Anales de Legislación Argentina (ADLA) es una publicación de la Editorial La Ley de Buenos Aires, donde se hacen conocer las leyes y decretos nacionales, como asimismo legislación provincial y una variada serie de resoluciones y actos administrativos de interés general y no sólo para los profesionales del derecho.
Revisando anteriores publicaciones de la misma, nos encontramos que en una recopilación de leyes hecha en el Repertorio 1852-1880, pág.463, se detalla la Ley 203, de septiembre de 1866 (presidencia de Mitre), que disponía:
“Declárase que los pagarés procedentes del empréstito al Ejército Libertador a las órdenes del general Lavalle, que tengan interés estipulado, deben abonarse conforme a la ley de 13 de noviembre de 1863, con el interés mensual de medio por ciento sobre su valor escrito, desde el 3 de febrero de 1852”.
Es indudable que este empréstito al Ejército Libertador, fue proporcionado por los dirigentes de las fuerzas francesas que bloquearon “...el puerto de Buenos Aires y todo el litoral del río perteneciente a la República Argentina”, a partir de marzo de 1838, bloqueo que se prolongara hasta octubre de 1840 y que terminara con la firma del tratado Mackau-Arana.
Indudablemente los franceses bloqueadores para poder llenar sus propósitos e imponerse por la fuerza al gobierno nacional, tenían que contar con aliados locales y eso lo consiguieron no sólo con Lavalle, sino también con la llamada “Comisión Argentina” de Montevideo, con Berón de Astrada y con los increíblemente llamados por la ex historia oficial, “Libres del Sud”, estancieros de la provincia de Buenos Aires, que debido al bloqueo se perjudicaban en sus negocios exportadores.
En fin, sólo menciono algunos de aquellos a los que se refería el general San Martín, cuando afirmaba que sus acciones “ni el sepulcro las puede hacer desaparecer”.
Todo esta colaboración de elementos locales para contribuir como auxiliares a los enemigos de su patria, no se hizo gratis. La guerra costaba caro (un bloqueo desde luego es un acto de guerra) y así fue como circularon proporcionados por los franceses, fondos adecuados para llevarla a cabo.
Pero de alguna manera estos auxiliares locales, tenían que devolver los recursos adelantados y por eso se obligaron y obligaron al país, firmando las obligaciones correspondientes. “La guerra de letras de cambio”, las llama José María Rosa, en el T.IV, pág.414, de su Historia Argentina, donde en páginas siguientes detalla diversos aportes y gastos hechos por los agresores.
Y volviendo a la Ley 203, la fecha desde la cual dispone que se tienen que pagar intereses por esa deuda pública, es la del 3 de febrero de 1852, aniversario de Caseros.
Es evidente que se toma esa fecha, porque se daba por sentado que gobernando Rosas tales engendros no iban a ser reconocidos y mucho menos pagados y porque se entendía seguramente, que al volver a reinar la libertad, ya la deuda externa consolidada, podía ser cobrada.
Tal situación de subsidios y ayudas para derrotar a la tiranía, se conoció en su momento y dio lugar a expresiones condenatorios, no sólo en nuestra patria, sino también en el extranjero y generó gravísimas críticas en Francia.
Así puede leerse en la trascripción que hace el Archivo Americano, publicación de Buenos Aires, en su número 15 de octubre 10 de 1844, págs. 485/87, de la sesión de la Cámara de Diputados de Francia del 24 de enero de 1844:
“El Sr.Ministro de la Marina (al referirse a los instigadores y propulsores del bloqueo a Buenos Aires): ...Son los que han procurado hacer tomar á la Francia en el país una actitud contraria á su dignidad y á su honor; son los que, antes del cumplimiento de la misión que me fue confiada, se habían mezclado con sus personas y fortuna en la guerra civil; son los que, después de haber obtenido 300.000 francos del Gabinete de 15 de Abril, con el permiso de gastarlos secretamente, han gastado 2.300.000 francos, y que han entregado el dinero de la Francia á intrigantes que solo buscaban enriquecerse á nuestras expensas... ”.
La trascripto es solamente un botón de muestra.
Uno de los corolarios de todo esto, aparte de un pequeño aporte para saber cómo se contraen deudas públicas, es una reflexión sobre cuántas personas tienen estatuas y glorificaciones en nuestra patria sin merecerlo en absoluto.
LA PLATA, enero 24 de 2010.
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