Por Tcnl José Javier de la Cuesta Ávila (LMGSM 1/CMN 73/VGB)
En los últimos tiempos es dable observar en la WEB una serie de llamados originados por "partidos políticos militares" y/o "sindicatos militares" que plenos de ideas muestran la vigencia de sus vocaciones y señalan objetivos a lograr para el "bien" del futuro de nuestra Nación. La lectura de los mensajes hace percibir una marcada frustración bajo la idea que se han destruido los valores que han llevado a elegir y vivir la carrera militar.
Es posible que exista una humana lógica razón para levantar esas banderas que son presentadas como una forma de despertar una razonable acción de justicia hacia aquellos que han dedicado años al servicio de las fuerzas armadas, participado en momentos de crisis y sufrido el desaliento de la falta de reconocimiento de lo aportado. Sin embargo, debe recordarse que todo lo dado fue hecho bajo la noción que era parte del deber y que nunca se espero que los que se beneficiaron de sus efectos lo reconocieran. Así se formo el militar argentino y ello es base de nuestro perfil.
Los partidos políticos son agrupamientos de la ciudadanía para lograr avanzar tras fines ideológicos o corporativos para sus integrantes que son parcialidades que los diferencian del resto de la sociedad civil. Los sindicados, a su vez, es la reunión de empleados en sus tema vinculados con el empleador. Los militares no somos un agrupamiento político o un sindicato, ya que ni somos una parte de la sociedad, ni somos empleados de un empleador, somos la expresión armada de toda la sociedad e integrantes genuinos de sus ejércitos. Los ejércitos son una institución constitucional con la finalidad de defender la soberanía y los grandes intereses de la Nación, no una organización laboral que trabaja conforme los dictados de un patrón como puede ser los gobernantes ocasionales de cada momento.
La acción para "civilizar" a los militares tiende a modificar su perfil y los procesos para actuar como los civiles lleva a desvirtuar las bases originarias de la vocación militar. Quizás Carlos Pellegrini en su oratoria es uno de los que expresan con mas claridad las razones por la que los militares siendo ciudadanos sin embargo son diferentes. La profesión militar es una profesión "castrense" y como tal restringe y hasta anula algunas de las condiciones de la persona y, los militares, somos conscientes de ello, lo aceptamos voluntariamente y creemos que al hacerlo estamos asumiendo la esencia que nos hace soldados.
El espíritu militar es una sublimación del cumplimento del deber, la disciplina. la subordinación y la total entrega al ejercito que es lo mismo que decir a la Patria. El espíritu de cuerpo es la natural amalgama que motiva el servicio tras un fin común que nace en la misión y se materializa en las actividades. La formación militar es la educación, preparación y entrenamiento, tanto físico como intelectual y espiritual, que nos capacita para la acción, El espíritu militar y de cuerpo, encuentra en la formación, la expresión casi rutinaria que nos distingue y nos conforma como soldados.
En los tiempos de penumbra es cuando mas se necesita de la fortaleza y ella tiene que ser alimentada por nosotros mismos, no para que se nos conceda lo que se pierde, sino para que brille lo que aun tenemos. Por eso tenemos que apoyar, participar y compartir los mensajes que llevan a nuestra sociedad claramente lo que ella debe pretender de sus militares y mostrar con inteligencia oportuna cuales son los valores éticos y morales que nos vienen de la historia y que nosotros velamos con la dignidad del caballero de las armas, no porque son nuestros, sino porque son de todos es decir de la Patria. Debemos tener la mirada puesta en el mañana y evitar caer en las telarañas de un pasado que ya paso.
Por ello, aquellos que inspirados en los grandes objetivos deberían saber que ellos no son exclusivos de los militares sino que son de la totalidad de la sociedad por lo tanto no se pueden llevar como parcialidades (partidos políticos) y que los temas que nos afectan como penurias no se pueden discutir desde la posición de un empleado ante un empleador ya que nosotros no lo somos y "nuestro" Ejercito no es ni el dueño ni el patrón. (sindicatos).
Dentro de los militares existe siempre un deber que nunca puede ser violado que es la responsabilidad del superior por sus subalternos y. por lo tanto, a ellos cabe y compete dar respuesta a los problemas de quienes de el dependen y esto jamas debe ser olvidado aunque para lograrlo se pierda lo que la jerarquía contiene. Es necesario que esto este grabado en cada militar ya que la carrera lo llevara en algún momento a esa maravillosa posición de ser quienes tienen asignada la responsabilidad de ser superior y, es allí, donde debe ejercerla en plenitud, por propio convencimiento y no como respuesta a un mensaje de una parcialidad política o un movimiento de reivindicación laboral.
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