Laura Estela Carlotto Barnes, había nacido el día 21 de febrero de 1955,
recibiendo el DNI 11.614.026 siendo su madre Estela Barnes de Carlotto. Al año
2014, tres de sus hermanos son funcionarios. Uno de sus hermanos era Remo,
quien es actual Diputado Nacional del oficialista Frente para la Victoria, y es
integrante de “La Cámpora”. A su vez, Guido Carlotto es el Secretario de
Derechos Humanos bonaerense. A su vez, Claudia Carlotto es titular de la
Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi).
RITA
¿Era “Rita” concubina de Fontan o de Falcone? ¿Era su cuñado Jorge
Falcone, cuyo nombre de guerra era “Chiqui”?
Distintas fuentes que pueden recabarse en Internet, ofrecen un posible
historial de la trayectoria de “Rita”, el cual era el nombre de guerra en la
organización Montoneros de Laura Estela Carlotto Barnes.
Tenía “nombre de guerra” (NG), porque ocupaban un status militar, en el marco de una guerra llevada a cabo contra la sociedad civil para adueñarse del poder durante la década de 1970.
Tenía “nombre de guerra” (NG), porque ocupaban un status militar, en el marco de una guerra llevada a cabo contra la sociedad civil para adueñarse del poder durante la década de 1970.
La Organización Política Militar Montoneros, llevó a cabo acciones en
las cuales “Rita” había actuado personalmente de forma no organizada o dentro
de una estructura de combate: Pelotón, Grupo, Sección, etc. y conducidas por un
responsable, siendo tal el modo de operar de dicha organización.
¿INOCENTE COLEGIALA?
La hija de Estela de Carlotto, quien se llamaba Laura Estela Carlotto (Nombre
de Guerra “Rita”), durante el verano de 1974, vistiendo un uniforme de
colegiala, asesinó por la espalda con cinco tiros a un militante de la CNU (Concentración
Nacional Universitaria). Una semana después, los montoneros mataron a otro
cuadro de la CNU y ahí se produjo la guerra.
Laura Estela Carlotto estaba casada, había pasado a la clandestinidad para cometer actos de terrorismo, y además tenía dificultad para llevar a buen término los embarazos, un dato que su madre siempre se ha cuidado de ocultar para sostener el dato plagado de “pistas falsas” (según sus propios dichos) del supuesto nieto “Guido”.
Años antes a 1977, cuando su hija no era subversiva y estaba aun normalmente casada, Estela Carlotto llegó a la casa de la madre del general Bignone, donde celebraban con algunas amigas el cumpleaños de la hermana del mismo, sumamente compungida porque "su hija casada no había podido tener familia"... Al parecer, estos hechos son parte de una Historia que no se cuenta.
VIOLENTA BIOGRAFÍA
En 1976, Laura Carlotto tenía 21 años y vivía con unas amigas en La Plata, en un departamento justo enfrente de la comisaría novena. Les parecía que, de tan obvio, las ponía a salvo de sospechas: era un primer piso con dos habitaciones donde vivían y se refugiaban muchos militantes de la JUP. Allí empezó un periplo de casa en casa según el libro "Laura, vida y militancia", escrito por María Eugenia Ludueña y publicado por Editorial Planeta Argentina.
El libro señala que "el Consejo Nacional de Montoneros había dado a conocer el Código de Justicia Penal Revolucionario. Sus directivas alcanzan a distintos niveles de la organización: militantes, activistas y colaboradores, incluso de las agrupaciones, con distintas penas. Sus artículos definen las figuras del delito: traición (colaborar con el enemigo), delación, deserción. No caer combatiendo o evitar el combate en una situación donde se impone, faltar a una opereta, configuran delitos muy graves. Algunos se castigan con fusilamiento. La pena máxima solo puede ser dictada por el Consejo Nacional de la Organización, a propuesta del Tribunal Revolucionario. O también, por propia decisión del Consejo cuando el juicio se hace por apelación, o a pedido de algún miembro."
"Laura cuenta cómo van sus operativos de pintadas. Su hermano Kibo, que recién hace sus primeros pasos en la militancia, la ayuda a planearlas, a veces le alcanza un informe de la zona... En las primeras semanas de marzo de 1976, el Poder Ejecutivo envía al Parlamento las reformas que endurecen la legislación antisubversiva, similares a las dictadas años atrás por Onganía. Unos días más tarde, las medidas represivas que emanan de la Presidencia incluyen la pena de muerte. Los militantes de la JUP ya no hacen reuniones de ámbito, solo respetan el calendario de las citas en los lugares públicos. A veces ni se hablan: simplemente uno ve pasar al otro o se cruzan en una caminata efímera, donde circulan por veredas opuestas, en direcciones contrarias. Si hay alguna información entonces sí, se acercan y se la transmiten rápidamente. Los responsables informan la cita del día siguiente y siguen caminando. “Mañana en 7 y 50, a las nueve de la mañana”. Si pasan diez minutos y la otra persona no llega, es una señal pésima, hay que retirarse y echar a correr la voz. Es crucial enterarse pronto de que un compañero ha caído en manos del enemigo. Ya saben que si uno de ellos desaparece, el riesgo lo corren todos. Los que empiezan a contar que a algunos militantes los levantan en la calle, los torturan salvajemente y no los ven más son amigos de Laura. Algunos se quiebran y pueden dar nombres, direcciones. O colaborar con la Policía que los lleva de paseo en auto a señalar gente." El libro, ¿da a entender que "Rita" era una "buchona"?
CON GRADO MILITAR
Laura Estela Carlotto estaba casada, había pasado a la clandestinidad para cometer actos de terrorismo, y además tenía dificultad para llevar a buen término los embarazos, un dato que su madre siempre se ha cuidado de ocultar para sostener el dato plagado de “pistas falsas” (según sus propios dichos) del supuesto nieto “Guido”.
Años antes a 1977, cuando su hija no era subversiva y estaba aun normalmente casada, Estela Carlotto llegó a la casa de la madre del general Bignone, donde celebraban con algunas amigas el cumpleaños de la hermana del mismo, sumamente compungida porque "su hija casada no había podido tener familia"... Al parecer, estos hechos son parte de una Historia que no se cuenta.
En 1976, Laura Carlotto tenía 21 años y vivía con unas amigas en La Plata, en un departamento justo enfrente de la comisaría novena. Les parecía que, de tan obvio, las ponía a salvo de sospechas: era un primer piso con dos habitaciones donde vivían y se refugiaban muchos militantes de la JUP. Allí empezó un periplo de casa en casa según el libro "Laura, vida y militancia", escrito por María Eugenia Ludueña y publicado por Editorial Planeta Argentina.
El libro señala que "el Consejo Nacional de Montoneros había dado a conocer el Código de Justicia Penal Revolucionario. Sus directivas alcanzan a distintos niveles de la organización: militantes, activistas y colaboradores, incluso de las agrupaciones, con distintas penas. Sus artículos definen las figuras del delito: traición (colaborar con el enemigo), delación, deserción. No caer combatiendo o evitar el combate en una situación donde se impone, faltar a una opereta, configuran delitos muy graves. Algunos se castigan con fusilamiento. La pena máxima solo puede ser dictada por el Consejo Nacional de la Organización, a propuesta del Tribunal Revolucionario. O también, por propia decisión del Consejo cuando el juicio se hace por apelación, o a pedido de algún miembro."
"Laura cuenta cómo van sus operativos de pintadas. Su hermano Kibo, que recién hace sus primeros pasos en la militancia, la ayuda a planearlas, a veces le alcanza un informe de la zona... En las primeras semanas de marzo de 1976, el Poder Ejecutivo envía al Parlamento las reformas que endurecen la legislación antisubversiva, similares a las dictadas años atrás por Onganía. Unos días más tarde, las medidas represivas que emanan de la Presidencia incluyen la pena de muerte. Los militantes de la JUP ya no hacen reuniones de ámbito, solo respetan el calendario de las citas en los lugares públicos. A veces ni se hablan: simplemente uno ve pasar al otro o se cruzan en una caminata efímera, donde circulan por veredas opuestas, en direcciones contrarias. Si hay alguna información entonces sí, se acercan y se la transmiten rápidamente. Los responsables informan la cita del día siguiente y siguen caminando. “Mañana en 7 y 50, a las nueve de la mañana”. Si pasan diez minutos y la otra persona no llega, es una señal pésima, hay que retirarse y echar a correr la voz. Es crucial enterarse pronto de que un compañero ha caído en manos del enemigo. Ya saben que si uno de ellos desaparece, el riesgo lo corren todos. Los que empiezan a contar que a algunos militantes los levantan en la calle, los torturan salvajemente y no los ven más son amigos de Laura. Algunos se quiebran y pueden dar nombres, direcciones. O colaborar con la Policía que los lleva de paseo en auto a señalar gente." El libro, ¿da a entender que "Rita" era una "buchona"?
Los grados, en los primeros años, tenían los siguientes niveles:
Miliciano, Aspirante, Oficial, Oficial 2º, Oficial 1º, Oficial Mayor y Oficial
Superior. Con la organización y puesta en funcionamiento del Ejército Montonero
el 05/10/75 en su ataque al cuartel de Formosa, los niveles pasaron a ser:
Soldado, Subteniente, Teniente, Teniente 1º, Capitán, Comandante 2º y
Comandante. Lo que no cambió son los cincos hechos delictuales de distinta
intensidad de riesgo para la promoción de nivel. Estos siete niveles en uno u
otro caso permiten inferir que para llegar a lo más alto de la conducción
Oficial Superior u Comandante, los integrantes debían ejecutar como mínimo
treinta y cinco acciones terroristas.
Rita militaba en la JUP y Prensa de Montoneros (Debate en la Causa 2955 “Almeida
y otros” del Tribunal Oral Criminal Federal Nº 1 de La Plata, donde la madre,
Estela Barnes de Carlotto declaró que su hija Laura Estela pertenecía a
Montoneros al aparato de Prensa el 08/05/2012).
BOMBA AL JEFE DE LA PFA
El 18 de junio de 1976, Montoneros asesina al Jefe de la PFA General
Brigada Cesáreo Ángel Cardozo (In Memoriam, Ed. Círculo Militar, Bs. As. 1999,
Tomo I Pág. 270), mediante una bomba colocada debajo de su cama en el
domicilio, por la Montonera Ana M. González NG “Teresa”, de 18 años, amiga de “Rita” (es decir, debía estar
en contacto con ella por el vínculo de amistad).
El hecho fue muy promocionado por Montoneros, incluyendo una entrevista clandestina con la revista española Cambio 16. La terrorista posteriormente muere en 1977 al intentar evadir con un auto un puesto de control tránsito del EA, donde mata a quemarropa a un Soldado Guillermo Félix Dimitri; este antes de caer ametralla el auto con disparos de fusil FAL y la hiere de muerte en el hígado. Fallece horas después en una posta sanitaria clandestina; para evitar una propaganda negativa sus compañeros terroristas ocultan la muerte, incinerando el cuerpo y enterrando las cenizas en un lugar desconocido.
El hecho fue muy promocionado por Montoneros, incluyendo una entrevista clandestina con la revista española Cambio 16. La terrorista posteriormente muere en 1977 al intentar evadir con un auto un puesto de control tránsito del EA, donde mata a quemarropa a un Soldado Guillermo Félix Dimitri; este antes de caer ametralla el auto con disparos de fusil FAL y la hiere de muerte en el hígado. Fallece horas después en una posta sanitaria clandestina; para evitar una propaganda negativa sus compañeros terroristas ocultan la muerte, incinerando el cuerpo y enterrando las cenizas en un lugar desconocido.
Este atentado fue planificado y ejecutado por integrantes del
Departamento de Operaciones Especiales del Servicio de Inteligencia Nacional de
Montoneros. En el mismo habrían participado entre otros su principal
responsable, Mario Firmenich NG “Pepe” como Comandante, con un importante equipo
militar, entre quienes se contaban Jorge Delfor Falcone NG “Chiqui” como
encargado de dar a conocer los hechos en la revista Evita Montonera, que él
dirigía, ya que manejaban una Central de Inteligencia y un aparato de prensa
denominados Agencia Clandestina (ANCLA) y Cadena Informativa, respectivamente.
Junto con él, habría participado en la sección de Prensa Laura Estela Carlotto
Barnes NG “Rita”
Luego, el 2 de julio de 1976, la Conducción Nacional de Montoneros bajo la Jefatura de Mario Firmenich NG “Pepe”, autorizó al Área Federal, a su Departamento de Informaciones e Inteligencia, conducido por el escritor y agente cubano Rodolfo Walsh NG “Petrus” o “Esteban” - Capitán, al Departamento Operaciones cuyo responsable era el Comandante 2º Marcelo Daniel Kurlat NG “El Monra”, casado con Inés Carazo NG “Lucía”, de atentar contra la Superintendencia de Seguridad de la Policía Federal. Para ese propósito se utilizaría una bomba del tipo vietnamita, construida en los laboratorios que poseía la Organización en dos Unidades Básicas llamadas Juan Pablo Maestre y Héroes de Trelew de La Plata, respectivamente, que dependían de la Regional Sur – Columna La Plata se complementaban con otros centros logísticos situados en Martínez y en Berisso, de la provincia de Buenos Aires. Al respecto se afirma que entre 1976 y 1978, Montoneros produjo setecientos ochenta kilos de alto Explosivo Plástico (C-2), y sus Unidades Zonales más de mil quinientos kilos de explosivo de mediano poder, usado para los ataques con granadas y en operaciones cuyo empleo así lo requería.
Así, el 2 de julio se produce el atentado con explosivos en el Comedor
de Seguridad Federal de la PFA con veintitrés muertos: Oficial Ayudante
Alejandro Castro, Cabo Ernesto Agustín Suani, Cabo 1º Carlos Shand, Sargento
Juan Paulik, Sargento Rafael Modesto Muñoz, Sargento Bernardo Roberto Tapia,
Supernumerario David Ezequiel Di Nuncio, Oficial Inspector David Ron,
Suboficial Auxiliar José Hilario Carvasco, Sargento María Esther Pérez Couto,
Sargento (R) Romualdo Rodríguez, Sargento Bernardo Zapi, Agente José Roberto
Iacovello, Agente Juan Carlos Blanco, Agente Alicia Esther Lunati, Agente
Ernesto Alberto Martinzo, Cabo Genaro Bartolomé Rodríguez, Sargento Adolfo
Chiariano, Cabo Elba Hilda Gazpio, Cabo Vicente Iore, Supernumerario Ramón
Arias, Sargento Marta Olga Pérez de Bravo y Oficial Ayudante Héctor A Castro,
la civil Josefina Cepeda 11, doce mutilados y sesenta y seis heridos. Habría
sido ejecutado por Mario Firmenich NG “Pepe” como Comandante, con Horacio Alberto Mendizábal La Fuente NG “Hernán”
o “Vasco” o “Mendicrín” o “Antonio” o “Lauchón” como Comandante Responsable del
Área Federal. También habrían participado Rodolfo Walsh NG “Esteban” o “Petrus”
como Comandante 2º Responsable
Departamento de Informaciones e Inteligencia; Horacio Verbitsky NG “Roberto” o “Salazar”
como Capitán y Responsable Subsector PFA del Departamento de Informaciones e
Inteligencia; y Miguel Bonasso NG “Cogote” como Teniente, Integrante del
Subsector PFA del Departamento de Informaciones e Inteligencia. Entre los
partícipes necesarios se contaría con Jorge Delfor Falcone NG “Chiqui”, y Laura
Estela Carlotto Barnes NG “Rita”
El 17 de octubre de 1976, Rodolfo Walsh, también tuvo participación en tareas de Inteligencia en la bomba colocada en el cine del Círculo Militar, con más de 50 heridos entre el personal retirado, familiares y socios de ese club, aprovechando su condición de hijo del JEMGE. Por su cargo y funciones, fue, además, propiciador de otra importante cantidad de atentados. Entre los partícipes necesarios de dicho acto terrorista se encontraban Jorge Delfor Falcone NG “Chiqui” y Laura Estela Carlotto Barnes NG “Rita”, y Adriana Puigross de Bernetti NG “Cabezona” integrante del Departamento de Informaciones.
Después, el 3 de noviembre de 1976, es copada la planta transmisora de
Canal 2 de TV en La Plata, Montoneros pasa una proclama revolucionaria. Habrían
Participado entre otros: Cañas Blanca Santiago Enrique, Aued Lara Roberto
Eduardo NG “Turco”, Medici María Graciela de Aued, y Carlotto Barnes Laura
Estela NG “Rita”.
BOMBA EN EL MINISTERIO DE DEFENSA
El 16 de diciembre de 1976, a las 19:15, Montoneros realizó un atentado protagonizado
por el Pelotón de Combate Norma Arrostito de la Columna Capital en el microcine
de la Subsecretaría de Planeamiento del Ministerio de Defensa, ubicado en el
tercer piso del edificio que ocupaba en calle Bartolomé Mitre al 1462, en pleno
centro de la ciudad de Buenos Aires. En esa oportunidad se realizaba allí una
reunión de trabajo y en momentos de producirse la explosión estaba colmada su
capacidad; los participantes eran funcionarios militares, diplomáticos y
civiles, entre los que había hombres y mujeres. Fue ejecutado por la
organización terrorista Montoneros utilizando un artefacto explosivo de alto
poder del tipo de bomba vietnamita. Este tipo de artefacto contiene -además del
explosivo- perdigones y trozos de metal que al producirse la explosión se
transforman en proyectiles y aumentan en forma considerable el número y
gravedad de las víctimas. El artefacto explosivo fue colocado por un miembro de
Montoneros, el sociólogo José Luis de Dios NG “Jerónimo”- empleado como asesor
de esa Subsecretaría y con más de 10 años de antigüedad en el cargo. El procedimiento
fue dejar en el centro del salón su maletín con la bomba activada y retirarse
del lugar para concurrir al baño, dándose a la fuga en forma inmediata. Como
consecuencia del atentado murieron 14 personas y resultaron heridas de distinta
gravedad 30 de los presentes. Además, recibieron heridas otras personas que
transitaban próximo al lugar. El lugar quedó totalmente destruido y la onda
explosiva causó daños en locales vecinos, en el piso inferior y en edificios
linderos.
La publicación clandestina de Montoneros Evita Montonera Nro 15 de
febrero de 1977 en su página 27 decía que el atentado lo había cometido el
Pelotón de Combate “Norma Arrostito” del ejército montonero, argumentando con
falsedades el objetivo elegido, ya que allí no se efectuaba ningún tipo de
planificación relacionada con la guerra contra el terrorismo subversivo. En
realidad, el atentado se efectuó en ese lugar, por trabajar allí un miembro de
la organización y tener éste la posibilidad de ejecutarlo sin mayores
complicaciones y sin importarle la vida de sus compañeros de trabajo con los
que había compartido 10 años de su vida. (Los terroristas llaman a esta actitud
alevosa Moral revolucionaria) y no, por las causas expresadas por la
organización, que eran falsas. José Luis de Dios, en septiembre de 1977,
mientras se desempeñaba como Secretario de Prensa y Propaganda de la Columna 19
Norte fue abatido en un enfrentamiento. Habrían participado en el nivel de
decisión Mario Firmenich NG “Pepe” como Comandante, y como partícipes necesarios
formando parte del Departamento de Inteligencia: Jorge Delfor Falcone Méndez NG
“Chiqui” y Laura Estela Carlotto Barnes NG “Rita”
AUTOPSIA
El 25 de agosto de 1978, son exhumados los restos de Laura Estela
Carlotto Barnes de Fontan NG “Rita”, en La Matanza. En esa oportunidad fueron
identificados sus restos por el EAAF en 1985. Lo insólito es que figura como
desaparecida en el Nunca Más de la CONADEP en su edición 2006 (Roberto
Baschetti, La memoria de los de abajo, Ed. De la Campana, La Plata 2007, Vol.
1, Pág. 108. Libro Tumbas Anónimas Pág. 169, de Cohen Salama Mauricio. Exhumada
el 25/11/85 en el cementerio de La Plata).
Una versión afirma que “Rita” fue secuestrada en una confitería de la
entonces Capital Federal en noviembre 1977, que estaba embarazada de 2 meses y
medio, y que su hijo habría nacido en el Hospital Militar. El ex general Suárez
Mason había sido condenado en Italia por la desaparición de ambos, de Laura
Carlotto y de este supuesto hijo (nieto de Estela Barnes).
Según la versión oficial de la Policía Bonaerense, Laura murió el 25 de
agosto de 1978, a la 1:20 de la madrugada, en un enfrentamiento "con
fuerzas conjuntas, dependientes del Área Militar 114, en la intersección de la
Ruta Nacional N° 3 y Cristianía, Isidro Casanova". Tenía la mitad del
rostro destrozado por itakazos y el vientre perforado por un disparo. El cuerpo
fue entregado por la policía a una funeraria, adonde Estela Carlotto lo pudo
recuperar luego de largos trámites. Es decir, según esta versión si
eventualmente hubiese sido posible por un verdadero milagro que “Rita” hubiese
tenido un hijo habría sido en su estado de clandestinidad, habiéndolo dejado a
cargo de alguien mientras realizaba alguna operación de riesgo, en la cual
aconteció el enfrentamiento.
¿Y VAELLO?
Hubo testimonio ante la CONADEP de un tal Vaello en 1984, preso en la
cárcel y presunto ex CNU, quien dijo que el bebé fue entregado a un médico del
cual indica nombre, datos y domicilio. Esto fue dicho en 1984 al juez que
investiga este caso en forma puntual; se supone que en todos los años
transcurridos ya debería haber aclarado esta denuncia, pero no hay ninguna
diligencia al respecto en el expediente Bagnasco. El tal Vaello no ha declarado
judicialmente, algo que sería inaceptable si lo que dijo fuera cierto. No hay
ninguna declaración del tal Vaello ante la causa, ni constancias de lo actuado
por el juez del caso puntual. Pese a haber sido entregado el cadáver de la
terrorista muerta a su madre, no hay en la causa examen forense con constancias
de embarazo anterior, algo elemental de hacer; justamente, en otro caso de esta
investigación del juez Bagnasco, se intentó probar un nacimiento por el
dictamen forense que informaba de un embarazo y parto antes de morir. Parecería
que estos exámenes se practican cuando convienen a la querella y se desechan en
caso contrario.
DINERO, PODER Y VENGANZA
El caso está repleto de contradicciones. Los familiares de Estela Barnes de Carlotto como se dijo al principio, han sido y son funcionarios.
Ella misma ha sido funcionaria bonaerense hasta su renuncia por motivo de desprolijidades en la gestión que no fueron aclaradas hasta el presente.
Es claro que toda persona tiene el más que esencial derecho a su propia identidad. La pregunta que surgiría a cualquiera es cómo fue que Laura "Rita" Carlotto tuvo un hijo si no podía llevar a buen término embarazos, cómo fue que estando embarazada fue detenida, o cómo fue que después de haber tenido un hijo y estando en clandestinidad participó de un enfrentamiento en el cual resultó herida mortalmente sin que su hijo estuviese en el lugar. Efectivamente, son contradicciones que se suman a que el "dato" que siempre sostuvo Estela Barnes de Carlotto no coincide en la fecha del nacimiento del joven Ignacio Hurban, cuyo nombre tampoco es "Guido", en tanto que ahora resulta que su padre sería Montoya, el cual antes jamás había sido mencionado como pareja de "Rita". Y además, ¿cómo aparece en el listado del "Nunca Más" en su edición de 2006 si no es desaparecida, ya que el cuerpo de "Rita" fue entregado a su madre el mismo día en que murió? Son incógnitas y contradicciones que no está a nuestro alcance resolver.
No obstante ello, la Justicia ha determinado que el “nieto 114” es de Carlotto, el nuevo “Guido Montoya Carlotto”, es efectivamente nieto de Estela Barnes. Todo ello mientraslLos médicos de la provincia de Buenos Aires repudiaron a su colega Julio Luis Alberto Sacher, cuyo nombre figura en el acta de nacimiento del nieto de Estela de Carlotto, Ignacio Hurban (Guido Montoya Carlotto). Automáticamente se le asignó una indemnización de un millón de Pesos y un salario de por vida de $ 6.000 mensuales.
JUSTICIA, PACIFICACIÓN Y CONCORDIA
Ella misma ha sido funcionaria bonaerense hasta su renuncia por motivo de desprolijidades en la gestión que no fueron aclaradas hasta el presente.
Es claro que toda persona tiene el más que esencial derecho a su propia identidad. La pregunta que surgiría a cualquiera es cómo fue que Laura "Rita" Carlotto tuvo un hijo si no podía llevar a buen término embarazos, cómo fue que estando embarazada fue detenida, o cómo fue que después de haber tenido un hijo y estando en clandestinidad participó de un enfrentamiento en el cual resultó herida mortalmente sin que su hijo estuviese en el lugar. Efectivamente, son contradicciones que se suman a que el "dato" que siempre sostuvo Estela Barnes de Carlotto no coincide en la fecha del nacimiento del joven Ignacio Hurban, cuyo nombre tampoco es "Guido", en tanto que ahora resulta que su padre sería Montoya, el cual antes jamás había sido mencionado como pareja de "Rita". Y además, ¿cómo aparece en el listado del "Nunca Más" en su edición de 2006 si no es desaparecida, ya que el cuerpo de "Rita" fue entregado a su madre el mismo día en que murió? Son incógnitas y contradicciones que no está a nuestro alcance resolver.
No obstante ello, la Justicia ha determinado que el “nieto 114” es de Carlotto, el nuevo “Guido Montoya Carlotto”, es efectivamente nieto de Estela Barnes. Todo ello mientraslLos médicos de la provincia de Buenos Aires repudiaron a su colega Julio Luis Alberto Sacher, cuyo nombre figura en el acta de nacimiento del nieto de Estela de Carlotto, Ignacio Hurban (Guido Montoya Carlotto). Automáticamente se le asignó una indemnización de un millón de Pesos y un salario de por vida de $ 6.000 mensuales.
Esta historia es una reconstruccion basada en datos que pueden hallarse en Internet. Seguramente existieron muchos hechos que se desconocen, y que tal vez se desconocerán por siempre jamás, debido a la clandestinidad con que operaron los grupos subversivos.
Lógicamente toda sociedad sana, todo ciudadano sano, repudia la injusta violencia, repudia el terrorismo. A su vez, no podemos dejar de repudiar los excesos cometidos en la sociedad de los "años de plomo", muchos de los cuales incluso fueron tenidos como "reglas del juego". A su vez, deben efectuarse reparaciones a todas las víctimas de aquella sociedad enferma, no solamente a una parte. Y debe crearse un clima apto para que todos los excesos cometidos sean reparados.
¿Existen casos que deben aun ser reparados? Indudablemente que sí, pero en un clima de violencia jurídica y moral se hace muy difícil tal reparación, por lo cual es menester crear el ámbito de serenidad para poner orden y "dar a cada uno lo suyo, lo que le corresponde" en derecho.
DEL HORROR A LA PACIFICACIÓN
Finalmente, no se puede dejar de mencionar el horror vivido en la década de 1970, provocado por grupos terroristas, por grupos paramilitares, y también por funcionarios del Estado.
Resulta claro que hubo una guerra, ya hubo dos Ejércitos que se enfrentaron, ambos con grados militares: las Fuerzas Armadas de la Nación, y las fuerzas militares constituidas con sus jerarquías por los subversivos de aquél entonces, quienes actuaron no sólo en tiempos de gobierno de facto, como pretende hacer suponer la "Historia Oficial", sino también en tiempos democráticos, incluso en contra del mismo gobierno de Juan Domingo Perón, quien dio durísimos discursos contra el accionar subversivo y terrorista que cada día se agravaba más en aquellos tiempos.
La Guerra contra la Subversión tuvo excesos que son injustificables e inadmisibles desde todo punto de vista. Pero ello no exime de responsabilidad a los terroristas, ni los autoriza a tomar venganza ahora que están en el poder. El dolor vivido por los desaparecidos y por los familiares de los desaparecidos, fue cambiado por un negocio. Los familiares de las víctimas de la subversión no deben imitarlos ni tomar el mismo camino.
La sociedad entera merece una pacificación y vivir en concordia y con justicia, evitando toda venganza. Sólo así podremos mirar y enfrentar el futuro unidos en la Verdad.
Lógicamente toda sociedad sana, todo ciudadano sano, repudia la injusta violencia, repudia el terrorismo. A su vez, no podemos dejar de repudiar los excesos cometidos en la sociedad de los "años de plomo", muchos de los cuales incluso fueron tenidos como "reglas del juego". A su vez, deben efectuarse reparaciones a todas las víctimas de aquella sociedad enferma, no solamente a una parte. Y debe crearse un clima apto para que todos los excesos cometidos sean reparados.
¿Existen casos que deben aun ser reparados? Indudablemente que sí, pero en un clima de violencia jurídica y moral se hace muy difícil tal reparación, por lo cual es menester crear el ámbito de serenidad para poner orden y "dar a cada uno lo suyo, lo que le corresponde" en derecho.
Finalmente, no se puede dejar de mencionar el horror vivido en la década de 1970, provocado por grupos terroristas, por grupos paramilitares, y también por funcionarios del Estado.
Resulta claro que hubo una guerra, ya hubo dos Ejércitos que se enfrentaron, ambos con grados militares: las Fuerzas Armadas de la Nación, y las fuerzas militares constituidas con sus jerarquías por los subversivos de aquél entonces, quienes actuaron no sólo en tiempos de gobierno de facto, como pretende hacer suponer la "Historia Oficial", sino también en tiempos democráticos, incluso en contra del mismo gobierno de Juan Domingo Perón, quien dio durísimos discursos contra el accionar subversivo y terrorista que cada día se agravaba más en aquellos tiempos.
La Guerra contra la Subversión tuvo excesos que son injustificables e inadmisibles desde todo punto de vista. Pero ello no exime de responsabilidad a los terroristas, ni los autoriza a tomar venganza ahora que están en el poder. El dolor vivido por los desaparecidos y por los familiares de los desaparecidos, fue cambiado por un negocio. Los familiares de las víctimas de la subversión no deben imitarlos ni tomar el mismo camino.
La sociedad entera merece una pacificación y vivir en concordia y con justicia, evitando toda venganza. Sólo así podremos mirar y enfrentar el futuro unidos en la Verdad.
Fuentes:
http://www.diarioveloz.com/notas/130474-fuerte-repudio-al-medico-que-figura-la-partida-nacimiento-guido-carlotto
http://www.revistaanfibia.com/feria-nota/laura-carlotto-el-principio-de-la-noche-interminable