuenta que no habría otra forma de viajar al exterior.
En los pasillos de Azopardo se comenta que la revalidación se consigue por unos tres mil pesos.

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